Rescatados

Dos cervezas y un cigarro

"Hey, ¿Recuerdas como nos conocimos?".
"Yo nunca podría olvidarme de esa noche..."

Era principios de julio, era el invierno mas frío que haya vivido hasta entonces y habia tenido una semana de mierda, había reprobado dos parciales y estaba atrasada con la entrega de un informe para la próxima semana. Para peor el viernes cuando acabaron las clases y lo único que quería era llegar al departamento minúsculo que arrendaba en santiago centro. El metro interrumpió sus recorridos, le mande un mensaje a mi novio de aquel entonces, para ver si podía ir a su casa que igual llegaba mas rápido en micro. Pero me dijo que no podía recibirme ahora, por que tenia un estúpido partido de fútbol al que asistir y que quizás después se pasaría donde unos amigos, pero que si quería podía ir.
Ni cagando iba a ir a estar con él todo sudado y ese grupo de amigos, que mas da, si quiere pasarlo bien, que lo pase, wea suya.

Enojada, me quede dando una vuelta cerca de la estación, yendo hacia el paradero que ya estaba abarrotado de gente me encontré con Samie, una de mis mejores amigas de ese tiempo en la universidad.

-Una mierda lo del metro ¿O no?-. Me dijo cuando llegue al lado de ella.
-Por supuesto y ahora podría llevarnos horas tomar una micro.
-Si, ¿Tienes algo que hacer?. Conozco un bar, no muy lejos de aquí. Podríamos ir a tomarnos algo, relajarnos. También tienen karaoke.
-Sabes que. Que mas da, vamos.

Nos sentamos al fondo del salón, en una primera ronda pedimos una jarra de cerveza, el garzón nos dijo que para anotarse al karaoke debíamos llenar un pequeño formulario. Samie se anoto rápidamente con una canción, a ella le encantan estas cosas, en ese tiempo evitaba exponerme al publico y aun hoy en día me da un poco de pánico salir al escenario. Samie me dijo que si no cantaba sola, podía cantar junto a ella. "Esta bien" le dije.

Nos llamaron al escenario como en quinto lugar, Samie y yo de verdad intentamos cantar lo mejor posible, arriba del escenario las luces no me permitían distinguir a las personas en las mesas, una serie de aplausos tibios se sintieron cuando termino la canción. Samie me dio una sonrisa y volvimos a la mesa, el siguiente que salio a cantar lo hizo de la manera mas desafinada posible, se tambaleaba un poco sobre el escenario y se adelantaba siempre al compás de la canción.

Para la segunda ronda, pedimos algo mas fuerte, una jarra de mojitos y una tabla de carne y queso cheddar. Toda esa fritura, me saturo, sentí que se me revolvió el estomago. Así que por la noche no quise probar mas, después del segundo vaso de mojito le pedí al garzón que quería anotarme con una canción. Esta vez Samie y yo nos anotamos cada una con una canción, subí primero yo al escenario, elegí el clásico de los 80's de Cyndi Lauper "Girls just want to have fun", que se ajusta mejor a mi timbre de voz y que ademas he escuchado cientos de veces. No se si habrá sido el alcohol oque, pero esta vez me sentí mas suelta en el escenario, marcaba el tiempo con golpecitos en mi cintura y cante todo lo mejor que pude, en ese momento ese escenario era un gran estadio para mi. El publico me aplaudió tibiamente, no muchos parecieron que me habían puesto atención.

Samie subió al escenario y canto una de Los bunkers, aunque ella tiene un timbre de voz mas alto, lo hizo bien y se divirtió encima del escenario, es lo importante, al terminar el publico volvió a aplaudir tibiamente. Cuando Samie se sentó en la mesa se nos acerco un hombre, con un bamboleo se le enredaban las palabras al hablar.

-Hey, esa fue una buena canción. ¿Cantas seguido?.
-La verdad es que canto solo por diversión. De niña cantaba en festivales escolares, pero solo como hobby.
-¿Puedo sentarme aquí?-. Aunque antes de que alguna de nosotras le diera una respuesta ya estaba sentado junto a nosotras. -Lo que ocurre y este es el peor momento para comentarlo. Es que con mi amigo-. Dijo señalando hacia alguna mesa, que nunca termine de ver bien cual era. -La cosa es que, estamos formando una banda y nos hace falta un vocalista. Mira, si quieres y te gusta, te dejo mi teléfono y nuestras redes sociales, para que nos encuentres después.

Se paro de nuevo y en ese momento me di cuenta de que se trataba del que canto después de nosotras la primera vez, iba caminando torpemente, no se si por efecto del alcohol o por simple torpeza, no le di mas importancia una vez volvió a su mesa. Samie brindo conmigo con lo ultimo de mojito que nos quedaba, Samie pago la cuenta con el compromiso de que le depositara la próxima semana y nos fuimos.

Antes de pedir el uber saque la cajetilla de cigarros, Samie me pidió uno, «Uno no es ninguno, ademas pago la cuenta». Así que se lo di sin decir nada, luego rebuscando en mi mochila me di cuenta que no traía encendedor, Samie no es una fumadora habitual así que no traía tampoco.
Nos acercamos a dos muchachos que estaban parados cerca del paradero, uno de ellos era el mismo chico que había ido a la mesa a proponernos esa idea de la banda. Estaba junto a ti, como siempre no estabas fumando y de hecho parecías estar evitando lo mas posible estar cerca del cigarro, en ese momento creí que eras de aquellos moralistas que le recuerdan constantemente a los fumadores que el cigarro hace mal. «Cada quien elige su veneno». Eras mas o menos de la misma edad de tu amigo, llevabas una chaqueta de cuero y unos jeans desgastados, usabas un corte de pelo aburrido y tenias una barba descuidada. «Menudo ñoño»
Nos dieron fuego muy amablemente y tu amigo, ni tonto, ni perezoso comenzó a engrupir rápidamente a Samie, metiendole conversación respecto a la carrera que esta cursando, sus gustos musicales y aquello.

Por alguna razón quede aislada de esa conversación, fumando tranquilamente el cigarro quede frente a ti, al principio sentía como evitabas mirarme directamente, intentabas distraerte con tu celular o mirabas en todas direcciones. Por mi parte no lo hice mucho mejor, ¿Sabes?. Intente meterte algún tema de conversación, pero no se me terminaba de ocurrir nada, eras un completo desconocido.

-Oye, lo que decía tu amigo, ¿Era en serio?- Te pregunte finalmente.

-Disculpa, ¿Que cosa?- Me dijiste amablemente pero de forma algo seria.

-Que si lo que dijo tu amigo iba en serio, lo que si tiene una banda y que busca vocalista.

-Ah... Si, la verdad se lo plantea a cada chica que encuentra que cante bien-. Ambos volteamos a verlo, Samie y él se reían. -Si, yo creo que por eso mismo nos ha costado encontrar a alguien para que cante.

-¿También eres parte de la banda?- Pregunte, esta vez con genuina emoción de saber si era cierto.

-Si, yo toco la batería, él toca el bajo y tenemos un amigo que toca guitarra. Pero no vamos mas allá de un grupo de amigos de universidad que se juntan en el patio de la casa de los padres de alguien y tocan algo, solo para divertirse.

-Super-. Le di una ultima bocanada al cigarro, lo arroje al suelo y lo pise. -Suerte, con eso de la banda. Debe ser algo entretenido.

-Es demasiado entretenido, poder tocar un instrumento y crear música con tus amigos es una sensación indescriptible, la sientes en cada parte de tu cuerpo, los sonidos te envuelven y te entregas totalmente a esa sensación y yo creo que sentiste eso mismo arriba en el karaoke.

Un escalofrió me recorrió la espalda, creo que intente echarle la culpa al frío de la noche, Samie se acerco a mi, para pedirme que nos fuéramos. Me despedí de ti, tú me sonreíste y antes de irnos con Samie, me diste tu tarjeta de presentación "Estudiante de Ingeniería/Profesor particular de Matemáticas, Calculo y Física".

-Por si alguna vez necesitas repasar matemáticas. No, en serio, si quieres un día divertirte y cantar, puedes venir a uno de nuestros ensayos.
-Gracias.

Nos subimos al Uber con Samie, en el camino hacia mi departamento Samie se durmió sobre mi hombro, yo me quede viendo aquella tarjeta, jugando con ella entre mis manos y leyendo aquel nombre. "Sebastian Blas".