Hygge

Hygge es una palabra noruega que no tiene una traducción exacta, se usa para expresar una sensación de calidez, por ejemplo, la luz cálida del interior de un hogar. 

Hygge resulto ser algo sorprendentemente complicado, no llega tan fácilmente. 

Hygge es lo que creí que encontraría en un nuevo comienzo, Hygge es lo que esperé sin parar durante todo el invierno. Es las veladas a solas en la oscuridad de noche, es las notas a mí mismo y las cartas al futuro, al amor. 

Hygge es lo que esperaba encontrar en todos ellos, pero que jamás llega, Hygge es lo que yo le entregue, cuando él jamás pensó hacer lo mismo, lo que busco en los abrazos y largas conversaciones, en los regalos dados y recibidos. 

Aun así, encontrar Hygge no es imposible, yo lo he tenido entre mis manos, incluso si siempre se desliza como la arena. Encontré Hygge cuando lo dejé ir, cuando dormí entre los brazos de él, cuando también limpio mis lágrimas y me regalo su anillo, cuando volví a tener los mensajes de hace tres años, cuando sentí el collar acomodarse en mi cuello, lo sentí al encontrar gardenias, a los lirios de valle que crecían en mi pecho, hermosos, fuertes. 

Sentí Hygge invadirme el cuerpo cuando sentí el abrazo de mí mismo, mis lágrimas lavando mis heridas, las vendas de sonrisas y tranquilidad. Encontré Hygge dentro de mí, en mi pecho cálido y lleno de amor para dar a tantas y tantas personas, lleno de emociones y vulnerabilidad. Me di cuenta de que Hygge estaba en mi cabeza y en mi pecho, no fuera de mí.