Mierda. Mi padre.
Nunca me puse tan nerviosa cuando mi padre me llamaba, y eso solo tenía una explicación lógica; nunca había hecho algo como lo de hoy.
Llámenlo cargo de conciencia.
Tener que mentirle a papá suponía un gran reto para mí, puesto que nunca lo había hecho y me aterraba.
Y tú dirás: «dile la verdad a tu padre»
La verdad sería: «ah, hola papá. ¿Qué tal?¿Yo? Pues nada de otro mundo. Mi crush me quitó mi celular y por su culpa estuve en un salón de detenciones; vine hasta su casa a recuperarlo pero me topé con su estúpido hermano que está jodidamente bueno, me encerró en su habitación y casi nos damos duro contra el muro»
Si fueras padre no habrías reaccionado muy bien ante eso.
Respiro calmada antes de tomar el celular, que hasta ahora estaba en el escritorio. Decidida y repitiéndome a mí misma que todo va a estar bien, por fin contesto.
—¿Ronnie?¿Por qué tardaste tanto en contestar? —la voz seria de mi padre hace que me replantee la idea de mentirle.
—Hola, pá —trato de contestar con naturalidad —. Es que estaba haciendo un trabajo que orientó la profesora.
En parte eso es cierto.
—¿Sigues en la escuela? —cuestiona extrañado.
Y aquí viene lo más difícil.
«Échale huevos, Ronnie»
—El trabajo es en equipo, papá. Estoy en casa de mi compañero. Perdón por no avisarles a ti y a mamá.
—No te preocu...—se detiene —. ¿Compañero?¿Varón?¿Masculino? —alza un poco la voz y temo que Noah escuche.
Volteo a verlo y su sonrisa burlona me responde la pregunta que estaba rondando por mi cabeza.
—Papá, descuida. ¿Olvidas que le di en las pelotas a un chico?
—That is my girl —vitorea —. No demores que tu madre ya sabes cómo se pone. Te amo, princesita.
Ruedo los ojos ante la última palabra y una sonrisa no tarda en aparecer.
—Yo también te amo, papá.
Finalizo la llamada a la par que tomo mi carpeta y guardo de primera el celular. No volvería a cometer el mismo error.
—Debo irme —informo guardando los libros —. No te preocupes, termino el trabajo en mi casa.
Noah se encoge de hombros como si mi presencia le importara poco. A esto me refiero con que es un estúpido bipolar.
Termino de recoger mis cosas y estoy lista para marcharme.
ESTÁS LEYENDO
¡No toques mi Diario!
Novela Juvenil-¡Devuélveme mi diario, idiota! -espeto molesta frunciendo el ceño. -¿No te ves grandecita ya para tener un diario? -Es mi vida y hago con ella lo que quiero -me acerco para arrebatarle lo que me pertenece pero lo eleva aún más alto. Dirán lo que...