Hoy a Romina la habían invitado a ver la obra titulada "sex" dudo mucho en ir o no, inclusive le pregunto a Walter como si no tuviera la capacidad de decidir por si misma.
— ¿Decís que si?.
— Y... A mi me gustaría que te quedes en casa.
— ¿Si?.
Romina seguía dudando hasta que me preguntó a mí.
— ¿Jaz, a vos te gustaría ir?.
— Parece una trama interesante...— me empecé a reír, claramente era interesante.
— Entonces vayamos juntas ¿Querés?
— Vamos ¿A qué hora terminará?
— Me dijeron que eso de la tres de la mañana.— no tuve mejor idea que pensar en mi departamento para la vuelta.
— Despues podríamos ir a mi departamento, podes quedarte ahi.
— buena idea...
Organizamos con unas amigas y unos chicos que seguían a Romina, bastante buena onda, llegamos al lugar, era todo muy erótico, los actores con el torso entre otras partes del cuerpo desnudas, las mujeres completamente y bellamente sin ropa se paseaban por al lado de Romina, ella estaba sorprendida con todo lo que estaba viendo, yo pensaba que iba a estar incómoda pero fue todo lo contrario, se animó a bailar con uno de los chicos de la obra, después con una mujer y así, era la famosa del lugar o la estrella del momento, todas y todos querían bailar con ella, inclusive yo, me acerque y comenzamos a bailar junto con otras chicas, la noche para Romina era un fieston, no era raro verla un poco copeteada.
— No se cuantos fernets me tomé...— me decía riendo.
— Bueno, total vamos a mi departamento.
— Menos mal... Si no me cagan a pedo.
— Me imagino, pero bueno... Divertite!
Se habían hecho ya las 2:30 am, con Romina y una de sus amigas nos fuimos, nos dejó en la puerta de mi departamento. Romina estaba lúcida o más o menos, no estaba tan pasada, podía caminar sin que yo la ayudará.
Entramos y ella fue la última en cerrar la puerta con su espalda apoyada en la misma, abrió los ojos muy lentamente y me miró.— ¿Que te pasa?.— le sonreí mientras dejaba mi saco en una de las sillas, ella aún me observaba, me acerque a ella, apoye una de mis manos en la puerta y la otra la puse sobre su cintura.
Nos miramos y de a poco nos fuimos acercando, hasta no poder más y comenzamos a besarnos, con mis manos saque su campera y ella tiró suavemente su cartera al suelo, en eso se separa un poco de mis labios para decirme...
— se que me cuesta aceptar y que mañana seguro diga lo contrario, pero se que estoy haciendo...
al escucharla, conciente y atenta a todo esto que estaba pasando, me acerque a su cuello y comencé a besar y dejar pequeños rastros de mi en el, podía sentir su perfume, tan rico, tan ella, baje hasta llegar a sus pechos, bese uno y uno, hasta subir la mirada y verla que estaba sonriendo mientras sostenía mi rostro.
Me incorpore, volvimos a nuestros labios y sin separarnos, caminando, nos dirigimos a mi habitación, ella se recostó, me acerque para verla mientras me subía encima de ella, Romina me sonreía, era esa sonrisa de confienza y tranquilidad, volvimos a nuestros labios, está vez aún más desesperadas, busque con mi mano acariciar desde su pecho hasta su cintura, en eso me separó un poco, ella me mira y asiente segura. Lentamente comienzo a quitarle la remera y ella a mí. Por un momento me quedé contemplando tanta belleza junta, jamás pensé que tendría a Romina así de cerca.— ¿Que pasa?.— me pregunta avergonzada.
— Es que... Sos hermosa.
Ella se muerde el labio y se acerca nuevamente a besarme, ella con una de sus manos toma una de las mías y me la acerca a sus pechos.
— Tocame...— me dice por lo bajo y casi sin respiración.
Hice lo que ella me pidió, la toque, con delicadeza pero siempre con ganas de más, nos besamos a más no poder, ella se volvió a mi cuello, podía sentir que iba a dejar alguna que otra marca, yo lo hacía leve porque sabía que podía traerle problemas.
Baje hasta sus pechos con mi boca y empecé a besar, podía escuchar sus jadeos en plena oscuridad, ella con ambas manos me sostuvo del rostro y y me llevo a sus labios nuevamente, le encantaba eso, le encantaba que nos besemos, y así estuvimos toda la noche, besos, caricias y más besos.
Hasta que ambas nos encontrábamos abrazadas la una a la otra.— Espero que no te arrepientas...
— Estoy conciente, solo... Solo tenés que entender que es difícil.
— Lo entiendo pero lo que me importa es saber cómo te sentís vos y que sentís.
— Creo que te lo dije con todo esto...— me mira y ambas nos acercamos para darnos otro beso.
— No se que me hiciste...
— Yo no sé que me hicistes a mi, Jaz...— dice riendo por lo bajo.— te dije una vez, me hacer pensar...
— ¿Y dudar?.
— Tambien, dudar de si realmente debería estar con alguien que ya no quiero de la misma manera que antes si... Hasta eso...
— Espero que siempre sea para bien.
— Se que lo es, solo que es difícil por ahora...
Nos abrazamos mutuamente, sabíamos perfecto de lo que estábamos hablando, aunque jugar con las plantas a veces era más fácil que ir de lleno a la verdad, estábamos experimentando algo nuevo pero algo mutuo o al menos eso veía, se que por su parte también lo es, pero ella misma ve que las cosas son difíciles pero mientras ella sepa descifrar sus sentimientos para conmigo, creo que esto se convertirá en algo cotidiano y espero que así sea.
Con una de mis manos la tome del mentón y la acerque a mis labios.— No se si te había dicho pero estabas hermosa hoy, bah, todos los días.
— Vos estabas, estas y sos hermosa, mi amor.— me dice acariciando mis mejillas.
— Buenas noches.— me di un besito en la frente.
— Buenas noches...— me tomo suavemente de la mejilla y me beso, dejando su marca.
Y solo así nos quedamos dormidas, después de una noche que ambas esperábamos en silencio.