Mrs. Park || SAHYO

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La peliroja entró al salón aguantando la mano de una alta castaña. Hoy venía vestida algo más llamativo que de normal, su blusa un poco abierto, su falda un poco más subida y sobretodo, en su trasero la mano de la castaña apretandolo con cada paso que daban.

Las amigas de la japonesa se quedaron bobadas ante la imagen que se les presentaba. Murmullos y miradas comenzaron a llenar el aula y la japonesa no podía hacer más que disfrutar toda aquella atención.

— ¿No habían terminado?— Jeongyeon preguntó con el ceño fruncido mirando a su amiga.

— ¿Yo pensaba que si, ella decía que no estaba enamorada de ella no?— la pelicorta con lunares habló.

Unos tacones hicieron ruido entrando al salón, libros se cayeron a la mesa y unas llaves se movían de un lado al otro.
— Buenos días a todos.— la castaña habló con la voz de un volumen elevado.

— Buenos días señorita Park.— todos dijeron en unísono.

— Buenos días señorita Park.— Sana contestó en voz alta cuando ya todas habían contestado ganandose lo que quería, la mirada y atención de Jihyo.

La mirada de la coreana bajó al ver la mano de la castaña acariciar la pierna de porcelana de la japonesa.

Jihyo carraspeó la garganta. — Buenos días Sana.— La coreana se volteó sobre sus talones y agarró la lista para pasarla.
— ¿Jeongyeon?—

— ¡Presente!— la rubia respondió.

— ¿Momo?—

— ¡Aquí!— ahora la japonesa respondió.

— ... ¿Mina?— la coreana habló en voz alta después de un pequeño silencio.

— ¡Perdone! ¡Señorita Park!— la peliroja levantó la mano. — Me saltaste.—

— Ya te he apuntado Minatozaki.— Jihyo explicó ofreciendole una sonrisa incómoda.

Sana la miró molesta, ¿cómo que Minatozaki? ¿Cómo era posible que ella le trataba de una forma tan formal y distante? Se cruzó de brazos y sus ojos se voltearon a la chica que traía a su lado dedicandole un "te quiero" con los labios sin hacer ruido.

Tzuyu le dedicó una sonrisa divertida y se acercó para besarle suavemente al principio, poco a poco iba subiendo de intensidad consiguiendo la correspondencia de su contraria.

Chaeyoung y Jeongyeon las miraron asqueadas, ganandose una mirada de muerte de Tzuyu ante la cual las dos retorcieron en su silla.

— ¿Tu crees que va venir a mi casa a matarme?— Chaeyoung susurró.

— Alomejor nos apuñala en el baño.— Jeongyeon le contestó en el mismo volúmen. Las dos se miraron con miedo.

— ¡Oigan!— La voz femenina y ahora molesta de Park Jihyo se hizo presente nuevamente en el salón. — Esas cosas en su tiempo libre, en mis clases no compartimos saliva. — Jihyo las miró mal y se volteó sobre sus talones.