Harry Potter y los FANFICS Malditos

La lección de hechicería de Sirius Black

Harry Potter estaba en la Sala Común de Gryffindor, estudiando con sus amigos Ron y Hermione para sus próximos exámenes. De repente, Sirius Black apareció en la sala, causando un gran revuelo entre los estudiantes.

"¿Qué haces aquí, Sirius?" preguntó Harry, levantándose para saludar a su padrino.

"Bueno, Harry, pensé que podría enseñarte un hechizo nuevo", respondió Sirius, sonriendo.

Harry estaba emocionado. Había aprendido muchos hechizos de sus profesores en Hogwarts, pero aprender uno de su padrino era algo especial.

Sirius se sentó con Harry y comenzó a enseñarle el hechizo. Era un hechizo que había aprendido de un viejo amigo, y que nunca había sido enseñado en Hogwarts. El hechizo se llamaba "Cantus Animum", y Sirius explicó que era un hechizo de protección muy poderoso.

"Este hechizo te permitirá proteger tu mente y tu alma de cualquier daño que puedan intentar hacerte tus enemigos", explicó Sirius. "Es un hechizo avanzado, Harry, pero sé que eres lo suficientemente talentoso para aprenderlo".

Harry estaba emocionado por aprender este hechizo, pero también un poco nervioso. Sirius siempre había sido un poco impulsivo, y Harry sabía que debía tener cuidado al aprender algo tan avanzado.

Pero Sirius fue un gran maestro. Le llevó a Harry varias horas aprender el hechizo, pero con la ayuda de su padrino, lo consiguió.

Una vez que Harry se sintió cómodo con el hechizo, Sirius lo desafió a un duelo mágico. Fue un duelo difícil, pero Harry estaba mejorando cada vez más gracias al hechizo Cantus Animum. Finalmente, después de unos minutos de lucha, Harry logró vencer a su padrino.

"¡Muy bien, Harry!" exclamó Sirius, orgulloso de su ahijado. "Eres un mago formidable, y estoy seguro de que vas a llegar muy lejos".

Harry estaba agradecido con Sirius por enseñarle el hechizo Cantus Animum, y por pasar tiempo con él. A pesar de todos los peligros que rodeaban a su padrino, Harry sabía que siempre estaría allí para él.