E.140 Fiesta blanca para Candy y Terry

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"¡Candy, Candy, Candy, Candy!" John entró al cuarto, seguido por los demás niños, que buscaban desesperados a su hermana mayor. "¡Candy, Terry está aquí, Terry está aquí! ¡Apúrate!". "¿Terry? ¡YUHUU!", Candy salió corriendo del dormitorio para encontrarse con Terry, quien platicaba amablemente con la hna. María y la srita. Pony, montado en su Cleopatra blanca. "¡TERRY!" Candy salió saludando a Terry. "¡Hola, Candy! ¿Quieres dar un paseo?" Los niños, impresionados de tan elegante amigo de Candy, seguían con sus ojos a la joven pareja. "Vamos, Tarzán pecoso, ¡súbete!", Terry subió a Candy de un jalón, mientras los niños reían al escuchar el tan atinado apodo. "¡TERRY GRANCHESTER! ¡Me las vas a pagar!" – "¡Vamos, Candy, no te enojes! ¡A galopar!""¡...Son una pareja tan linda!", suspiró la srita. Pony. "Sí. A Candy se le ve tan contenta". La hna. María y la srita. Pony organizaron una cena especial para cuando Candy y Terry regresaran. Ella había estado viviendo en el hogar de Pony desde que había regresado de la boda de Albert y Kelly, y a diario recibían la visita de Terry. "¡Vamos, niños! Todo tiene que estar listo para Candy y para su amigo Terry!"."¡Mira, Terry! ¡Mi colina de Pony!", gritó Candy al pasar por la vieja colina. "¡Vayamos!". Tanto Candy como Terry habían deseado estar juntos en aquellos lugares que eran tan especiales para Candy. Una vez que llegaron, se sentaron al pie del árbol del Padre a admirar la hermosa vista de la puesta del sol, reflejada en el brillante lago. "Ya había estado aquí, Candy. Pero deseaba estar contigo", dijo Terry. "Recuerdo aquél día, Terry. Te fuiste tan rápido, que no tuve oportunidad de verte. El viento soplaba frío, y la tormenta de nieve no borró tus huellas, que animaron mi corazón..." – "..Candy...!", exclamó Terry. Luego sacó su armónica de su bolsillo, y comenzó a tocar su canción. Candy, recargada en el hombro de Terry, pensaba en lo feliz que era. No podía esperar vivir junto a él para siempre."Pronto nos casaremos y viviremos felices tú y yo, Candy. Organizaremos picnics con nuestros amigos, llevaré a los niños del hogar de Pony a los estrenos de mis obras de teatro, y tú y yo siempre estaremos juntos", decía Terry, mirando hacia el horizonte. Todo parecía un sueño hecho realidad. "Pero Terry, los niños del hogar de Pony no podrán viajar cada vez a Broadway" – "Por eso no te preocupes, Candy. Nosotros viviremos muy cerca de aquí". – "¿Cerca? ¿Qué quieres decir, Terry?" – Terry la miró con un aire misterioso y juguetón."Ven, Candy". Terry la subió de nuevo a su caballo, y galoparon hacia una mansión que Candy conocía muy bien: la mansión Lakewood. "Viviremos aquí, Candy, entre rosas y hermosos recuerdos". "Terry, no juegues con eso. ¡Esta casa pertenece a la familia Andrey!". "¡Es de nosotros, Candy!" – "¿Qué quieres decir?", Candy preguntó, intrigada. Pero Terry continuó, explicando: "Albert se mudará a África, y cuando venga a América, se hospedará en su mansión de Chicago. Candy, ¡Albert nos regaló Lakewood!", fueron las palabras de Terry, acompañadas por una extraña sonrisa. El rostro de Candy se iluminó, y no pudo hacer otra cosa mas que abrazar a Terry y reír de felicidad. "¡SÍ! ¡Albert es tan generoso!"... Unos breves momentos de silencio, y Candy añadió, mirando a su Terry: "Terry, soy tan feliz. A tu lado, no tendré nada que temer".El caballo trotaba lentamente mientras regresaban al anochecer al Hogar de Pony donde los esperaban con ansias, habiendo preparado una hermosa cena especial. Todos los niños salieron a recibir a la joven pareja, haciéndolos entrar al comedor. Cuando todos estuvieron sentados, la srita. Pony dijo: "Todos estamos muy contentos de tener al joven Terry Granchester aquí con nosotros. Todos los amigos de Candy son muy bienvenidos...". Pero luego Terry la interrumpió: "srita. Pony, quisiera aprovechar este momento, para pedirle su aprobación para casarme con Candy!" Candy, que tomaba un poco de agua en ese momento, se atragantó, enrojeciéndose, sorprendida, de que su amigo hubiera escogido tal momento. "¡Terry! ¡Aquí no!", rogó Candy. "Espera, Candy. Quiero escuchar su respuesta", dijo Terry, decidido.La srita. Pony y la hna. María también se sorprendieron, volteándose a ver al igual que los niños, que no dejaban de estar impresionados por tal caballero que los tenía boquiabiertos. Pero las hermanas se miraron entre sí, y miraron a Terry, que esperaba expectante su respuesta. "Sabemos que Candy te ama, y que tú la harás feliz. Pero ¿no deberías pedirle al señor Albert su aprobación?", preguntó amablemente la srita. Pony. "Sí, después de todo, Candy es una chica Andrey", añadió la hna. María. "Él ya me la ha dado. Pero espero la suya también. Ustedes criaron a Candy, y les agradezco por ello". La hna. María, y la srita. Pony se sintieron tan honradas, que dieron su aprobación con todo su corazón. La cena prosiguió entre risas, pláticas, anécdotas y miradas. Pronto llegaría el gran día...Candy lucía una hermosa tiara de flores blancas sobre su cabeza. Caminaba lentamente acompañada del brazo de Albert. Se dirigían al pequeño portal de rosas blancas que habían instalado al lado del árbol del padre. La srita. Pony y la hna. María lloraban de felicidad, y a su lado estaba Mary Jane y algunas otras enfermeras, amigas de Candy. Los niños, algunos sentados en el pasto, y otros trepados al gran árbol, observaban impresionados a su hermosa hermana mayor.Stear, Archie, Paty y Annie, quienes lucían hermosos y elegantes atuendos, le sonreían mientras Candy pasaba a su lado con su hermoso vestido blanco entallado. Tom y Dorothy también observaban desde los asientos a su querida amiga Candy, junto con Jimmy, el sr. Carlwright y Dayiana. La doctora Kelly, sentada al lado del asistente George, y de la tía abuela Elroy, se sentía tan feliz por Candy. Todos sus queridos amigos habían sido invitados a la fiesta. Algunos actores y actrices de la compañía Straford habían asistido también; pero también se veía a uno que otro marinero que miraba con felicidad a su amiga Candy. Candy miró a Eleanor Backer, quien le sonreía tiernamente. A su lado, un joven apuesto vestido de blanco y capa, miraba fijamente a Candy. Estaba totalmente enamorado de la que sería su futura esposa.Así, rodeados de sus mejores amigos, Candy y Terry finalmente se casaron en el lugar favorito de Candy: la Colina de Pony; sellando su unión con un tierno beso de amor. Terry siempre la había amado, y nunca había dejado de hacerlo. Candy ahora era feliz en compañía de sus amigos y mamás; con el apoyo incondicional de su protector y benefactor, Albert. Candy se encontraba finalmente al lado de su amado amigo, y fiel, Terry Granchester, quien tenía muchos proyectos para realizar junto con su amada amiga, y esposa, Candice White Andrey.


FIN.

FINAL de Candy, para todas y todes los soñadores!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora