8. Mediana.

82 11 0
                                    

Flynn me esperaba en la puerta de mi casa, por fin era viernes y mañana iría a un parque de atracciones con todo el grupo, sería mi primera vez en sitio así, estuve aguantando dos días enteros las suplicas por parte de Flynn y Kate para qué los acompañará.

—Buenos días, bella durmiente.

—Lili despertarme una hora antes me está pasando factura.

No pude evitar sonreír al verle casi dormido y apoyándose en mí.

Durante las siguientes horas Flynn durmió apoyado en su pupitre, no me extrañaba que luego no se enterase de nada cuando hiciésemos deberes.

—A ver, es que yo no sé cómo puedes enterarte de todo lo que dice ese profesor, a mí me tiene manía, por eso suspendo.

—Flynn, creo que en el 90% de sus clases estabas dormido.

—Eso no te lo negaré, pero tengo a mi maravillosa Lili para ayudarme en todo.

—Eres un interesado.

Se señaló con cara de ofendido y la boca abierta.

—Usted me está ofendiendo, señorita.

Hice rodar mis ojos.

—¿Estás emocionada por mañana?

No, estaba muerta del miedo, nunca me había montado en ninguna atracción, me monté cuando tenía seis años en los coches de choque con mi padre, pero nada más.

—Bueno, no es que no vaya a poder dormir esta noche, pero sí que estoy algo impaciente.

Flynn me sonrió y luego me revolvió el pelo.

—Estás muerto.

Empezamos a correr por todo el instituto mientras me pedía poder seguir con vida y la gente se apartaba con rapidez para que no los derribásemos contra el suelo.

Salí por la puerta de casa y vi a Flynn apoyado en su coche mientras me sonreía, sus ojos se iluminaron al verme y creo que los míos también, como en tan poco tiempo un chico se había convertido en una persona tan importante para mí, corrí hacia él y me escondí en su pecho, abrazándole fuerte.

—Creo que alguien me ha echado de menos.

—No te hagas ilusiones, Baker.

Se río y me revolvió el pelo, poco a poco me tendría que acostumbrar a que hiciese eso, porque por extraño que pareciese, cuando él lo hacía, no me molestaba tanto.

<<No te molesta nada que provenga de él.>>

Nos subimos al coche y Flynn puso mi canción preferida, There Is a Light That Never Goes Out.

—¿Conoces esta canción?

—Claro, es mi preferida.

Me tapé el rostro con las manos mientras no podía parar de reír y las mariposas en mi estómago bailaban al son de la música.

—¿También es la tuya?

Dijo entusiasmado.

Asentí repetitivamente mientras le sonreía.

Estuvimos cantándola todo el camino y a veces hacíamos como si estuviéramos en un escenario y nos íbamos pasando un micrófono improvisado con mi brillo de labios.

Esos momentos que para muchos serán momentos chorras, para mí eran tan especiales como cualquier otro, porque una simple canción nos había unido más que cualquier palabra, poco a poco íbamos descubriendo cosas nuevas del otro y agradecía aún más que fuese mi amigo.

Inefable Libro uno (concluida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora