El Luchador (ChangJin - Skz)

17. Bajo el cielo nocturno de Alemania.

Azotaba con furia la cerda de su pincel encima del lienzo, no le importaba si los colores se mezclaban o si la obra no se entendía ¿Qué más daba? El trazo con el lápiz estaba bastante horrible, no podía hacer nada para mejorarlo.

No lograba representar bien sus sentimientos, puesto que su mano no le ayudaba con su pulso, era bastante débil y moverla le costaba mucho, por lo que solo llenaba la punta de su pincel con alguna pigmento y golpeaba la tela con enojo. Usaba puramente colores oscuros. Se encontraba en soledad al interior de su cuarto de hotel en la penumbra, le había pedido a su novio que se largara casi a gritos, estaba siendo demasiado grosero y agresivo con él, en su defensa, Hyunjin se sentía demasiado frustrado, enojado consigo mismo y con todos, no quería que nadie lo viera de esa manera, se quería morir.

Era un inútil, no podía si quiera lavarse los dientes bien, le costaba llevarse comida a boca o vestirse. Changbin tenía que ayudarle casi con todo, este no tenía problema, en cambio, el castaño sí, a pesar de que los primeros tres días lo sintió como algo muy dulce por parte de su novio y hasta le gustaba que lo hiciera. Comenzó a detestar la forma en que lo mimaba, se sentía incómodo y prefería estar solo para que su novio no lo observara en aquel estado, no le gustaba sentirse como una carga, puesto que sabía que estaba arruinando los planes del pelinegro y eso lo hacía sentir peor.

Además de que no dejaba de pensar en que sería de su carrera y sus sueños ¿Cómo se volvería muralista con solo una mano? A sus ojos, no podía hacerlo y eso le frustraba tanto que ni porque le estuvieran pagando la mejor escuela, lo podría hacer, era casi como si el pelinegro estuviera tirando dinero a la basura.

Ni sabía en qué país se encontraba, lo último que recordaba era haber sido subido a un avión privado con ayuda de una silla de ruedas y que su novio le compró todo lo necesario para que pintara en un lienzo dentro de su cuarto de hotel para que al menos estuviera haciendo algo que le gustara y pudiera relajarse un poco mientras la radio sonaba de fondo tocando música clásica las composiciones de Beethoven y de Mozart.

El arte para Hyunjin era más que una maravilla, era una ventana para poder ver lo qué hay dentro de la mente de una persona sin tener que decir algo. Cierta es la frase de -en el caso de la pintura- una imagen dice más que mil palabras y su obra emanaba ira e impotencia con un toque grotesco, podía apreciarse la silueta de un ser humano arrancándose la mano y saliendo sangre de su extremidad, el rostro de la persona tenía una expresión de que gritaba de desesperación y en toda la blanquecina piel de esta, podían apreciarse quemaduras de cigarro.

Al dar por finalizada su obra, se puso de pie y le quitó el exceso de óleo de sus materiales con ayuda de la cera de abeja, limpió con un trapo los restos de pintura y encendió las lámparas. Justo en ese instante, alguien entró a su habitación, ni se molestó en ver de quien se trataba.

— Vámonos — indicó Changbin extendiéndole su mano para salir ambos.

— No quiero, ya te dije que no quiero sali' — se quejó enfadado sentándose en una silla con rueditas frente al escritorio, dándole la espalda al mayor. Su energía había dado un desplome desde que llegaron, tenía un vacío que no sabía como describirlo, pero lo estaba matando vivo, lloraba más seguido de lo normal, no deseaba saber lo que el día siguiente le esperaría y si por el fuera; se hubiera pasado todo el día recostado sobre el pecho de su novio. Escuchar los latidos de este lo relajaban de una manera irreal, le encantaba saber que estaba vivo y sentir sus manos en su espalda o escuchar su dulce voz.

— Por favor — el pelinegro giró el asiento para quedar de frente, lo elevó un poco reemplazando su lugar en la silla y lo sentó encima de sus piernas tomándolo de la cintura para que no se le escapara — Te diré donde estamos y te llevaré a un lugar que sé que te va a encantar — le besó la mejilla, la cual se sonrojó al instante y Hyunjin insultó al interior de su mente a su novio por tener el poder de cambiar su estado de ánimo de manera tan fácil — No has querido salir de aquí mucho y me preocupa que te deprimas.