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— Vamos, Robin. Tu no quieres esto.— Azotó al aire la cadena de Sansón, dando a conocer la amenaza.

No hubo respuesta verbal, Robin se abalanzó otra vez sobre el mayor, golpeándolo con sus propios puños. Su mano que poseía las llaves, era la que más se esmeraba en hacer hasta sangrar, con tal de dejarlo lo suficientemente herido, como para llevarse a a Finney lejos.

Hablando de este último, él poco a poco iba recobrando conciencia, sus ojos se abrieron despacio, percatándose de lo que había frente suyo. Ya no se encontraba en el sótano.
Adolorido y aterrado, levantó su torso, presenciando la pelea, observó a su alrededor y notó la puerta que daba al exterior, estaba abierta.

Era libre.

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— ¡Pagarás! ¡Por esos niños!— Continuaba con los golpes, sin piedad.

Robin daba una gran batalla, hizo como pudo de esquivar los intentos de su supuesto padre para detenerlo, pero ya hubo un momento de debilidad que Al tomó de ventaja y sujetó sus dos manos, inmovilizándolo.

— Te tengo.— Sonrió, en un rápido movimiento, le dio un cabezazo, dejándolo casi al borde de quedar inconsciente.
Aprovechó ese momento y lo dejó contra el suelo, como si fuera una presa, encadenó y presionó los brazos de Robin tras su espalda, también puso fuerza en su cabeza usando su brazo.— He esperado hacer esto tanto tiempo...—

El menor apenas y podía escuchar sus palabras, y solo pudo ver con los fuertes rayos del sol provenientes de la puerta la silueta de quien parecía ser ese chico, Finney, a punto de salir.

No le dijo nada, su mirada suplicaba que lo ayudara, pero a pesar de eso, sabía que sólo se iría.

Así fue, Finney cruzó el umbral de la puerta, ignorado por el raptor, quien parecía haber fijado un nuevo objetivo.

— Te lo aseguro, hijo. Voy a disfrutar esto más que con los otros niños.— Tiró de su cabello, para levantarlo.
Robin trataba de no mostrarse asustado, a pesar de las nulas probabilidades de escapar, pero se podía percibir, estaba aterrado de lo que sería de él.

Sin embargo, el ruido de las cadenas de un momento a otro se escucharon sacudirse y, del dolor sintió un gran alivio cuando su cuerpo dejó de ser sujetado con violencia.
Aún así, podía escuchar jadeos desesperados, que no provenían de él; estaba tan cansado que su visión no podía ajustarse, pero podía siquiera notar que alguien estaba ahorcando al Raptor.
Robin soltó un suspiro ahogado, no sabía que acababa de ocurrir, pero estaba agradecido con quien haya venido a ayudarlo.

— ¡Hey! ¡Robin!— Los jadeos agonizantes habían callado, y quien lo había salvado estaba llamándolo, se oía preocupado.— ¿Estás bien?— Preguntó, acercándose a su persona, cuando estuvo lo suficientemente cerca, pudo verlo, Finney había regresado.

— Creí que te habías ido.—

— ... Tu te arriesgaste para sacarme de aquí, era lo menos que podía hacer.— Respondió, levantando con suavidad sus labios en una ligera sonrisa aún melancólica.— Vamonos, no sé si de verdad esté... Muerto.— Tendió su mano y Robin como pudo la sostuvo, así lo ayudó a levantarse, cargandolo como peso muerto.

Dio una última mirada al cuerpo sobre el suelo, antes de irse de ahí junto a Finney. No sabía que sería de él, cuando el contrario regrese con su familia, pero todo iba a ser mejor que regresar a esa casa.

¤ ESTØCOLMO ¤

ESTØCOLMO ♤ THE BLACK PHONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora