𝑆𝑃𝐼𝑅𝐼𝑇 𝑂𝐹 𝑃𝐸𝑅𝑉𝐸𝑅𝑆𝐼𝑇𝑌

212 24 22
                                    















Existe una tendencia que usualmente pasamos por alto y con la perfecta arrogancia de la razón, dejamos que se escape de nuestra manos, tan solo por la falta de fé. ¿Es la perversidad un movil sin motivo? Para ciertos espíritus en ciertas condiciones la perversidad llega a ser irresistible...

El impulso crece hasta el deseo, el deseo se convierte en anhelo, el anhelo se vuelve un ansia incontrolable y al ansia finalmente es consentida.

Ojos color rubí, que como una caja de Pandora los orbes ocultan muchas cosas, ojos color sangre que no deben ser tentados bajo ningún motivo, ojos que contrarrestan con fiereza con un par de ojos color miel que siempre lo ven con miedo, con temor de ser su víctima.

Cazador y presa.

Dientes filosos que recuerdan con cada palabra que van a devorarla tarde o temprano, ojos que roban las almas inocentes o culpables sin emitir ningún juicio y personalmente las llevan con elegancia a las puertas del Inframundo, él era la personificación de todo lo que estaba mal en el mundo.

Ryomen Sukuna, un ser tan temible, solitario, arrogante y narcisista que hace honor a su título como "Rey de las maldiciones" un ángel caído del cielo, exiliado por sus pecados, un rey con el que la tierra temblaba, los pueblos ardían en llamas, las mujeres lloraban y los hombres suplicaban, trayendo en su sombra la desgracia y la muerte, aunque aún con poder en sus manos, la soledad era su plato de comida día tras día, las mujeres en su cama nunca faltaron en las noches aunque solamente fue por mero motivo sexual, no hubo amor y tampoco le importa si deseaban estar con él o no, nunca se sintió completo, un alma vagando por el mundo en soledad esto puede sonar como una muy débil escusa, en un fallido intento de darse paz en la noches-cosa cierta- pero la soledad era un precio uno a pagar, más por el tipo de camino que había decidido tomar.

Él miró a la mujer que lo había estado acompañando desde hace años, aquella que reía en silencio pensando que él no se daba cuenta, esa mujer que sonreía de manera gentil, aún cuando fuera obligada, ¿En qué demonios pensaba?

Ella debería de estar mirándolo a él, pidiendo por su toque, suplicando por estar en su interior, no al revés.

Se cruzó de brazos recargado en una pared de marmol en total silencio, mirándola desde una esquina de la habitación en que se encontraba la fémina, era una jaula de oro digna de un rey, ella era un pájaro que había perdido la dicha de volar cuando sus alas fueron arrancadas por sus grandes manos.

Una maldición, eso era él, era su escencia, ser temido por mucha gente en el mundo era su pan de cada día , todo con motivos justos, no sólo se trataba de odio injustificado, no, esto iba mas haya de lo superficial.

Si la rubia tuviera que describirlo diría que era cómo el mar, podía verse tranquilo en la superficie, tan elegante como un príncipe de un cuento de hadas mientras se postraba en su trono decorado con los huesos y esqueletos de maldiciones y humanos, tan pacífico, sin ningún remolino, pero una vez qué lo tenías enfrente tuyo, era imponente, vacío y nadie llegaba al fondo, las olas te arrastraban hasta tu muerte, de manera lenta y desesperante, sin ningún salvavidas que tuviera el valor de ayudarte, causando incertidumbre en cada fibra de tu cuerpo, para después revolcarse y hacerte sentir despecho por tu débil persona, sin embargo así era Sukuna, lo hacía por perversidad y jamás se cansaría, era su esencia.

En total silencio analizaba con detalle su delgada figura, pasaba su mirada por sus curvas, su escote él cual daban la vista del inicio de sus montes, su cuerpo era cubierto por un kimono rojo de seda fina, logrando escuchar con ayuda del silencio sus latidos tan lentos y precisos, la mujer dormía con un semblante afligido, tensa en su totalidad, sus ojos cerrados eran adornados por sus ojeras, sus labios lastimados estaban finamente apretados, notó como se trataba de refugiar entre las lujosas sábanas, como una niña con temor a los monstruos, seguramente por su intensa mirada, sus cabellos de oro tapaban la mitad de su cara, su cuerpo estaba lleno de moretones y rasguños, además de marcas que la proclaman eternamente cómo suya, marcas que el mismo había provocado hace meses, cuando la tomo en carne, pero no en alma.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 26 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐒𝐏𝐈𝐑𝐈𝐓 𝐎𝐅 𝐏𝐄𝐑𝐕𝐄𝐑𝐒𝐈𝐓𝐘 ━━ SUKUNA RYOMEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora