E p í l o g o

211 8 0
                                    

T r e s  m e s e s  d e s p u é s

E l  d í a  d e   l a  b o d a

Siento que el desayuno me sube por la garganta y por poco no puedo contener una arcada. Los ojos se me llenan de lágrimas al instante y casi me arrepiento de no haber vomitado porque Nel me golpea al brazo.

—¡El maquillaje, Aly!

Suspiro.

—Lo siento. Estoy muy nerviosa y...

Su rostro se suaviza al instante.

—Ya sé, ya sé. Pero piensa que solo es Caelan. Y el día de tu boda.

La miro mal, indicándole que no me está ayudando mucho, y solo se encoge de hombros para seguir maquillándome.

El día de mi boda.

Dios santo.

Pasé los últimos meses organizando todo junto a Caelan. Descubrí que en realidad podría haber sido una buena organizadora de eventos en otra vida. No es que me apasione, pero creí que si me encargaba de todo, que si yo misma elegía las flores, el pastel, el sitio, para cuando llegara el día yo ya estaría preparada.

Pues, sorpresa, no lo estoy.

Siento todo mi cuerpo tenso, el estómago me duele y ya empiezo a tener arcadas de nuevo.

Me enfoco en Nel, quien está pintando mis labios de rojo y se encarga de que mi maquillaje sea lo más natural posible. Mi cabello está recogido con un lindo moño bajo y algunos mechones castaños caen frente a mi cara. Por el espejo, puedo ver mi vestido colgado en la pared y agradezco mentalmente de nuevo a la chica que lo hizo. Trabajamos por más de una semana en el vestido, ella lo hizo especialmente para mí. Tal vez ninguna otra persona me habría tenido tanta paciencia cuando sugería nuevas cosas cada día, pero ella es cuñada de Montserrat, así que fue de lo más amable conmigo.

Es demasiado buena en su trabajo y me alegra haberla elegido.

También me enfoco en el anillo de compromiso que descansa en mi dedo anular, que espera a que otro anillo se una a él esta tarde. Me ha costado quitármelo, incluso cuando duermo, porque es demasiado hermoso y representa cosas maravillosas para mí.

Me pregunto si Caelan estará igual de nervioso que yo.

Se empeñaron en que nos mantuviéramos en habitaciones separadas, incluso ayer por la noche ni siquiera pudimos vernos. Eleonor dice que es de mala suerte dormir con tu pareja un día antes de la boca, y pobre aquel ser humano que se atreva a contradecirla.

Sería demasiado fácil decirle a Nel que quiero algo de comer para que baje a la cocina y me traiga algo, pero creo que las supersticiones de Eleonor me están pasando factura. Sé que en unas horas me voy a reír por lo tonta que estoy siendo, pero ahora solo quiero que todo salga perfecto. Quiero que Caelan y yo tengamos un hermoso recuerdo de este día.

Ha estado al pie del cañón conmigo. Se encargó de muchas cosas de la boda y me soportaba incluso cuando ni siquiera yo podía conmigo misma. Un día nos peleamos porque teníamos una idea muy diferente de lo que queríamos para los centros de mesa. Al final me di cuenta de nuestro error y tuve que subir a la habitación. Antes de abrir la puerta, él se me adelantó.

También iba a salir a buscarme.

En ese momento supe que importaban una mierda los centros de mesa, siempre y cuando lo tuviera a él.

El resto de las decisiones fueron mucho más fáciles. Incluyendo el sitio. Ambos coincidimos que fuera en nuestra casa. El jardín es simplemente hermoso y las vistas de Rupit se prestan mucho para celebrar algo tan hermoso como una boda.

El poder del amor #2 B.P [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora