El Baile de la Luna

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Cada año en el reino se realiza una celebración para brindar por el fin de la guerra y la creación de los tres reinos. En cada provincia se hace un baile, no tan grande y lujoso cómo el que se realiza en la capital, en el gran palacio, dicen que a ese va mucha gente, la decoración es increíble, todos usan sus mejores atuendos y hasta la familia real está presente. El Rey, la Reina y el principe heredero son los anfitriones.
El baile, también ese usado para elegir a la más bella dama del lugar, muchas de las ganadoras después ocuparon importantes puestos dentro de la sociedad. Pero ese año justo cuando Amiri cumple 18 años, el príncipe heredero que muy pronto sería coronado  a causa de una rara enfermedad de su padre, decidió unir todos los bailes en uno solo, sería el baile más grande en toda la historia del imperio, algunos dicen que busca quedar bien con todas las provincias antes del ser el nuevo emperador, otro dicen que busca a su nueva esposa y la elegirá apartir de las señoritas que salgan como la más bella de su condado, no se sabía con certeza cual era el motivo de esta petición del príncipe, pero todo el mundo andaba emocionado, la modista había sido llenada de pedidos de todo tipo de vestidos, pero ella estaba más enfocada en hacerle el vestido más hermoso a su querida hija, la cual solo era unos meses menor que yo.

Hasta en la caverna de las batallas se había corrido la noticia, pero aquí las opiniones eran más parecidas a las que ella tenía.

—Un gran baile en el palacio, ¿Quién quisiera ir a esa cosa?. Usar trajes absurdos que no te dejan respirar por la cuales vas a gastar gran parte de tus ahorros, para solo una noche. Que estupidez.

—No olvides que apartir de esos bailes, la vida de muchas señoritas ha cambiado, o tú ¿Qué opinas niño pirata?—le comentó su esposa mientras le llevaba una bebida.

—No me gustan los bailes, hay mucha gente, y detesto bailar, son aburridos.

Derrepente se escuchó la voz de alguien en el fondo que se unia a la conversación, no logró verle bien, estaba casi cubierto de la cabeza a los pies, pero si logro notar algo que le sobre salía de la cara, eran unas pinzas, una sensación de escalofríos le recorrió el cuerpo.

—Los bailes solo son para la gente privilegiada que busca hacer sentir inferior aquellos que no tienen lo mismo o son diferentes -dijo el hombre extraño.

—Bien dicho Silver, ellos solo buscan la oportunidad para recordarnos su superioridad.

-—Algún día eso deberá terminar.

—Esperemos que sea pronto—afirma Mike.

Silver no dijo ni una palabra más, se terminó su trago, paso a pagar en la barra y se retiró en silencio.

Una semana después de que la noticia llegará al pueblo, yo tenía una pelea con un contrincante difícil, proveniente de otro imperio, pero a la mañana de ese día tuve una charla interesante con la abuela.

—Entonces mi niña, ¿Qué piensas respecto al bailé? —me interroga mi abuela.

—Consideró que es una tontería, arreglarse como princesa para llamar la atención de gente tonta. No es lo mío abuela.

—¿Acaso estás pensando en no ir?

—¿Acaso tenemos los recursos suficientes para ir hasta la capital y hospedarnos, comprar un elegante vestido, más los gastos de alimentación? —le digo con tono burlón—. Abuela, apenas nos alcanza el dinero para comer aquí en nuestro hogar, no podemos ni considerarlo.

—Tienes razón, aparte de que te verías muy ridícula en uno de esos magestuosos vestidos.

— Ya me vas entendiendo. Te quiero mucho abuela —nos damos un fuerte abrazo.

La Sangre del Mar: La Chica Maldita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora