25. ¿𝘔𝘦 𝘭𝘰 𝘱𝘳𝘰𝘮𝘦𝘵𝘦𝘴?

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Ayer le envié un mensaje a mi madre para explicarle que salía de fiesta y no dormiría en casa. «¿No duermes en casa?», exclamó, y le dije que no, otra
vez. «¿Estás con Min?» «Adiós, mamá, buenas noches.»
Dormir con Bright es genial. No se mueve por la noche y siempre huele muy bien. Abro los ojos y me quedo mirándolo, aprendiendo las sombras que se dibujan sobre su boca, estudiando su color, recordando su sabor...
Al salir de la ducha me ofrece un albornoz y una taza de café. Estoy en el salón de su suite, mirando por el gran ventanal todo lo que sucede ahí abajo. La Gran Vía se ve impresionante desde las alturas. Tomo un sorbo y me doy la vuelta, con los ojos fijos en los muebles de la casa. Es contradictorio, porque es evidente que está todo muy bien cuidado, pero me sigue pareciendo un espacio frío. El silencio araña las paredes, respirando secretos. Aún no sé casi nada de la vida de Bright . Él es exageradamente reservado.
Está leyendo el periódico con el ceño fruncido, y parece un intelectual.
Jamás me lo hubiese imaginado de esa forma, pero me gusta. Lo hace más misterioso de lo que ya es, y solo le falta sacar un puro y quejarse de lo mal que están las cosas en el mundo. Pero ¿y lo bien que me siento yo en este momento?
Recorro su cuerpo con mis ojos, de pies a cabeza. Cada parte nueva que veo me gusta más que la anterior, si es que eso es posible.
Joder, con este chico súper hombre he perdido la virginidad.
Sus manos me han tocado con devoción
Su boca experta ha jugado con mis pezones.
Su erección ha estado dentro de mí, bombeando con fuerza hasta
correrse.
Parece mentira que todo eso sea cierto. Es demasiado guapo. Demasiado atractivo. Demasiado Bright .
-¿Qué haces mirándome tanto rato? -pregunta mientras lanza una
mirada por encima del periódico. Creo que entonces sonríe, aunque no llego a verlo -Se me ha olvidado preguntarte qué tal has dormido.
Me acerco y dejo caer los codos sobre sus hombros. Bright echa la cabeza
hacia atrás para que nuestros ojos se encuentren.
-Hacía tiempo que no dormía tan bien.
-Perfecto, te necesito bien descansado para follarte de nuevo.
Siento que me pongo rojo. Él no. Bright siempre habla del sexo de forma natural, como si te estuviera
dando los buenos días.
-Ahora tengo que irme... -Pienso en mis padres. He vuelto a hablar con ellos nada más despertarme y no están enfadados, pero dicen que ya
debería volver a casa.
-Hay un taxi esperándote abajo.
-¿Has pedido uno?
-Hace diez minutos, sí.
¿Tan rápido quiere que me vaya?
-Y deberías tener un cargador a mano. Casi no te queda batería.
Levanto las cejas.
-¿No habrás mirado mi...?
-Sí.
Uy, eso sí que no.
-Pues no lo vuelvas a hacer. No puedes mirar mi móvil sin mi permiso.
-¿Tienes algo que esconder?
Pero ¿este tipo de qué va?
-No se trata de esconder, sino de proteger mi intimidad. Lo digo muy en serio.
Acaba de ponerme de mal humor. ¿Quién se cree fisgoneando en mis
cosas?
-Vale. Te compraré otro cargador para que no vuelvas a irte sin batería.
-Aún aguanta hasta que llegue a casa.
-Quiero saber que estás bien en todo momento.
Rectifico, esto sí que parece mentira.
-¿Te estás oyendo? Porque empiezo a pensar que se te está yendo la
cabeza.
-A ti se te va a ir el taxi como no bajes ya. Vístete.
-También puedo ir en metro, andando, o pedirme un puto Cabify.
-De nada.
Pongo los ojos en blanco.
Apuro el último sorbo del café y me quito el albornoz delante de él,
desnudándome. Ahora es Bright quién recorre mi cuerpo con la mirada.
Puedo notar el deseo mojando su boca. Camino hacia su habitación y él me agarra de la muñeca.
-Túmbate sobre la cama ahora mismo.
Tiro de su mano para soltarme. Me pongo los pantalones y echo la
camiseta y la sudadera sobre mi hombro.
-El taxista lleva esperándome diez minutos, debo darme prisa...
-A la mierda el taxi -dice pegándose más a mí.
-Mejor otro día.
-No, no. Espera, joder.
Su piel está ardiendo.
Lo empujo con decisión.
-¿Sabes? Si no hubieses invadido mi intimidad -digo levantando el móvil por encima de nuestras cabezas-, ahora mismo podrías estar disfrutando de la otra.
-¿Qué quieres decir?
-Que me tendrías a cuatro patas sobre la cama, por ejemplo.
-Eres un cabrón.
-De nada.
-Hijo de puta...
-Que tengas un buen día, Bright .
Y cierro la puerta.
Desde el taxi, puedo ver cómo se recorta la silueta de Bright en su ventanal. Estará enfadado.
El coche se pone en marcha y se aleja de Gran Vía.
-Has pasado la noche con Min, ¿verdad? -pregunta Tu-. Mamá dice que cree que has dormido con ella.
-No es asunto tuyo.
-No seas así.
-Eres mi hermana.
-¿Y?
Mira, Tu. En realidad al que me estoy tirando es a Bright . Sí, Bright .
Nada de Min ni chicas. ¡Soy maricón! ¿A que es divertido? Ya podemos ir
juntas al concierto de Lady Gaga.
-No insistas.
-Vaaaaale. -Sopla un poco en el café y le da un sorbo-. ¿Te preparo
uno?
-Ya he tomado, gracias. Por cierto, ¿cómo va la última obra de mamá?
-Hoy casi no ha pegado ojo en toda la noche para intentar acabarla.
Está empeñada en querer tenerlo todo listo lo antes posible. Por lo menos esta vez ha usado acrílicos, por eso de que se seca antes y no huele tanto.
Además, es la única forma de poder enrollar la tela una vez lo termine para poder transportarlo. ¡Es enorme! ¿Lo has visto?
-La ayudé a montar el marco, sí. Y otra cosa -digo volviendo a cambiar repentinamente de tema-, lo tuyo con Dew... ¿va mejor? Me refiero a si has pensado algo o así.
-Ah, eh... sí. -Revuelve la cucharita en la taza y se entretiene haciéndola sonar en los bordes-. Estamos bien, no te preocupes. Lo que te conté la última vez... No se lo has dicho a nadie, ¿verdad? -Me ve hacer
un gesto negativo con la cabeza y suspira aliviada-. Han sido unas semanas algo estresantes. Estoy tratando de aprender a escucharme y saber qué es lo que quiero y qué no. Por supuesto, no puedo tomar una decisión ahora, porque por momentos pienso que estamos genial y luego...
-Vuelven las dudas, ¿no?
-Exacto, las malditas dudas. En fin... -Chasquea la lengua y suelta la
taza, haciéndola vibrar en la mesa antes de quedarse quieta-. ¿Sabes? Me alegro de lo tuyo con Min, en serio. Aprovecha y disfruta ahora que puedes, porque al principio todo es fácil y muy bonito.
Se despide para entrar en su habitación y yo me quedo con sus últimas palabras, flotando en el espacio como un arma de doble filo. ¿Terminaré cortándome? ¿Lo habré hecho ya? Tengo serias dudas. ¿Alguna vez lo mío con Bright ha sido fácil? Si me limito a pensar la forma en la que nuestras bocas encajan, la respuesta es sí. Besarnos ha sido fácil. Fácil y muy bonito.
El resto es algo más complicado.
Min me llama en cuanto le devuelvo el mensaje, pero no se lo cojo. Le digo que ya hablaremos mañana. Creo que está molesta, aunque no estoy seguro. La tarde se hace larga y aburrida. Como cualquier domingo, me veo obligado a ponerme al día con los trabajos de la universidad. Después de desarrollar por Photoshop una campaña publicitaria para la asignatura de Creatividad y redactar un briefing completo, soy libre.
Esta noche no me apetece ver nada en la televisión, aunque tampoco consigo dormir. Pensar en Bright es lo que me mantiene despierto. Mi cuerpo busca su olor. Su proximidad. Su contacto.
Veo que está en línea. Le pregunto si puedo llamarle, pero es él quien lo
hace.
Hablamos durante media hora sobre el incidente del móvil. Se disculpa y yo le creo cuando me dice que no volverá a hacer algo así.
Antes de colgar ya echo de menos oír su voz.
El lunes me despierta con su habitual rutina. Preparo el desayuno, me lavo los dientes y me visto para ir a clase. Por las mañanas el metro es un asco.
La gente se amontona en los andenes y todos entramos en los vagones como
si fueran gigantescas latas de sardinas. Cuando me bajo en Ciudad
Universitaria mis amigos ya me están esperando. JJ, Film y yo escuchamos lo que ya sabemos: el drama de Min con Bright .
-Y entonces, cuando voy a besarlo, le vibra el móvil y me pide que me
vaya.
-¿Y eso? Quizá fuera importante. ¿Problemas familiares? -la
tranquiliza Film.
-Ni idea, pero estaba muy raro.
-Lo mismo había quedado también con otra y no se acordaba. Y tenía
que echarte -salta JJ.

Los cuerpos de la habitacion roja. (Adap. BrightWin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora