XIV

193 9 2
                                    

Harry Styles iba de manera relajada en el lado del copiloto en el auto que me prestó el asistente de Roger, luego de explicarle lo sucedido la noche anterior. Él no me lo prestó sin antes darle un poco de dinero.

Sus pies subidos en el asiento de cuero y las manos detrás de la cabeza mostrando al exterior la falta de respeto que le tiene a todo ser vivo, o muerto.

-¿Puedes sacar tus zapatos de el asiento, por favor?-el chico me miró un rato pensativo para luego volverse a reír.

-Eres una jodida-dice-además de seca y aburrida-añadió.

-Yo soy muy divertida, créeme-siento mis dedos empezar a sudar contra el volante.

-Vive la vida, niña-su voz se denotaba tono burlón y mi paciencia iba decayendo de a pocos.

-No me digas así.

Que horrible será pasar tiempo con este hombre.

-¿Cuantos años tienes?-me atreví a preguntar.

-¿Acaso ya estás interesada en mí?-volteo con una mirada incrédula para observar su sonrisa y como me guiña el ojo. De verdad que lo hizo.

Me quedé en silencio un momento, meditando sus palabras.

-Me gustan los hombres.

-¿Yo soy...?

-Un idiota-Concluyo satisfecha.

-Eres traviesa.

-¿Donde quedó el jodida, seca y aburrida?-recuerdo irritada.

-Nunca he dicho que se haya ido, niña.

¿Acaso todo esto formaba parte de una broma pesada? ¿Quién se creía que era?

-¿Por qué no quieres que nos llevemos bien? Como profesionales-opino con el ultimo rayo de esperanza.

-Nunca he dicho que quiero llevarme mal contigo-dice confundido.

-Me das razones para creerlo.

-Solo he querido ser claro contigo-dice levantando las manos en forma de defensa.

-Yo debería ser la que deje las cosas en claro-reclamos con voz quejumbrosa.

-Pues aquí no será como te plazca la gana.

-Sí, por supuesto que será así-digo decidida.

-No estés tan segura de tus palabras. Las cosas pueden cambiar, todo cambia en el mundo, y este caso no será la excepción.

No dije nada. Harry me miró con una mirada satisfecha por mientras recostaba su cabeza en la ventana.

No hablamos en todo el trayecto hasta mi casa. El silencio no era incómodo, solo molesto, para mí.

Al llegar, abrí mi puerta y bajé, él hizo exactamente lo mismo.

-Linda casa- elogia caminando detrás de mí.

Solamente murmuro un pequeño y poco inaudible gracias.

Saco el manojo de llaves de el bolsillo trasero de mi pantalón y coloco la respectiva dentro del cerrojo, abriendo finalmente la puerta.

Me adentro a la casa y me pongo a un lado de la puerta, esperando a que mi querido invitado tuviera el deseo de entrar.

Harry me pasa de largo y me guiña el ojo, de nuevo.

Tiene alguna clase de tic en el ojo, seguramente.

-¿Podrías dejar de hacer eso?

-¿Dejar qué?-Voltea a encararme.

-Sabes de lo que hablo-digo irónica.

-¿Caminar?-Pregunta y camina hacia adelante y viceversa.

-Algo que deberías tomar muy en cuenta hacer, es madurar-me quito el abrigo negro y grande que llevaba puesto para dejarlo en uno de los percheros que instalamos Alinee y yo hace unas semanas, quedándome en un simple polo con estampado.

Harry baja la mirada de mis ojos a mis pechos, sin ser nada sutil.

-Eres un cerdo-le digo asqueada.

Maldito cerdo.

Él ríe como si todo fuera un chiste. Parece que lo es.

-Tienes una linda casa.

-Deja de elogiar todo lo que tengo ¿quieres?

Sin previo aviso se acerca a mi y me muerde el lóbulo de la oreja.

Apuesto a que mañana estará demasiado rojo por la fuerza.

Mis manos lo apartan de un empujón, provocando que se tambalee.

-Nunca vuelvas a hacer eso o sino te acusaré con Roger-trato de olvidar el hecho de mi tartamudeo hace unos segundos.

-Wow tu jefe me da tanto terror-Gira los ojos y suelta un bufido-Callada eres más sexy.

La miro pasmada en mi lugar. Acaba de llamarme 'sexy' ¿Tan normal es decirle a las chicas eso ahora?

-Solo...-suspiro intentando calmarme-Tu habitación es la penúltima del corredizo de arriba.

-Bien.

Veo que en sus manos no lleva ninguna maleta ni bolsa donde pueda llevar sus pertenencias.

-¿Y tu maleta?-pregunto extrañada.

-Soy un narcotraficante que viaja por todos lados intentando escapar de la policía, ¿Crees que llevaría ropa en una maleta?

Tiene razón.

-Cierto, había olvidado que además de idiota eres un narcotraficante, valla valla-Entorno mis ojos y me dirijo hacia la cocina.

Muero de hambre y tan solo pensar en eso me recuerda a mi glotona amiga.
¿Qué estará haciendo? Seguramente estás mordiendo el plástico del vaso de café que ella todos los días compra mientras juega en su movil.

-Abigail-llama Harry dándome una palmada en mi hombro.

-Ouch-me quejo sobando el lugar afectado-¿Qué fue eso?

-Te dije que tengo hambre.

-Pues cocina algo tu-digo y salto para alcanzar el paquete de galletas que está recostado en el estante crema.

Siento la presencia de alguien al lado mío y solo estirando la mano alcanza mi objetivo.

Al voltear, observo a Harry observándome con la caja de galletas en sus manos.

Trato de quitárselas pero él fue más rápido y las sube arriba de su cabeza.

-Dame eso-me quejo y salto lo más que mis pequeñas pierna pueden.

-Hobbit-ríe ante la situación.

-Jirafa-Digo rindiéndome.

-Te las doy si cocinas algo para mí-Me chantajea.

No quiero seguir peleando con el por unas jodidas galletas, entones acepto el trato.

Harry finalmente las tira en la isla y sale de la cocina rumbo al piso de arriba.

Bueno, hora de cocinar.

_____________________

Holaaa!! Espero que les guste y buah se q no actualizo muy rapido pero lo que puedo hago.

Ls quiero mucho muchotee!!

-danadana

Maybe [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora