Capitulo XXXI

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"Y pensar que eso es la vida: un instante, un momento, una felicidad temporal, hoy estas y mañana no lo sabes. Se disfruta mientras se puede, se ama a quien nos quiere, le entregamos el alma a la felicidad, es eso lo único que nos llevamos al infinito".

2 meses después.

-Buenos días - escucho Camila a lo lejos.

Fue abriendo poco a poco sus cansados ojos y se encontró con un radiante rostro conocido, un radiante rostro que ocultaba una tristeza internamente, Clara, la madre de Lauren, era una mujer fuerte y positiva, durante estos dos meses ha sido el pilar fundamental que ha sostenido la calma de todos, Camila tenía el alma destrozada con el pasar de los días, con el deterioro de Lauren, con la lentitud de una ausente recuperación, pero Clara siempre ha estado ahí, con una sonrisa, y su calor.

-Buenos días Clara - dijo, moviéndose un poco en el incómodo sofá que, durante este tiempo ha sido su lugar de descanso.

La Cabello lanzó su mirada a la cama y su corazón casi se detiene al notar la ausencia de Lauren, se levantó de golpe y antes de que pudiera decir algo, Clara intervino.

-Tranquila cariño, se la han llevado para su tratamiento - le calmó, tomándola de los brazos haciendo que volviera a tomar asiento.

-Joder, que susto - expresó, colocando su mano en el pecho.

-Tu debes ir a casa, descansar un poco, ver a los peques y si quieres luego regresas, pero no debes seguir durmiendo en ese sofá.

Camila negó con la cabeza, era algo que a diario la mujer le decía, pero se negaba apartarse del lado de su chica, sentía miedo e inseguridad si no estaba cerca.

-Sabes cual es mi respuesta, Clara.

La mayor trato de protestar, pero en ese momento hacía acto de presencia por la puerta de la habitación, la inspectora Jáuregui, a Camila se le partió el corazón en muchos pedazos, como cada vez que la ojiverde regresaba de aquellos tratamientos tan fuertes, aquel brillo en los ojos de la inspectora parecía haberse apagado de golpe, su mirada reflejaba un sufrimiento torturante, esa sonrisa con la que había enamorado perdidamente a Camila escondía un gran dolor cada que intentaba dibujarla en su rostro, la chica Cabello debería aguantarse duramente el no derramar lágrimas, siempre ha querido mantenerse fuerte por ella, pero parecía que con el pasar de los días aquello se hacía cada vez más imposible.

-Hola chicas - saludó con dificultad la ojiverde.

-Mi amor, buenos días, ¿que tal estás hoy? - le preguntó su madre, con una amplia sonrisa.

-Intentando vivir, mamá- le respondió, levantándose de la silla de ruedas y siendo ayudada por el enfermero a entrar a la cama.

Camila seguía en silencio de pie mirando a Lauren, quien le devolvió la mirada con una sonrisa.

-Dormías muy profundo, no quise despertarte, les pedí a los enfermeros que no hicieran ruido- le explico.

-Debiste hacerlo, sabes que me gusta estar a tu lado.

-Lo se Camz, pero haces demasiado todos los días, no quiero que te enfermes, debes descansar y comer bien, no estás comiendo, la comida que te trae mi madre si a penas le das un bocado.

Una Bala Directo al Corazón - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora