don't get sick, please; paredes

único

las gotas de lluvia cada vez suenan con más intensidad y el sonido filtrándose a través de los ventanales abiertos de la sala comienza a distraer a leandro.

"che, que ganas de un picadito bajo la lluvia" murmura, observando como el cielo se nubla cada vez más, hasta que los rayos del sol desaparecen con totalidad. sus labios se estiran en una juguetona sonrisa, volviendo su mirada al hombre que reposa contra su hombro. "¿no crees?"

a lionel no le agrada mucho la idea de sentir su ropa húmeda luego de haber tomado una ducha, así que, voltea a ver la lluvia fugazmente, solo para no dejar de ser atento con el más alto. rápidamente declina a la idea, devolviendo su atención a la pequeña nintendo wii que reposa sobre sus piernas.

"creo que no" apenas musita, tecleando bulliciosamente sobre la pantalla táctil del dispositivo.

paredes bufa, desviando su mirada ligeramente ofendido. siente que su idea no ha sido valorada con justicia, así que lo vuelve a pensar, esta vez en soledad. los dedos de sus pies cosquillean con ganas de salir al patio y rebotar la pelota contra la pared.

la sala es silenciosa, sólo se escuchan las gotas de agua caer sobre el techo. leandro observa la hora y nota que la tarde ya llegó, entendiendo la brisa fresca que comienza a volar cerca de su nuca. leo continúa jugando con tanta concentración puesta sobre la nintendo que comienza a aburrirse de la poca atención que recibe del rosarino, y su hombro comienza a hormiguear por el peso del otro, quien ya lleva mucho tiempo recostado contra su cuerpo.

"¿podés levantarte?" empuja suavemente de la cintura a lionel, logrando apartarlo de inmediato. el hombre apaga su videojuego al instante y lo observa con el ceño fruncido, notoriamente confundido por la repentina interrupción. "voy a jugar a la pelota, tengo unas terribles ganas de mojarme en la lluvia"

el entrecejo fruncido del mayor se intensifica, apartando el dispositivo de sus piernas. "te vas a enfermar, leandro. el viento está helado y esa lluvia te va a hacer mal, mañana tenemos que ir a la reunión que organizó ney, ¿y si te enfermás?"

el muchacho ríe con sorna, como si hubiera escuchado algo digno de lo que burlarse. coloca su mano sobre la nuca de lionel y acaricia la zona con su pulgar.

"yo nunca me enfermo, vos ya sabes eso, leo. desde que nos conocemos, yo he cuidado más veces de vos que vos de mí"

el mencionado lo observa con dureza por largos segundos, aunque termina cediendo por culpa de las caricias sobre su cuello. niega y suspira resignado. no tenía mucho sentido continuar advirtiéndolo, sabiendo lo testarudo que el hombre podía llegar a ser.

"bueno, hacé lo que se te cante, dejame jugar a la nintendo en paz" masculla, volviendo a acomodarse contra el sofá antes de seguir jugando. leandro esparce unos dulces besos sobre sus mejillas antes de saltar fuera del mueble como un pequeño emocionado.

paredes camina con pasos rápidos hacia el patio mojado, como si la lluvia no pudiera esperar más tiempo por su presencia. se siente rejuvenecer hasta la adolescencia cuando las gotas caen sobre su rostro, empapándose tan pronto como comienza a correr detrás de la pelota que rueda por el césped. patea contra la pared, hace dominadas y gambetea a pesar de lo resbaladizo que está el suelo.

disfruta tan notoriamente de la lluvia que lionel no puede evitar asomarse a través del ventanal para apreciarlo más de cerca. su cabello mojado se menea con gracia y el sonido escandaloso de su risa lo contagia. su pecho cosquillea desenfrenadamente cuando leandro lo observa y le sonríe con tanta adoración.

"¡este gol es para vos, leo querido!" el muchacho patea y la pelota rebota contra el palo metálico del arco improvisado.

la lluvia era cada vez más fuerte y dura una hora más, tiempo suficiente para satisfacer las ganas que leandro tenía de jugar fútbol bajo el agua. la ropa se pega a su cuerpo y ya no hay prenda que lo proteja de la fresca brisa, haciéndolo titiritar mientras ingresaba de nuevo a la sala.