V e i n t i c u a t r o

149 6 0
                                    

A l y s s a

Volver al mundo real se sintió como una crueldad, pero por desgracia es algo que tuvimos que hacer. Ese domingo volvimos a casa y estábamos tan cansados que Caelan se quedó a dormir. Al día siguiente me llevó al trabajo y él tuvo que ir a sus entrenamientos. Nos hemos mantenido en contacto, pero el saber que estamos a una hora de distancia, extrañamanete, me está frustrando más de lo que pensé.

¿Sería muy apresurado de mi parte pedirle que viva con nosotros? Sé que a Bruno le encantaría, yo sería la más feliz del mundo y a Caelan parece agradarle de verdad este lugar. No lo consideraría si realmente no me sintiera enferma cada vez que estoy lejos de él.

Al menos hoy lo veré porque es el partido en Madrid. Quedó en pasar por nosotros. Le pedí que no lo hiciera, sé que debe llegar con el equipo, pero dijo que no me preocupara. Yo odio que me diga eso porque solo hace que me preocupe más, pero no he dicho nada, me prometí a mí misma no intervenir si él no me lo pedía.

Ahora mismo lo estamos esperando siete horas antes de que inicie el partido porque es un largo camino. Bruno parece el más ansioso de los dos, pero yo no estoy muy segura. Nel, por otro lado, trata de fingir indiferencia mientras revisa su celular, pero no ha dejado de mover la pierna. Ella decidió venir con nosotros para que Emilio no tuviera que conducir hasta acá. Él no estaba muy de acuerdo, pero es bastante difícil decirle que no a Nel.

—Seis horas de viaje —murmura, como si el solo pensamiento ya fuera cansado—. ¿Por qué jugarán tan lejos? Tienen un estadio aquí.

—Y me lo preguntas a mí. Lo único que sé es cómo se anotan los goles —me siento junto a ella viendo como Bruno se pone de nuevo su gorro de luces—. Estoy nerviosa.

—Todo va a estar bien, Aly.

—Es que... lo hubieras visto en la playa. Él está más preocupado por nosotros que por él mismo.

—Así estabas tú cuando decidiste publicar esas fotos. Es lo que el amor le hace a las personas.

Bueno, no puedo rebatir contra eso. Si estuviera en su lugar, probablemente me estaría comportando igual que él y tampoco aceptaría que tratara de hacerme cambiar de parecer. Proteger a alguien que amas nunca se pondrá en duda o en segundo plano. Es algo que yo sé bien.

—Yo lo hice para vengarme de mi madre —digo, sin embargo.

—Por lo que le hizo a él. A mí no trates de engañarme.

No, no puedo engañarla a ella, ni a mí misma.

Solo de verdad espero que todo salga bien hoy porque no estoy segura de poder mantenerme al margen si lo meten en problemas por mi culpa.

—¿Crees que fue estúpido?

—Fue una locura, sí —se ríe, como si no pudiera creer que yo haya hecho eso—. En definitiva fue un buen golpe para tu madre, pero no creo que haya sido estúpido. En realidad ella no te dejó otra opción. Sin ofender, pero ella es una perra cruel.

Suspiro.

¿Cómo algo así me ofendería?

Hace muchos años aprendía a desprenderme de las opiniones de los demás acerca de una mala relación entre madre e hija. Nadie nunca podría hacerte tanto daño que tu propia familia, y aunque sé que ella creía que estaba haciendo lo mejor para mí, no le tengo ningún respeto ahora. Ella dejó de lado todas mis necesidades y todos mis deseos a tal punto que me acorraló y no tuve más opción que salir por la puerta pequeña, destruyendo todo a mi paso. Y no me arrepiento. Sé que nunca habría podido conseguir la paz que tengo ahora si no hubiera filtrado esas fotografías.

El poder del amor #2 B.P [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora