Capítulo Cuatro

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Los días pasaban con normalidad, desde aquella plática que tuvo Shin con aquel hombre, lo tenia distraído. Shinoju su hijo estaba preocupado por el estado de su madre.

—¿Te sientes bien?–Preguntó Gowasu a Shin tomando un poco de te–Tú animo cambió desde la vez que renunciaste a tu puesto ¿Puedes decirme si lo deseas Shin?, estoy para escucharte.

—Es muy difícil, señor Gowasu, me causa un dolor cada vez que lo veo, cada vez que el viene. Ese día vino hablar conmigo, aunque yo no quise tocar el tema, El me abrazo fue en eso que Shinoju vio esa escena–Se detuvo al terminar de relatar ese momento y tomar un sorbo de te.

—Vio a Shinoju debió haber preguntado quien era Él–Lo miro–Él ya no tiene nada contigo, no puede venir así como así, como si tuviera algún derecho o poder sobre ti.

—Lo se–añadió Shin volviendo a tomar un sorbo de te y mirar el reflejo del árbol en la taza–Yo ya no quiero volver a sufrir y menos que mi hijo salga lastimado–Continuo tomando el te.

—Shin se que no debo meterme en tu vida pero... Shinoju debe saber la verdad de su padre, no puedes seguir ocultándole para siempre. Tarde o temprano, esa verdad saldrá a la luz y se creara un gran problema en la cual. Puede que salgas perjudicado.

—Prefiero que sea tarde que temprano, Shinoju no puede saber que el su padre y lo mismo pasa con El, no puede saber que tienen un hijo.

—Shin, Shinoju tiene todo el derecho en saberlo, no puedes negarle eso.

—Lo se, pero tengo miedo al como pueda reaccionar. Y como puede aceptar que aquel desconocido que me abrazo es su padre, no podría decirle–Shin sirvió nuevamente una taza de té y la bebió con delicadeza.

—Piensa lo que te dije Shin, pero... De todas formar tu tienes la última palabra... Me hizo bien tomar un te y platicar contigo. Pero debo retirarme, los deberes me llaman.

—Lo mismo digo señor Gowasu.

Gowasu se fue, y Shin se quedo pensando en lo que dijo si Shinoju debe saber la verdad, salio de sus pensamientos por la voz de su hijo.

—Madre–llamo Shinoju–Ya se fue el abuelo Gowasu.

—Si Shinoju, pero no te preocupes lo volverás a ver dentro de una semana–Le sonrió.

—Está bien, podemos ir a explorar nuevos planetas. Me gustaría ver como se desarrollan la nueva raza que creaste.

Se detuvo al ver como Shin lo miraba.

—De acuerdo, si eso me ayuda a despejar mi mente .

—Gracias madre.

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