Deku caminaba tranquilo camino a su casa, una semana había pasado desde el incidente con Todoroki. Durante este tiempo se conocieron y vieron que tenian muchas cosas en común. Le encantaba tener un nuevo amigo y más siendo este Todoroki.
Claro que notó en sus recesos como Katsuki le miraba, pero no se acercaba.Aveces quería recuperar esa amistad que tenía con el Enigma, siempre que intentaba acercarse a este le ignoraba o en los peores casos le gruñía.
-¡Oye idiota!
El pequeño beta se detuvo, girando sobre su propio eje para encontrar esa mirada rubí. Su corazón dió un vuelco. Obviamente no iba a dejar de estar enamorado de ese tonto Enigma solo porque este decidió alejarse para obtener fama. Supone.
-Kacchan...
-¡Alejate de ese idiota mitad-mitad!
Izuku negó rápidamente. Al contrario no le gustó eso, acercándose de forma agresiva. Como suele ser Katsuki. -¿Cómo que no De-ku?
-Kacchan siempre alejas a las personas que quieren ser mis amigos... Me pone triste. -susurro. -Pero ya no te permitiré eso Kacchan, así que ¡Ya déjame hacer amigos! -e intentó gruñirle. Se vio de una forma tan tierna para Katsuki que se quedó congelado. ¿Su dulce omega le estaba retando? Que lindo.
Salió de su ensoñación al ver que el chico bajito se iba alejando poco a poco. Sin dudar se acercó nuevamente, con un leve trote lo alcanzó.-Esta bien, lo que mi Omega quiera. -le sonrió de forma coqueta, haciendo que Izuku rodase sus ojos.
-Ya te dije mil veces que no soy un omega. Solo una "falla de beta". - lo miró por unos segundos y volvió su vista sobre el camino para poder decirle -Aparte... Si fuese tú "omega"... No estarías besandote con todo aquel que se te cruce.
-¿No te gusta?
-¡Obvio no! Uhg... -Izuku apresuró el paso al ver que estaba cerca de los edificios donde vive con sus madres.
Katsuki decidió dejar de seguirlo y darse la vuelta para caminar a su hogar. No vivía tan lejos del pecoso.
→🐺←
-Estoy en casa. -gritó el rubio.
-Bienvenido hijo. -le recibió su padre. -Tu madre salió de compras al centro con Inko-san. Ya sabes, cómo está cerca el cumpleaños de Hisashi, quieren hacerle una sorpresa.
-¿Irás?
-Obviamente que iré, tu también.
Con eso en mente, el rubio solo le asintió y subió a su cuarto. Tirando al suelo su mochila a la vez que saltaba a su cama, pensativo.
¿Porqué a su Deku no le gustaba que besara a otros? ¿No era lo que a su omega le gustaba? No entendía.
Solo recuerda la vez que un deku de doce años le decía: "Soñé que Kacchan... Besaba a alguien... Se veía muy lindo... Quisiera saber cómo besa Kacchan" ¿No se refería a que le gustaba verlo besarse con otros?
Luego de unos minutos pensando en una posible respuesta a su duda, calló en cuenta de su error. Izuku en su momento le pidió un beso de forma indirecta.-¡No! -gruñó molesto consigo mismo. Su alfa interno también le suplicaba por ir atras del pelo verde y rogar perdón por su estúpidez. Se sentía un Enigma de lo más tonto.
Bueno. El amor nos hace tontos ¿No?
Sin dudarlo se preparó para cuando llegase el dia del cumpleaños de Hisashi. Le compraría regalos a su omega como disculpas. Cuando el tan esperado día llegó, se alistó junto a sus padres alfas, y una vez todo correcto salieron camino a casa de los Midoriya. Siendo recibidos por un pecoso de baja estatura. -¡Tía y tío Bakugo! Pasen... -se hizo a un lado dejando a los adultos entrar, y recién ahí notó la presencia del enigma. -Kacchan... Pasa por favor. - le pidió de forma amable.
Pero antes de que este entrara le extendió una bolsa grande. -¿Es un regalo para mi madre?
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¡Embrujado! →BakuDeku
Romansa-¡Ahí viene Deku! ¡Que no los toque! -¡Ah! -gritó una pequeña alfa. -¡Está embrujado! Con solo ese grito, todos los niños betas, alfas y omegas, abandonaron el parque. Dejando solo a un pequeño omega peliverde sollozando por tal rechazo de los niños...