No dormí, solo daba vueltas en la cama. Viendo como la luz natural del sol comenzaba a salir desde la orilla Del Mar hasta la ventana de la habitación.
Hoy hace 8 años que mis padres fallecieron, 8 años en los que no veo ese brillo en sus ojos, esas risas mientras mamá preparaba el desayuno y papa le ayudaba y se daban pequeños besos.
Hoy hace también 1 año de mi sobredosis.
Levante mi cuerpo y sin pensarlo entre al servicio, me deshice de mi ropa y deje que las gotas de agua recorrieran mi cuerpo.
Gracias a eso conseguí que pasaran desapercibidas las lágrimas que derramaban mis ojos. No sabía como seguir adelante, era el primer año donde todo era diferente, donde decidí cambiar e intentar conseguir ser la mejor versión de mi misma.
Cuando no me quedaban lagrimas salí de ahí envuelta en una toalla. Mire el armario y saqué un bikini color violeta del interior, era de dos puedas, la parte baja cubrís poco. Perfecto para tomar el sol y esperar a que este día de mierda pasará.
Cogí una toalla, mi libreta y un lápiz y salí de ahí lo más rápido posible. Era pronto y todos dormían todavía. Asique sin hacer ruido abandone la casa y fui rumbo a la playa.
Pocos minutos después me encontraba sentada, con los auriculares puestos y mi cuaderno. Primero dibuje a mi familia, luego a mi hermana pequeña y algo abstracto que simbolizaba el caos de mi adolescencia.
Durante todo este rato mi teléfono no paraba de sonar, lo cual no le di importancia y seguí con mi propósito.
Suspirada por la insistencia de la llamada mire el celular y me sorprendió el número.
—Doctora López, no esperaba su llamada—Dije confusa
—Hola querida, quería saber que tal pasaste esta noche—Escuché preocupación en su voz.
—No e dormido, y ahora me encuentro en la playa—Dije mientras no paraba de garabatear en el cuaderno.
—Espero que sigas con la terapia de dibujo y cuando vuelvas de esas vacaciones nos juntemos para hablar—Adoraba a esta mujer.
Hablamos un poco más y tuvo que colgar ya que tenía un paciente esperando.
Suspire al vez que ya había acabado. Pase la hoja y mire el lienzo en blanco, mi cabeza no podía seguir dibujando, no conseguía plasmar nada ahora mismo.
Decidí tomar el sol, puse loción bronceadora y posterior mente desabroche el sostén y puse mi cuerpo boca abajo.
Pocas horas después, mire el teléfono y ya eran más de las 13:00, recogí mis cosas y caminé tranquilamente a la casa.
Justo cuando entre todos estaba ahí, los miré y había preocupación en sus rostros. Kilian dio un paso en mi dirección, negué con la cabeza y subí las escaleras.
Me deshice de mi bikini y me volví a adentrar en la ducha. Mientras me relajaba, sentí que la puerta se abría junto con la de la ducha.
Mire en esa dirección y vi s Nathan despojándose de su ropa. Pocos segundos después estaba dentro conmigo, me di la vuelta para verle directamente a los ojos.
Las gotas de agua caían por su pecho desnudo, su cabello completamente mojado hacía que gotas cayeran por su flequillo.
—¿Como estás?—Dijo mientras tocaba mi barbilla y levantaba mi rostro para que lo mirara.
—Destrozada—Mi voz se quebró y una lágrima sin previo aviso fue derramada por mi mejilla.
No dijo nada, solo se acercó un poco más y beso mi frente.
ESTÁS LEYENDO
Como se sigue viviendo.
RomantizmLa vida nos demuestra que está llena de altibajos, donde un día como cualquiera puede cambiar el rumbo de tu vida.