4- Un virgen en la habitación (parte 1)

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—Natasha

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—Natasha.

Un virgen.

Un jodido chico virgen bajo mi cuerpo o sobre él.

De solo pensarlo mi excitación crece a niveles alarmantes.

Tan pronto como la solicitud llego a mi celular, a través de la aplicación de Sweet Sins, no espere ni un momento para aceptarla.

21 años, virgen y con suficiente dinero para pagar una puta de lujo. Listo para ser corrompido.

No quise pensar mucho en su edad y por qué sigue virgen, porque las dudas me harían rechazarlo. Probablemente era terriblemente feo o con pocas habilidades sociales, sin embargo, no me parecía normal que siguiera siendo virgen a su edad, en un país como este. Aunque debo admitir que me ha llenado de intrigas saber quién podría ser y como se vería, como se sentiría al estar dentro de mí, totalmente inexperto, esperando que le enseñé como se hace.

Sabía que llenarme con su inocencia iba a ser de lo mejorcito que obtendría de este trabajo. Ya habia follado con todo tipo de hombres, con adictos al sexo, con padres de familia, con fetichistas de pies, con dominantes y sumisos. De diferentes profesiones: abogados, jueces, empresarios, músicos, profesores y doctores, en este último rango se encontraba mi novio actual, Connor, aunque él nunca fue mi cliente, de hecho, no sabe lo que hago, él cree, al igual que todos los demás que solo me dedico a dar mis tutorías de piano a niños ricos en mi academia y por ello tengo el suficiente dinero para gastar y tener un apartamento cómodo en Broadway Avenue.

Para todos, —y es real— soy profesora de piano a tiempo parcial, me dedico a enseñarle a tocar a hijos de grandes empresarios y personas de dinero, tengo dos docenas de alumnos que realmente me general mucho dinero, pero también tengo otro trabajo, aunque para mí no es realmente un trabajo, es una diversión y un placer oculto, es lo que le ha dado sentido a mi vida desde hace 2 años.

Sexo.

Sexo.

Y más sexo.

Elijo a mis clientes, decido con quien acostarme y como lo haré. Ellos solo pagan la cantidad acorde al servicio solicitado y también pagan la habitación del hotel en el que pasara todo.

Hay cuatro simples reglas:

1. No follo en autos, en casas privadas o en apartamentos, solo lo hago en hoteles de la ciudad.

2. No beso a nadie en los labios.

3. No repito más de 3 veces con un mismo cliente.

4. No sabrás nunca mi nombre verdadero, para ti solo soy Ruby.

Soy un acompañante premium y debo ser tratada como tal. La compañía se encarga de investigar los antecedentes del cliente una vez he aceptado la solicitud, si algo anda de manera anormal, entonces la misma compañía se encarga de vetarlo para seguridad de sus chicas. También tenemos nuestros choferes proporcionados por la compañía, mismos que se encargan de dejarnos en el lugar y esperarnos hasta que el servicio este completo.

Habitación 159 [#1 Los Wellington] COMPLETA ✔ [DISPONIBLE HASTA EL 11 DE ENERO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora