Otra dimensión. (Omegaverse)

26

Una semana era lo que había pasado desde que Steve dejó al equipo, Tony pasaba la mayoría de tiempo en el taller ni tan siquiera había visto aquel teléfono el cuál había sonado varias veces aúnque solo fue los primeros 5 días, aún seguía en el mismo lugar en el cual lo dejó el rubio, el genio probó aquella dona que le había traído Wanda, pero inmediatamente sintió su estómago revuelto, se acercó rápidamente a uno de los basureros y empezó a vomitar, cuando se sintió mejor se enderezó y decidió salir para descansar, así que se dirigió al ascensor después de entrar sintió una punzada en la parte baja del abdomen, luego todo se volvió oscuro.

— El señor Stark necesita ayuda. —Dijo la voz de la IA, las puertas del ascensor se abrieron.

— ¡Tony! —Los vengadores se acercaron rápidamente, Clint lo cargó en sus brazos.

— Hay que llevarlo a la habitación de Steve. —Dijo Natasha.

— ¿Porqué a la habitación del Capitán? —Preguntó Wanda.

— Porque es su alfa. —Contestó Natasha guiando a Clint.

Como a las dos horas el castaño despertó observó a un hombre que usaba una bata blanca, luego miró a su alrededor no pudo evitar sentir ganas de llorar al percibir el aroma en la habitación.

— Le recetare algunas vitaminas. —Dijo el médico, Tony solo asintió.— También le recomiendo que descanse y lo más importante, necesita la marca de su alfa.

— ¿Qué?

— Este es el primer aviso señor Stark, necesita estar cerca de su alfa y por cierto, ¿dónde está?

— Ni idea, talves en Irán a Afganistán...

— ¿Esta en el ejército? —El castaño asintió.— Pues busque la manera de comunicarse con él, los primeros meses son los más riesgosos, vendré a visitarlo la próxima semana, descanse y no use sus armaduras, después de todo la gente de la ciudad es estúpidamente malagradecida. —Tony soltó una risita ahogada al escuchar el comentario del doctor.— Ya verá que después van a rogar por ver a Iron Man.

— Gracias doc. —Contestó el castaño sonriendo.

Luego que el doctor se fue Tony observó a su alrededor, centró su mirada en el escudo y el traje que estaba en la pared, pensó que Steve se los había llevado pero no, ahí estaba el traje del capitán América.

¿Tendrá su aroma? Por supuesto que sí...

Tony se mordió los labios tratando de ser fuerte para no ir, agarrar aquél traje y así deleitarse con el aroma del alfa.

— Tony te preparé algo de comer... —Dijo Natasha.

— Por favor sal de aquí... —Contestó el castaño no quería que el aroma de Steve desapareciera al haber otro aroma.

— Está bien... —La pelirroja dejó la comida en una mesa y salió de la habitación.

Dos días en los que el castaño se había quedado encerrado en la habitación de Steve sin ver a nadie, le había ordenado a viernes que no dejara pasar a nadie.

— Tony tienes que comer. —Dijo Natasha desde el otro lado de la puerta, pero no recibió respuesta.— Si no contestas vamos a tirar la puerta.

— Déjamelo a mí. —Dijo aquella voz femenina que provenía de una elegante mujer.— Viernes abre la puerta.

— A sus órdenes señorita Potts. —La puerta se abrió inmediatamente, la beta entró llevando la bandeja de comida.

— Levántate y come ahora. —Ordenó la mujer.