Veintiún intentos desesperados.

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· PETER ·

Ya estábamos sentados en las sillas comiendo cuando la puerta principal se abrió. Joseph hizo una pausa a lo que estaba diciendo, Tom dejó de untar mantequilla en su pan y yo dejé de tomar de mi taza. Luego la voz de Cass se asomó desde la entrada de la casa.

—¿Peter? ¿Estás?

Me levanté de mi silla sin poder contestar a la mirada con forma de llamada de auxilio que Tom me dedicó. Le sonreí pesadamente, fui al living y me encontré a Cass cargando dos cajas pesadas, al mismo tiempo en que me sonreía al verme.

—¿Me ayudas?

Asentí mientras tomaba una y no dejé que avanzara más de dos pasos antes de decir:

—Los chicos están en la cocina.

Me miró unos segundos, como si me estuviera inspeccionando, y luego su expresión cambió, hizo parecer que acababa de entender, como si mi rostro le hubiera dado la respuesta.

—Ya —dijo.

—¿Sí?

—Sí.

La miré unos segundos más y suspiró, luego me habló en susurros.

—Seré amable.

Le agradecí con la mirada y se metió a la cocina. Yo entré después.

· TOM ·

Entró a la cocina una figura un poco más baja que Peter, de cabello largo, negro y ondulado. Era más morena que Peter y tenía ojos más avellana que marrones. Entró con una gran caja en los brazos y se quedó mirándome en el segundo en que fuimos capaces de vernos.

—Hola. —Dijo.

—Ah, hola.

Me quedé paralizado un momento y volví a hablar.

—¿Necesitas ayuda?

—Estoy bien, gracias —respondió, y dejé de levantarme de mi asiento.

Joseph se paró rápidamente de su lugar luego de eso y se paró frente a ella mientras ella dejaba la caja en el suelo.

—Hola, es un placer.

Y entonces ella sonrió por primera vez mientras lo miraba.

—Joseph ¿no?

—Ése mismo. Cass ¿no?

—La mujer de la casa, sí. El hombre de la casa también, yo tengo el papel de ambos.

Y entonces ella se rio un poco y estrecharon sus manos. ¿Acaban de sonreírse y estrecharse las manos? Bien, supongo que es la forma en la que el mundo me castiga.

—Me alegra al fin conocerte —dijo Cass. Genial, también le alegra al fin conocerlo. Capté la patada, mundo. Sí la sentí.

—Oh —Joseph se asomó por el costado de Cass para ver a Peter— ¿han hablado mucho de mí?

Tenía esa mirada muy suya en la que te hace sentir que ya descubrió todo lo que ocultabas, da un poco de miedo y es atrayente a la vez. Peter se puso ligeramente nervioso.

—Le cuento todo —respondió.

—Gracias lindo, también eres mi todo.

Y Peter se atragantó con su propio aire haciendo que le diera un ataque de tos. Entonces esto se convirtió en una mezcla de Joseph disculpándose, Cass en una carcajada, Peter tosiendo y yo yendo a buscarle un vaso de agua. Así que no escuchamos al padre de Peter entrando en la casa, ni a la cocina.

"Algo así como estar bien".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora