Te encontré en el infierno.

SORPRESA!!!!

Nunca me ha gustado dar espectáculos sexuales en público pero no podíamos quitarnos las manos de encima en la parte trasera del taxi...

Dani parece diferente y no es solo su cuerpo, es todo él, es más exigente, más brusco, como si hubiera perdido la vergüenza y el miedo a romperme. No puedo esperar a conocer más a fondo al nuevo Dani.

Vamos al apartamento que comparto con mi tía, ella está de viaje así que tenemos la casa para nosotros solos, por primera vez desde que nos conocemos podremos disfrutar el uno del otro sin prisas, sin miedo a que nos interrumpan, a que llegue Coco y nos sorprenda.

Cuando bajamos del taxi me agarra de la mano y tira de mi hasta pegarme a su cuerpo.

Esto también es nuevo, nunca caminamos así, enlazados como una pareja cualquiera.

Pero mucho más sorprendente es lo que me espera en el portal.

Sentado en un escalón, garabateando en su libreta, con el pelo largo, rubio y liso tapándole la cara y con una vieja mochila de cuero a sus pies, Sean irrumpe en escena como recién salido de una novela romántica, aún mas sexy de lo que recordaba.

- Sean!- grito, liberándome de la mano y del cuerpo de Dani. Sean y yo nos hemos escrito mails a diario. Hablando de todo, de nuestras vidas, de nuestras dudas, nuestros sueños, conociéndonos mucho mejor que cuando nos veíamos casi todos los días en New York.- Que haces aquí? - Dani frunce el ceño al ver a Sean y al escucharnos hablar en inglés, no le gusta nada la situación y no intenta disimularlo.

- Sorpresa! - grita mi rubio favorito y corre a abrazarme levantándome del suelo - Estás preciosa! Creo que no voy a tener tiempo suficiente para hacerte todas las fotos que te mereces!

- Donde te alojas?

- Bueno, esperaba que me ayudaras a buscar algo barato y céntrico.

- Ni hablar, te quedas en mi casa! Además estoy sola!

- Y el cachas con cara de querer matarme?- ríe Sean y al fin miro a Dani que tiene cara de querer matarnos a los dos.

- Dani... Este es Sean, un amigo de New York.

- Ya veo - gruñe y estrecha de mala gana la mano que le tiende Sean - creo que sobro.

- Lo siento, Dani.

- Podemos hablar a solas un minuto? - me disculpo con Sean y le pido que me espere en el portal, dejo que Dani me arrastre unos metros en busca de intimidad, como si Sean pudiera entendernos! - Quien cojones es el rubiales ese?

- Aunque te sorprenda, Daniel, he tenido vida desde que me llamaste loca y me dejaste tirada!

- Otra vez, Cris? Cuantas veces tengo que disculparme para que me perdones?

- Te he perdonado, te lo juro, pero ha hecho un viaje muy largo para venir a verme... No voy a pasar de él, ni siquiera por ti!

- Eres muy buena amiga...parece que tenéis mucha confianza, has follado con él?

- Vete a la mierda! No tienes derecho a preguntar ni a exigirme nada, lo sabes, verdad?

- Lo sé, pero ahora mismo querría partirle la cara... Y a ti...

- A mi qué?

- A ti podría follarte aquí mismo... delante de todo el mundo.

- No hace falta que seas tan vulgar!

- Vulgar? Te aseguro que me estoy controlando - me agarra por la cintura y me pega a él - vas a matarme - me susurra con la voz ronca de deseo y un escalofrío me recorre, intento separarme de él pero no lo permite y me besa con brutalidad, marcando el territorio delante de Sean - te llamaré - me advierte.

- No marques un territorio que no es tuyo - le advierto yo- ni estés tan seguro de ti mismo.

Me doy media vuelta dejándole con la boca abierta y permito que Sean me agarre por la cintura a pesar de que noto la mirada asesina de Dani clavada en nosotros, tal vez por eso me aprieto más a mi amigo americano.

Me gusta provocar a Dani, creo que podría ser mi nuevo hobbie.

- Era él? Daniel?- pregunta Sean en el ascensor y asiento- parece que al final le has perdonado.

- No te fíes de las apariencias... También parece que has venido para sorprenderme e intentar seducirme.

- Bueno, de esa apariencia si puedes fiarte...