Capitulo 22

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Alexander

Había pasado una semana desde el incidente con Alice, y mis hermanos estaban furiosos. Las tensiones en la Cosa Nostra estaban altas, y sabía que no podía permitir que mis emociones se interpusieran en el camino. Necesitaba mantener la mente clara.

Mis hombres querían que comprometiera a Alice con alguien de inmediato.

Llegué a mi despacho para encontrarme con mi hermano, Anthony.

—¿Qué diablos estás haciendo, Anthony? —ladré, mi paciencia agotada en las últimas semanas. Cada pequeña cosa parecía encender mi ira. Además, Khristeen había estado distante conmigo, lo que solo empeoraba las cosas.

—Te estaba esperando —responde Anthony. Sus ojos se desvían hacia las fotos que están sobre mi escritorio. —Éramos tan preciosos —dice, levantando una foto de él con Alice y Andrey cuando eran niños. Fue la primera foto tomada después de la muerte de sus padres.

Luego, su mirada se posa en otra foto, una que he mandado a enmarcar recientemente. Es una foto de mi boda con Khristeen. Anthony la levanta, examinándola con una expresión pensativa.

—Esto no lo esperaba —dice, mirándome con sorpresa y curiosidad.

—Sal de mi despacho antes de que te saque a golpes —le espeto a Anthony, mi paciencia llegando a su límite.

Andrey, al menos, ya no me molestaba. Probablemente porque encontraba suficiente diversión en sus propias cosas. Pero Anthony y Alice parecían disfrutar empujándome al límite. No se tomaban en serio el negocio, dejando todo el peso sobre mis hombros.

—Lo digo en serio, Anthony —gruño—. Tengo suficientes problemas como para lidiar con tus tonterías.

Anthony levanta las manos en señal de rendición, pero puedo ver la diversión en sus ojos. A pesar de todo, no puedo evitar sentir un cariño frustrado hacia él. Después de todo, es mi hermano.

—Debes hablar con tu esposa —dice Anthony, dejando la foto en su lugar.

—¿Qué? —pregunto, confundido por su repentino cambio de tema.

—Khristeen pasa todo el día en su habitación. Solo sale a comer y luego va al baño a vomitar.

Sus palabras me dejan perplejo. Había notado que Khristeen había estado un poco distante últimamente, pero no me había dado cuenta de que estaba enferma.

—¿Está enferma?

Anthony se pone de pie, negando con la cabeza.

—Habla con ella, Alexander —me insta.

—Dime qué tiene mi esposa —ordeno. Sé que Anthony tiene conocimientos sobre medicina al igual que Andrey. Si alguien puede tener una idea de lo que le pasa a Khristeen, es él.

Pero en lugar de responder, Anthony suelta un gruñido y sale de la habitación sin decir nada más.

Después de hacer algunas llamadas para asegurarme de que todo estuviera en orden, me dirigí al baño para darme una ducha. Al entrar, encontré a Khristeen vomitando. Intentó ponerse de pie, pero estaba tambaleándose, así que la agarré del brazo para evitar que se cayera.

Ella se tambaleó hacia el lavabo y se limpió la boca, evitando mi mirada. Podía ver en su rostro que algo andaba mal.

—Ya deja de ignorarme y dime qué sucede —le digo, a pesar de mi frustración, no puedo evitar sentirme preocupado por ella.

Khristeen traga con fuerza y presiona una palma contra su vientre. En ese momento, todo parece detenerse. Comprendo lo que significa su gesto y, de repente, su malestar tiene sentido.

—¿Estás...? —empiezo a preguntar, pero las palabras parecen atascarse en mi garganta.

Khristeen asintió.

—Sí, Alexander. Estoy embarazada.

—¿Qué?

—Estoy embarazada —repite Khristeen.

Me quedo congelado, mirándola. La noticia me ha tomado por completo desprevenido.

—¿Estás segura?

—Fui al médico... —comienza a decir Khristeen, pero la interrumpo.

—¡No! —exclamo, levantando la voz—. No quiero esto.

—Por favor, no me grites —las lágrimas comienzan a deslizarse por sus mejillas.

—¡Maldición! —paso una mano por mi cabello, intentando calmarme.

—Vamos a ser padres, Alexander —dice Khristeen, su voz temblorosa—. Sé que esto es temprano y que ninguno de los dos lo esperábamos.

— ¡Yo no puedo ser padre! No quiero serlo. No lo deseo —digo, las palabras saliendo antes de que pueda detenerlas.

—No hables así, por favor —solloza Khristeen, sus lágrimas cayendo más rápido—. Tranquilízate, es nuestro bebé. Nuestro hijo.

—¿Es mío?

Fear to love [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora