ঌ༒❦𝑈𝑛𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑒𝑙 𝑙𝑎𝑧𝑜❦༒࿐

Unidos por el lazo

Roier es un chico de Universidad de tercer grado, no es de muchos amigos, se conforma con sus dos mejores amigos Aldo y Mariana, que juntos se hacían llamar el Mc. Trío.

Por lo general Roier no era tan aplicado en las materias, es por eso que siempre se queda a estudiar en la biblioteca del campus.

Eran los exámenes finales y hasta el momento le había ido muy mal en los parciales, necesitaba pasar si o si, si no reprobaría las materias y las tendría que recursar.

M: Mien vas de la verga

R: ¡Ya lo se! Necesito vender mi alma al diablo o si no, no pasaré

A: Pues casi casi apa

Ambos amigos bromeaban y jugaban sobre ese tipo de cosas, ellos no eran de creer en fantasmas y entes, siempre buscaban el lado científico y lógico.

....

Era de noche, los tres amigos decidieron ir a divertirse a un antro, no tomarían demasiado para no andar crudos el día siguiente, pero si lo suficiente para pasarla bien (aclaró que no se necesitan nada de esas chingaderas para pasarla bien)

Tomaban, bailaban, contaban chistes malísimos y lo más importante, se divertían entre los tres.

Roier se comenzaba a sentir mal, al parecer había dejado su vaso en la barra y le colocaron alguna sustancia, corría hacía el baño topandose con gente haciendo brujería, paso de largo vomitando en la taza del baño.

Sentía como todo lo que había comido se devolvía, después de limpiarse la boca y las manos, sale del baño buscando a sus amigos para irse a descansar.

R: Pendejos, ya es tarde

A: Si papi, vamos ya

M: Mien pero están poniendo buenas rolas

Los dos amigos castaños se llevaron al más alto a rastras, ya estaban muy cansados cómo para aguantar las mamadas del miope.

El castaño se encontraba acostado en su cama, hacía demasiado calor y le era imposible el poder dormir.

Se removía en la cama tratando de encontrar una posición cómoda, en ese momento entendió la falta que le hacía un aire acondicionado.

Entre tanta movedera por fin encontró una posición cómoda soltando un suspiro cansado, eran la 1:00 de la madrugada y no había conseguido dormir nada.

Cerró sus ojos poco a poco escuchando un sonido extraño, abrió los ojos con cansancio levantándose, se quedó sentado en la cama tratando de adivinar de dónde venía el sonido.

No se escuchaba ni veía nada, se volvió a acostar observando el techo, un sonido como de ratas corriendo le hizo despertar por completo.

Observó en una esquina como algo negro se movía, tomo un cuaderno que tenía en una mesita y caminó lentamente.

R: ¿Hola?

Estaba a punto de pegarle al bulto cuando observa como se levanta lentamente, se quedó petrificado al notar que medía como 2 metros, soltó el cuaderno de golpe retrocediendo lentamente, quería gritar pero de su boca no salía ni pío.

La extraña criatura dirigió sus ojos a los del castaño, unos ojos rojos como la sangre y fríos como la noche hicieron que sintiera muchos escalofríos.

Miró por unos segundos la puerta y cuando estaba a punto de correr hacia ella sintió como la criatura se abalanzaba hacía él cayendole encima.