☁️15. Amigos☁️

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En las calles se podía observar a los hippies viviendo su vida de paz y tranquilidad, amando la naturaleza y disfrutando de reunirse en bosques donde se reunían alrededor de una fogata y compartian un cigarrillo de mariguana entre todos y tal vez alguno que otro se encontraba haciendo un cartel donde escribía: "Ácido por un dólar". Sus disturbios en las calles eran muy comunes en los 70s, reclamando por el hacer el amor y no la guerra. Veteranos de la segunda guerra mundial aborrecían a esos liberales que fornicaban entre ellos sin importarles si eran de su mismo sexo porque "todos somos hermosos". George Barnes odiaba con fervor a esos liberales que se llamaban Hippies y se besaban entre ellos, le provocaba asco y odio.

Aquel hombre de cabello negro y ojos azules, hijo de un veterano de la guerra finalizada en 1945, tenía un pequeño hijo con su esposa Winnifred. Bucky era un niño efusivo y alegre, no había un solo día en el que no se le viera corriendo, cayendo y levantándose como si nada hubiese pasado con las rodillas raspadas y rojas, cosa que no le importaba. Jugaba con sus carritos de plástico a toda hora y le gustaba probar la tierra cuando su madre no lo veía. Pero lo que más amaba el pequeño Bucky era jugar con su mejor amigo y vecino, un tierno niño de su misma edad proveniente de una familia judía. Había escuchado entre platicas entre Hilda —la madre del niño— y su madre que habían llegado a Brooklyn después de lo que pasó con la segunda guerra, había escuchado algo raro llamado "campos de concentración" la mujer Hilda había dicho que había salido de ese lugar cuando apenas era una bebé, pues su madre le había dado a luz en uno de esos lugares de nombre raro. Para ser sinceros, Bucky dejó de prestar atención a esa conversación cuando vio a una curiosa oruga de tonos vivos pasar enfrente de él.

Helmut Zemo era el pequeño judío mejor amigo de Bucky, pasaba horas muy divertidas con el niño chistoso de ojos azules y risa contagiosa. Zemo amaba pasar tiempo con ese niño alegre, pues su pancita se sentía rara cuando estaba con Bucky, sus mejillas llenas de pecas se enrojecian cuando Bucky lo tomaba de la mano para correr por todo su patio y su corazón se sentía raro cuando Bucky le decía Helm.

Un día de esos en el caluroso verano del 71, Hilda y Winnifred habían llevado a los pequeños de 6 años al parque, donde jugarían hasta cansarse y respirar algo de aire fresco en tan caluroso día.

Winnifred había vestido a Bucky para la ocasión, o más bien, le había puesto lo que el chico de 6 años había escogido emocionado después de tomar un baño. Utilizaba unos shorts rojos, una playera blanca a rayas rojas y negras, sus pies usaban unos cortos calcetines blancos y usaba unos pequeños Vans rojos con azul. Mientras que Hilda había vestido a su pequeño con un overol de pantaloncillos cortos de mezclilla de un azul pastel, una playera de cuello redondo blanca, calcetines blancos y Vans blancos con lila. No los llevaban de la mano, los dos niños estaban jugando a ver quién llegaba primero a la entrada del parque corriendo a la máxima velocidad de sus pequeñas piernas.

—¡gane!—Bucky brincaba con una brillante sonrisa en el rostro.

—No se vale, Jamie, tu eres más alto y por eso eres rápido—Helmut se cruzó de brazos completamente molesto.

—no te enojes, Helm, tu siempre me ganas cuando saltamos la soga y no te digo nada—Bucky le presiono una regordeta mejilla.

—Ok, Jamie—Helmut le sonrió grande.

—tus mejillas parecen manzanas, te ves bonito—volvió a pellizcarle.

Helmut giró la cara avergonzado, tomó de la mano a Bucky y salió corriendo en dirección de los juegos infantiles. Las madres de ambos chicos siguieron a los niños y se sentaron en unas bancas a conversar mientras los pequeños jugaban divertidos.
Helmut veía como las mujeres no los miraban, así que tomó de la mano a James cuando esté había bajando de la resbaladilla.

MAGIC CITY/One-Shots WinterBaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora