⌜Capítulo 14⌟

690 131 7
                                    

•͟➳ Christopher



Se que no debí de haber besado a Lee Minho, pero me fue imposible poder evitarlo ya que sentía un gran deseo de probar esos labios que son demasiado llamativos, muy lindos y tan únicos. O, mejor dicho, todo Minho es llamativo, lindo y único; he intentado no pensar en eso, pero pareciera que lo único que logro es atraer más esos pensamientos que no deberían de existir por el bien de ambos.

Evidentemente, lo que él siente por mí no es nada más que odio pues no ha parado de decir que yo he llegado a su vida para arruinarla. Aunque, la verdad es que deseo tanto que él obtenga todo lo que merece y es por ello por lo que, le pedí al CEO que Minho regresara porque de lo contrario, no me hubiera sentido cómodo. Ambos estamos luchando para obtener el puesto de gerente general, pero sé muy bien que él lo merece más que yo, sin embargo, no puedo decírselo porque seguramente, pensará que me estoy burlando de él.

Mis pensamientos se esparcieron tan pronto apareció Minho frente a mí, vistiendo una camisa y un pantalón que le he prestado mientras su ropa se encuentra en la lavandería.

—¿Que? ¿Me creció otra cabeza o qué? — preguntó con tono burlón mientras tomaba asiento frente a mí. Negué con la cabeza a modo de respuesta por lo que él continuó hablando—: ¿Qué hay para desayunar? ¡Muero de hambre!

—¿Cómo es posible que siempre tengas hambre?

—No cambies de tema.

—No, no hay nada para desayunar.

—¿Y eso significa que...?

—Pediré algo.

Minho hizo una mueca que me dejó muy claro su molestia por lo que no dudé en decir—: Podemos ir a desayunar.

El pelinaranja se puso de pie y dijo—: Veré que hay en tu cocina.

—¿Sabes cocinar?

—Es correcto. Yo soy perfecto, ¿lo olvidaste? — me preguntó mientras se ponía el mandil que me fue regalado por Félix hace unos años atrás cuando intentó enseñarme a cocinar, pero fue un completo desastre y decidimos no intentarlo más por el bien propio y de todos mis vecinos.

—No, no lo olvidé— murmuré. Me fue imposible dirigir la mirada hacia Minho pues parecía bastante cómodo mientras se paseaba por toda mi cocina e increíblemente, me pareció demasiado atractivo cuando comenzó a cocinar pues lo hacía con demasiada pasión y destreza.

—¿Te quedarás sentado todo el tiempo? ¿O me ayudarás? — me preguntó.

—Sinceramente, no creo que sea buena idea ayudarte...

—Podrías encargarte de batir el huevo— dijo mientras extendía un boul que no dudé en tomar.

—Batir el huevo— murmuré en silencio mientras asentía con la cabeza en un intento de dejar muy claro el hecho de que tengo perfectamente la situación bajo control, cuando verdaderamente, no sé lo que debería hacer ahora mismo. Y puede parecer estúpido el hecho de que no tengo ni un poco de conocimiento sobre "batir un huevo", pero no es nada más que la realidad.

Quizá la mejor —y más viable— opción que tengo, es confesarle a Minho que no sé qué hacer, pero seamos honestos, no puedo verme demasiado débil ya que, se supone que soy un hombre perfecto y no quiero perder la cara frente a ese chico.

—¿Qué mierda estás haciendo, Bang? — me preguntó Minho con tono serio por lo que no dudé en elevar la mirada hasta encontrarme con la de él y sonreí abiertamente con el objetivo de minimizar un poco su evidente molestia.

—Me pediste batir un huevo— respondí con seguridad —Y eso es lo que estoy haciendo, ¿no es obvio?

El pelinaranja frunció el ceño mientras estudiaba con detenimiento mis movimientos y eso generó que me sintiera demasiado nervioso.

—¿A eso le llamas "batir los huevos"? — hizo comillas en el aire para dar más énfasis a lo dicho.

—Sí...

—Dime que es una jodida broma— me pidió.

—¿Por qué estas desbordando tanto drama?

—Suelta eso, por favor. No quiero morir a causa de la frustración que siento ahora mismo mientras veo como intentas batir unos huevos.

—Eres bastante especial— me quejé mientras le hacía entrega del boul.

—¿Quieres que diga lo que pienso de ti en estos momentos? — me preguntó tras enarcar la ceja.

—No, gracias.

—Toma asiento y espera a que yo termine el desayuno— me ordenó con autoridad y estuve a punto de replicar, pero decidí guardar silencio mientras hacía justamente lo que él me ha dicho.

Nuevamente, miré hacia Minho y me fue inevitable perderme por completo en las nubes pues su manera de cocinar, fruncir los labios, hacer muecas, maldecir y sonreír cuando algo ha cumplido con sus expectativas referente al sabor y textura, me hace sentir tan jodidamente atraído y feliz.

"¿Qué demonios estoy pensando ahora mismo? Eso no debería ser posible puesto que Lee Minho es mi oponente y debo hacer hasta lo imposible con tal de obtener el éxito que merezco", me fue imposible evitar pensar mientras intentaba alejar los pensamientos y sentimientos positivos hacia el pelinaranja, pero sinceramente, me cuesta demasiado trabajo lograrlo.

𝙳𝚒𝚛𝚝𝚢 𝙱𝚘𝚢 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora