capitulo 4

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Mérida odiaba las clases de bordado,  rara vez pasaba una clase entera sin clavarse la aguja, en realidad  todo lo que tenía que ver con etiqueta y elegancia no era de su agrado

Pero su responsabilidad como princesa y las quejas de su madre, no tenía más, que seguir con esas clases aburridas

Pero había algo que la tenía en un torbellino de emociones con ella misma, algo le estaba pasando

Miró a su alrededor en busca de algún rastro de su hermano.
Hacía semanas que guardaba sus emociones , y necesitaba desahogarse. Pero, como era de esperar, ahora que necesitaba a Jack el no estaba

Se había pasado horas  recorriendo todos los lugares favoritos de su hermano con la esperanza de encontrarse con el pero nada

Solo para descubrir que había salido de cacería con su padre y que regresaría pronto 

En vista de que Jack  no estaba en el castillo, Mérida había salido al jardín para despejar su mente que la estaba consumiendo

El día era calido, y había pensado que un paseo le ayudaría a matar el aburrimiento, ya que tenía estrictamente prohibido salir del castillo, a veces sentía que su vida no le pertenecía

A cierta distancia miro a  Hans Demora, era el hijo del santo Papa

Mérida  se apresuró a alcanzarlo, El suelo helado crujía bajo las suelas de sus zapatillas a cada paso que daba

—¡Hans! —le llamó, sonriente.

Hacía unos meses, aquel muchacho había acudido al castillo para su banqueta de cumpleaños número 16 desde entonces a la princesa le pareció un joven muy agradable, y disfrutó de su charla sobre sus viajes . El había prometido que la invitaria a dar un paseo por las tierras de Corona

Esperanzada espero que el chico viniera por ella

Pero eso ..nunca paso

El  se volvió con timidez pero sin quitar su elegancia

—Princesa Mérida , es un placer volver a verla—su voz era un poco neutral, pero Mérida intento ignorarlo

Ella estaba un poco confundida 

—¡Me alegro mucho de verte!

—Ya…

Frunció el ceño —¿He hecho algo que te haya molestado?

Hans  soltó un suspiro cansado

—En absoluto mi princesa

—Llevo tiempo esperando que me vengas a buscar, como prometiste.

—Pero… —él la miró, perplejo—. No… no lo entiendo—Tu hermano me dijo que no querías saber nada de mí.

—¿Cómo dices?

—Vine por unos asuntos que atender con tu padre —miro  como sus pálidas mejillas tomaban un color rojo — tu.. padre quería que tú y yo nos casaramos —

Los ojos azules de mérida se agrandaron, aunque no estaba tan  sorprendida ya esperaba esto la verdad, era cierto que su padre un día le escogería un marido, y el hijo del papá no era una mala idea 

—Pero tu hermano se ofreció a casarse con una de mis hermanas y  me dejó muy claro que no era bienvenido. Me dijo que… yo te parecía aburrido —

Jack  parecía haberse acostumbrado a decidir quién merecía sus atenciones . Pero Mérida no necesitaba  su ayuda para resolver sus problemas  era perfectamente capaz de hacerlo sola.

Se estaba convirtiendo en un dolor sumamente irritanta

Hizo un esfuerzo por controlar sus emociones últimamente, cada vez que se dejaba llevar pasaban cosas extrañas, cosas que debía mantener en secreto hasta que comprendiera lo que le estaba pasando

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