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Ya estaba en lo de Romina, esperando a que las nenas se levanten para que después Walter las lleve al Jardin. Romina seguía tratando de comunicarse pero sentía la incomodidad que me generaba, más si se hacía la desentendida, tampoco quería armar pelea.
Mientras alistaba a las nenas junto con ella, Walter ya estaba listo para llevarlas.

— Ya vuelvo, gorda.— se acerca para darle un beso pero Romina al momento se dio la vuelta para buscar la mochila de Feli.

— Dale, chau mis amores.— dice Romina dándole besos en las mejillas a las nenas.

En fin, Walter y las nenas se fueron, solo habíamos quedado Romina, Mia y yo, Mia en su cuarto y nosotras en el living.
Romina era amante del mate, podía tomarlo a cualquier hora del día, así que se puso a cebar mates, mientras yo mandaba uno que otro mensaje a Naomi quien me había escrito pero por tiempo y demás no conteste, Romina mirando intrigada, rompió el hielo.

— Así que... Te fuiste a pepino.— empezó a reír y yo solo subí la vista sorprendida.

— ¿Eh?.

— Me dijo un pajarito que anduvistes por ahí.

— ¿Quien? ¿Alfa?.— me reí.

— Si... ¿Que hacías ahí? Pensé que no te gustaba ese lugar.

— Miralo a el ¿Por qué te diría a vos eso? Como si te importará, viste.

— Bueno...— al parecer si le importaba saber dónde fui y seguramente con quién.

— Fui porque quería despejarme un rato.

— Me dijeron que no estabas sola ¿Fue el chico de la bresh?.

— No... Una chica de la bresh, una amiga de Cata.

— ¿Y que hacías vos con una amiga de Cata?.—  dijo desentendida.

— ¿Y esa pregunta?.

— No, nada... Que se yo por ahí...— no podía parar de mirar para todos lados, se había puesto nerviosa, sabía que es pregunta parecia un poco tanto de policía.

— Me das mucha gracias, de verdad.

— ¿Por? ¿Yo?.

— Es tan fácil verte las expresiones y eso que a veces no sirvo para leer a las personas, pero a vos, a vos te re leo.

Romina había puesto nerviosa, sabía que yo no era tonta y que si quiera podía sacarla de su zona, más bien dicho ambas podíamos poner nerviosa una a la otra, ella solo volvió a tomar un sorbo más de mate y volvió la vista a mi sin decir nada, solo me observo por un rato, podía notar su mirada en mi hasta que yo también lo hice con ella.

— Ah! me acordé... Mañana a la noche vienen, Juli, Dani, Nacho, Lucila, Cata... Vienen a cenar.

— Que bien! Igual mañana yo me voy para mi departamento.

— No... Vos te quedas.— pone su mano sobre la mia como lo hacía desde un principio.

— Parezco fácil de convencer... Pero no en este caso.

— A ver, señoría... ¿Que quiere? ¿Cómo hago para convencerla?.

— ¿De verdad querés saber?.— mis ganas de decirle todo volvieron pero tenía que querer un poco más y dejarla que piense.

— Mmm, sos loca vos.

— Vos sos mala.

— ¿Mala? ¿Yo?! ¿Por qué?.

— Ah... Vos sabrás.— agarro mí celular pero Romina me lo agarra y lo dejo a un costado.

— Dale...— me decía sonriendo, parecía que lo hacía a propósito, sabía que iba a caer en cualquier momento.

— Me quedó mañana, lo otro no te lo voy a decir, lo describirlas más adelante.

— Ves que vos también sos mala...

— Ah... No sé, soy justa me parece.

— Loca, y mi loca, mi jaz.— me toma de las manos y se acerca para darme un beso en la mejilla.— voy a calentar más agua.

En eso me llega un mensaje de Naomi.

— cata me invitó a la cena de Romina, nos vamos a ver, hermosa.

Yo solo vi el mensaje, justo Romina venía de vuelta a sentarse y esta vez junto a mi, podía ver hasta con quién estaba hablando si quisiera. En eso caramelo se despierta y Romina se lo pone en sus piernas y lo alza.

— Hola, caramelo... Mira, Jaz, mira quién se despertó, caramelito...

acaricié con suavidad al perro mientras veía a Romina mirar a caramelo con amor y con tanta ternura.

— Jaz, caramelo, Jaz podría ser tu otra mami ¿O no caramelito?.

— Vos sos su mamá real, Romi.

— Si pero, el quiere otra mamá también ¿Vistes caramelito?.— le da un beso y lo deja junto a ella.

llego la noche, trate de no darle mucha importancia al comportamiento de Walter para con Romina, ella por momentos lo ignoraba o solo le regalaba un mini sonrisa y continuaba con las cosas que estaba haciendo, quedandonos solas como todas las noches, terminando de ordenar para después irnos a dormir, Romina acomodado lo último que le quedaba y se voltea para verme, se acerca y toma de las manos.

— Me alegra que no peleemos.— dice nerviosa mientras me miraba las manos.

— Estamos evitando cuestiones importantes te entiendo pero en algún momento vas a tener que aceptar las cosas que te pasan.

Ella solo asintió, le dio un beso a una de mis manos, subí para poder irme a dormir y ella hizo lo mismo, volvimos al tiempo donde dormíamos las dos en la habitación junto con Mia. Ambas nos miramos en la oscuridad para desearnos buenas noches como solíamos hacerlo siempre.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora