Minho
Pasa por completo de la rotonda, cruza directamente por el césped y se incorpora de nuevo a la carretera nacional, aunque en dirección contraria. En un momento dado, tomamos una salida que desemboca en una carretera rural tranquila.
La seguimos durante aproximadamente un kilometro y medio. Han ha puesto música y está cantando. Rock argentino. Sigue el ritmo tamborileando sobre el volante.
-Palabras más o menos, ayer me decías, palabras más o menos, que no me quieres...-murmura la siguiente parte. Parece que él tampoco domina mucho el idioma, pero eso no le impide seguir cantando animadamente y contagiandome moviendo la cabeza al ritmo de la música-. ¿Sabias que uno de ellos se tiró de un noveno piso hacia una piscina?
-¿Qué?¿Por qué?
-Cuando terminó un concierto, un oficial de policia le dijo "Usted es una persona común y corriente para mí". De vuelta en el hotel, para demostrar que no era una persona más, decidió tirarse desde el edificio. ¡Es brillante!.
Así nos pasamos todo el trayecto. Le pregunto quienes son los intérpretes, el chico nombra a más de diez personas, y los únicos nombres que retengo son los de: Cerati, ¿Calamro?, y Fito algo. No lo sé, pero disfruté todas las canciones super animadas.
Llegamos a un pueblecito que solo tiene un par de manzanas. Han se inclina sobre el salpicadero y ralentiza el coche.
-¿Ves algún letrero?
-Allí hay uno que dice Iglesia.
-Bien. Genial -gira, y una manzana más allá aparca junto a la acera-. Ya estamos.
Sale del coche y da la vuelta, se acerca a mi puerta, la abre y me ofrece la mano.
Nos dirigimos al edificio de una antigua fábrica que parece abandonada. Veo alguna cosa en la pared, recorriéndola en toda su longitud. Han sigue caminando y de repente se para al llegar al final.
«Antes de morir...»
Es lo que se lee en lo que parece una pizarra gigante. Y debajo de las descomunales letras hay columnas y columnas, líneas y líneas. Los espacios en blanco se han completado con escritos en tizas de distintos colores, con caligrafías distintas, emborronados y desdibujados por la nieve y la lluvia.
Caminamos y vamos leyendo: «Antes de morir quiero vivir en Londres. Lanzarme en paracaídas. Tocar el piano. Hablar francés. Escribir un libro. Ser mejor padre que el mío. Sentirme bien conmigo mismo. Ir a Nueva York. Conocer la igualdad. Vivir».
Han me da un golpecito en el brazo y me entrega una tiza de color azul.
-No queda espacio -le digo.
-Pues lo buscaremos.
Escribe «Antes de morir quiero» y traza una línea. Vuelve a escribirlo. Lo escribe una docena de veces más.
-Cuando hayamos completado estas, podemos ir a la fachada del edificio y por el otro lado. Es una buena manera de averiguar por qué estamos aquí.
Y sé que cuando dice «aquí», no se refiere a esta acera.
Empieza a escribir: «Tocar la guitarra como Jimmy Page. Componer una canción que cambie el mundo. Valer para algo. Ser la persona que quiero ser y que con eso sea suficiente.
Importar».Me quedo mucho rato quieto, solo leyendo, y al final escribo: «Dejar de tener miedo. Dejar de pensar tanto. Llenar los espacios que he dejado atrás. Volver a conducir. Escribir. Respirar».
Han está detrás de mí. Lo tengo tan cerca que oigo cómo respira. Se inclina hacia delante y añade:
Antes de morir quiero saber qué es un día perfecto.
Retrocede un poco, para leerlo, y se acerca de nuevo a la pared: «Y conocer a esa revista importante». Antes de que me dé tiempo a decir alguna cosa, ríe, lo borra y lo sustituye por: Y besar a Lee Minho.
Espero que también lo borre, pero deja caer la tiza y se sacude las manos, antes de limpiárselas en los vaqueros. Me dedica una sonrisa torcida y me mira fijamente la boca. Espero que tome la iniciativa. Me digo: Que lo intente. Y luego pienso:
Espero que lo haga. Y solo de pensarlo noto una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.Veo que niega con la cabeza.
-Aquí no. No ahora -y empieza a caminar de vuelta al coche. Lo sigo, y una vez estamos instalados, con el motor y la música en marcha, dice-: Antes de que empieces a pensar según qué cosas, eso no significa que me gustes.
-¿Por qué tienes la necesidad de volver a decirlo?
-Porque veo cómo me miras.
¿Cómo lo miro?
Se ríe.
Nos ponemos en marcha y mi cabeza funciona a mil por hora. Que haya deseado que me besara durante, ¿cuánto tiempo habrá sido?, un segundo, no significa que me guste Jisung. Lo que sucede es que hace tiempo que no beso a otro chico que no sea Chan.
Escribo en el cuaderno: «Antes de morir quiero...», pero no sigo, porque lo único que veo es la frase de Han flotando sobre la hoja: «Y besar a Lee Minho».
Antes de que Han me deje en casa, va directo al Quarry, en el centro de Bartlett, donde ni siquiera nos piden el carnet para entrar. Cosa que hacemos directamente, el local está abarrotado y el ambiente cargado de humo, y la banda que actúa toca a todo volumen. Todo el mundo lo conoce, pero en vez de sumarse a la banda del escenario, me toma de la mano y bailamos. Parece que estemos bailando en un concierto de rock, aunque al instante siguiente me encuentro bailando música latina.
Le hablo a gritos:
-Tú tampoco me gustas.
Pero se limita a volver a reír.
Holis :)
Me ayudarían mucho votando,
comentando y compartiendo
para llegar a más personas.Gracias por seguir la lectura 🍂
ESTÁS LEYENDO
El mundo nos destruye a todos | minsung
Roman pour AdolescentsJisung está roto. Minho está roto. ¿Pueden dos mitades rotas reconstruirse? Esta es la historia de un chico que aprende a vivir de otro chico que pretende morir; de dos jóvenes que se encuentran y dejan de contar los días para empezar a vivirlos. [ᴀ...