Hoseok iba a perder su alguna vez amorosa cabeza. O estrangular a alguien. Lo que había comenzado como una simple reunión entre amigos y familiares se había convertido en la boda del siglo. Hoseok ni siquiera estaba seguro que la celebración fuera para más que, él y Taehyung, o sus amigos y familiares.
Los planes de la boda habían comenzado pequeños, con amigos, sólo unos pocos y la familia llegando juntos al patio trasero de Yoongi y Jimin, unas palabras de compromiso, y una barbacoa después. Eso había sido después de que él y Taehyung se hubieran comprometido.
Pero en el momento en que Jimin se enteró que iban a casarse, se acabaron las contemplaciones. Esos pocos amigos y la familia se había convertido en más de un centenar de invitados a la boda. La boda en sí se iba a celebrar en un viñedo, completada con un lago y mirador.
¿Y la barbacoa? Infierno, la barbacoa se había transformado de costillitas y cerveza a una cena de sentarse y champán. Y ahora, Hoseok fue informado que tenía que llevar un esmoquin. Como si tuviera un esmoquin.
Sólo quería una ceremonia de compromiso sencilla en la que pudiera mostrar a Taehyung, sus amigos y familiares cuánto significaba Taehyung para él. Lo que sentía ahora era como un circo a punto de suceder.
Hoseok sacudió la cabeza cuando Jimin hojeó otra revista de bodas, señalando una foto tras otra a Taehyung. Tal vez Taehyung estaría de acuerdo en fugarse con él.
—¿Qué piensas de éste, Taehyung? Cuenta con tres niveles diferentes, todos conectados por esta graciosa escalera de madera. Y las decoraciones son maravillosas.
Taehyung miró por encima. —Oh, sí, esa es una muy buena.
—No te gusta.
—No dije eso —dijo Taehyung.— Parece un poco, no sé, ¿grande?
—Cariño, van a ser más de un centenar de invitados. Necesitas que sea grande.
Taehyung miró a Hoseok, la desesperación escrita por toda la cara. Hoseok había tenido suficiente. Había estado en casa desde el hospital durante casi un mes. En todo ese tiempo había pasado tal vez un par de horas con Taehyung. Jimin le había dado vueltas como una gallina con la cabeza cortada.
—Taehyung Vante, ¿puedo hablar contigo unos minutos? —Dijo Hoseok cuando se levantó.— Hay un par de detalles de la boda que quería hablar contigo.
—¡Oh, tal vez debería tener un bloc de notas...! —comenzó Jimin, dejando caer la revista sobre la mesa.
Hoseok levantó la mano. —No, quiero hablar de mis ideas con Taehyung antes de traerlas a ti —Hoseok metió las manos en los bolsillos y miró al suelo. Trató de parecer avergonzado.— No quiero decir nada estúpido.
—Hoseok, esta es tu boda también —dijo Taehyung rápidamente.— Nunca podrías decir nada estúpido.
—Sólo quería hablar contigo primero.