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La noche se había pasado como una estrella fugaz para la desgracia del semialbino, que no había dormido demasiado por estudiar durante gran parte de la noche y que en ese preciso momento necesitaba estar en su cien porciento para el proyecto que todavía tenía por hacer.

Cuando el reloj apuntó las nueve de la mañana, fue que Izuku llegó al departamento de Shoto y tocó el timbre a lo que éste último no tardó en abrir la puerta. En cuanto el peliverde vio al bicolor, casi pegó un brinco del susto al verlo. Tenía su cara demacrada que era adornada por dos enormes ojeras. Por supuesto, Izuku no insinuó nada aunque se sentía culpable por sentirse un poquito intimidado por su presencia fantasmal. Shoto era un poco consciente de su apariencia demacrada y oscura, más no era consciente de lo que causaba en su compañero.

De igual manera, los dos procedieron con normalidad. Se instalaron e instalaron sus cosas y comenzaron el trabajo, pero poco tiempo después de hacerlo Shoto se levantó de su lugar e Izuku lo siguió con la mirada, extrañado.

El biclor titubeó un poco pero no podía verse de esa forma ante lo que estaba a punto de hacer, no lo consideraba coherente. Miró fijo a Izuku y todavía dudoso sobre si lo estaba haciendo bien, movió sus manos de manera que le pregunto a Izuku un, «¿quieres algo de beber?».

Izuku lo miró sorprendido y hasta cierto punto, incrédulo. No esperaba bajo ninguna circunstancia que Shoto le hiciera una pregunta en señas. Hasta donde se había dado cuenta, él no hablaba señas. ¿Acaso había estudiado la lengua? Fue lo primero que vino a la cabeza del peliverde, porque le parecía un tanto extraño y hasta cierto nivel le había sorprendido; pero para nada era desagradable, de hecho, era más cómodo si ahora Shoto lo podía entender más fácilmente a él.

Izuku hizo un movimiento con su cabeza de forma que le dijo a Shoto un «sí». El bicolor de inmediato sin decir ni hacer o mostrar nada más, fue a su cocina y sirvió un vaso de jugo de naranja natural para su invitado. Después se lo llevó y él le agradeció en señas. En el exterior Shoto no mostró sentir nada, pero internamente se sentía un poco victorioso consigo mismo por ser capaz de hacer las conversaciones entre Izuku y él más cómodas y entendibles que, si bien para él era nuevo comunicarse de esa forma, intuía que no le costaría acostumbrarse ni tampoco le costaría seguir aprendiendo la lengua de señas.

Toda la mañana y toda la tarde, no hicieron nada más que aquel proyecto que les estaba dando muchos dolores de cabeza y altos niveles de estrés a los dos.

Entre los planes de Shoto estaba el que, si los dos lograban terminar el proyecto antes del anochecer, le podría invitar a Izuku una partida de videojuegos, pero se había dado cuenta que eso no sería tan posible como creyó cuando el sol comenzó a ocultarse y aún les faltaba una parte del trabajo.

Para alrededor de las diez de la noche, cuando ya no había ni un solo de rayo de sol que alumbrara la tierra y en su lugar la luz de la luna se iba poniendo más en lo alto, pasó algo que ninguno de los dos pensó: comenzó a llover.

Y bueno, eso al inicio no supuso ningún problema para los dos. Afortunadamente para esa hora ya era mínimo lo que les faltaba para terminar el proyecto y Shoto pensó que si no paraba de llover para entonces, podría llevar a Izuku en su auto hasta su casa.

Tiempo más tarde cuando finalizaron su trabajo, los dos esbozaron una enorme sonrisa de satisfacción e Izuku se dejó caer en el suelo, aliviado y contento de haber terminado a tiempo. El bicolor por su lado alzó los brazos hacia arriba y estiró su adolorido y tenso cuerpo por el estrés.

—Que alivio. Lo terminamos a tiempo.

Dijo y al instante Shoto mismo se reprendió internamente ya que por un segundo había olvidado que Izuku no podía escuchar, así que optó por mandarle un mensaje con las mismas palabras que había dicho. No tardó mucho en recibir su respuesta.

Sonido En El Silencio | TodoDeku (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora