Baño

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La noche se esfumó rápido, comenzaba a amanecer y no me apetecía mucho levantarme, pero tenía que alimentar a Zoro y atender al joven misterioso, quien dormía plácidamente en mi cama. Tendría que cambiarse de ropa y de preferencia darse un baño, no olía nada bien. Inicié la mañana calentando agua en el fuego para la tina, dando carne seca a mi perro y desayunando unas rebanadas de pan con un poco del queso de las cabras de la señora Marie.

Cuando estuvo listo todo me acerqué a donde dormía el joven para despertarlo. Lo agité suavemente, sin embargo la respuesta que tuve fue como si lo hubiera despertado con un balde de agua fría, se sobresaltó y tensó.

-No te alteres, soy yo, Tom- pensé que sería bueno volverme a presentar, no sé qué tan consiente era él a noche-. Anda, levántate para cambiarte los vendajes y que puedas darte un baño.

De nuevo no hubo respuesta, aunque honestamente no la esperaba, sólo se sentó.

Mientras le quitaba los vendajes y retiraba los cataplasmas pude ver que muchos de los moretones habían disminuido y heridas cerrado. Quedaba un gran golpe en su costado, era muy probable que una costilla estuviera rota.

-¿Puedes ponerte de pie?- le pregunté con cierta severidad, ya estaba desesperado de su silencio.

Sólo respondió asintiendo con la cabeza.

Tomó impulso con las manos recargadas en la cama y, aunque con dificultad, logró levantarse. Tomé su mano y la dirigí a mi hombro para guiarlo. Se movía muy torpe, no me daba la impresión de que llevara mucho sin ver.

-Aquí está la tina, el agua está caliente- dije mientras le ponía la mano en la pila de madera-.

Él se acercó para tocar el agua e inmediatamente se comenzó a bajar los pantalones. Esto me tomó por sorpresa, retiré la mirada de inmediato, no se por que me daba tanta vergüenza, si los dos somos hombres, sin embargo me resultaba raro "verlo desnudo" cuando él ni siquiera me podía ver.

Un ruido de caída y agua me obligó a regresar la vista con urgencia, se había resbalado y colgaba con un brazo de la tina y las rodillas en el suelo . Me acerqué para levantarlo, cuando lo toqué para ayudarlo nuevamente me apartó, esta vez lanzando su mano. Respiraba agitado y su palma estaba dirigida hacia a mi, cómo impidiéndome el paso.

Entiendo...quieres levantarte por tu cuenta...

-Sólo ten cuidado-.

Se levantó y logró meterse a la bañera. Le acerqué un estropajo para que él mismo se hiciera cargo.

Mientras se duchaba, pasaba sus manos sobre heridas y hacía muecas de dolor. No entendía por qué lo seguía mirando, tal vez sólo fuera instinto protector, o tal vez otro sentimiento....

Por todos los dioses y diosas, su cabello es un desastre...

-Tú cabello- él subió su mano a su cabeza y tocó su enmarañado cabello-, deberías dejarme arreglar eso, no debe ser algo muy cómodo tenerlo así-.

Tomé unas tijeras y navaja, había rastas y nudos, no fue una tarea sencilla. Conforme se despejaba la cabeza podía ver aún más golpes y heridas, este sujeto la pasó muy mal, tal vez era un esclavo, o un prisionero; sin importar lo que fuera estaba huyendo, más temprano que tarde de lo que sea que estaba escapando podría venir a buscarlo, y no podía permitirme el riesgo de ser ubicado, no de momento.

Dejé su cabello casi a ras de la cabeza, quedaron unos rizos cortos, no se harían rastas en un buen tiempo.

Él se volteó dentro de la tina, me dirigió la "mirada" con una expresión de agradecimiento, levantó una mano y la colocó en su pecho, a la par que bajaba la cabeza.

¿Me estaba agradeciendo?

-No...-no estaba seguro de que realmente esa fuera su intención-no hay de que...-.

-Ya puedes salir de ahí, te preparé un poco de mi ropa, te quedará grande, cuando ganes un poco de cuerpo te quedarán mejor-.

-Ten, aquí tienes algo para secarte- le di un pedazo de tela de manta.

Se puso de pie y tuvo el suficiente pudor para envolverla al rededor de su cintura. Una vez que le  ayudé a salir de la tina llevé sus manos al pantalón, la camisa debería esperar a que le pusiera un vendaje para su costado amoratado.

-¿Puedes por ti mismo ?-asintió con la cabeza- De acuerdo, haz algún ruido si necesitas que te ayude, y no te vayas a caer otra vez- intenté sonar humorístico pero sólo soné insensible. Él no mostró reacción.

Una vez él se puso el pantalón me acerqué a él para guiarlo a una silla y ponerle nuevos vendajes en su costado.

-Ven- toqué su mano para que se guiara de mí, pero no esperaba que mi toque fuera a causarle esa reacción de susto-. Oh, lo siento- dije bajando un poco mi tono de voz-. Aquí está la silla, siéntate que te pondré de nuevo medicina y la venda. Ayudame levantando tu brazo derecho-.

Él obedecía mis indicaciones sin chistar, pero su cuerpo se veía demasiado frágil, daba la impresión de que se rompería si se movía demasiado.

-Te pondré una mezcla de hierbas medicinales, está un poco fría- quería describirle lo que hacía y lo que le ponía,  hasta ahora había confiado en mi no quería que eso cambiara por yo perpetuar el silencio-.

-Bien, te pondré la venda al rededor y habremos terminado, si te duele avisame- él sólo asintió con la cabeza. Ahora que lo pienso bien, no sé como me podría "avisar" que le duele si no puede hablar-. 

-Listo, ya está. Ahora te pondré una camiseta- introduje la prenda por su cabeza y con cuidado guíe su brazo del lado lastimado a la larga manga de esta y él solo metió la otra-.

- Hace algo de frío ¿no crees?- dije mientas me alejaba para buscarle una capa, él giró su cabeza hacia donde me había levantado-, toma, con esto podrás estar un poco más cálido...La ropa que llevas es color café claro, excepto por la capa, esa es color verde obscuro- no sé por qué me dio por describirle el aspecto de su vestimenta, pero me alegro de haberlo hecho ya que de nuevo se asomó una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios-.

Con toda la ropa se disimulaba un poco su aspecto lánguido, prácticamente le cubría todo el cuerpo, de hecho se veía bastante bien.

Una vez terminado volvió a hacer ese gesto corporal para agradecer. Creo que por ahí podríamos encontrar una manera de comunicarnos, al menos el tiempo que estuviera aquí, porque no podría quedarse aquí para siempre.

Oscuridad y Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora