El Aprendizaje del Amor

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Harry Potter se sentía torpe cuando se trataba de expresar sus emociones, en especial aquellas que involucraban decir "te quiero" a sus amigos y seres queridos. No era algo que se sintiera cómodo haciendo, pero sabía que era importante. Con la ayuda de la profesora McGonagall, Harry estaba decidido a superar su incomodidad y aprender a expresar sus sentimientos.

Una tarde, después de las clases, Harry se acercó a la profesora McGonagall en su despacho y le pidió ayuda con este tema.

"Profesora, necesito su ayuda", comenzó Harry. "No soy muy bueno para decir 'te quiero' y quiero aprender a hacerlo bien".

La profesora McGonagall lo miró con una mezcla de sorpresa y ternura. "Por supuesto, Harry. Es algo importante aprender. Pero, ¿por qué sientes que no puedes hacerlo bien?"

"No lo sé", dijo Harry encogiéndose de hombros. "Solo me siento incómodo, como si fuera una debilidad".

"Harry, expresar tus sentimientos no es una debilidad. Es una fortaleza", le dijo la profesora McGonagall con firmeza. "Y como mago, debes aprender a controlar tus emociones y usarlas para tu ventaja".

La profesora McGonagall comenzó a darle a Harry una serie de ejercicios para practicar la expresión de emociones positivas a sus amigos y seres queridos, empezando con pequeñas palabras de agradecimiento y aprecio. Harry practicó diligentemente cada día y, poco a poco, comenzó a sentirse más cómodo expresando sus emociones.

Un día, después de una cena en el Gran Comedor, Harry se encontró con Ron y Hermione en el camino de regreso a su dormitorio. Miró a sus amigos con gratitud y sintió que era el momento adecuado para poner en práctica lo que había estado aprendiendo. Mirándolos directamente a los ojos, dijo: "Chicos, quiero que sepan lo mucho que significan para mí. Gracias por estar siempre ahí para mí".

Ron y Hermione se quedaron un poco sorprendidos por las palabras de Harry, pero sus rostros se iluminaron con una sonrisa. "Gracias, Harry. Significas mucho para nosotros también", dijo Hermione.

La profesora McGonagall estaba observando desde la distancia, y se sintió orgullosa de ver a Harry aplicar lo que había aprendido. Sabía que no era fácil para él, pero su perseverancia estaba dando sus frutos.

"¿Cómo te sientes, Harry?", preguntó la profesora McGonagall, acercándose a él.

"Me siento mejor", respondió Harry con una sonrisa tímida. "Todavía me cuesta un poco, pero siento que estoy mejorando".

La profesora McGonagall asintió con aprobación. "Estás en el camino correcto, Harry. Expresar tus sentimientos es una habilidad que debes seguir desarrollando, pero estoy segura de que lo harás bien".

Y con esas palabras de aliento, Harry se sintió más confiado en su habilidad para expresar sus emociones. Sabía que todavía tenía un largo camino por recorrer, pero ahora tenía las herramientas y la confianza necesarias para hacerlo.

Harry Potter y los FANFICS MalditosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora