ARIEL
Después de hacer un poco de limpieza en la casa me puse a ordenar mis cosas en la casa. Pensaba quedarme un tiempo así que tenía que instalarme. Metí mi ropa en el armario y organicé mis libros en las baldas, excepto el de El Retrato de Dorian Gray, ese siempre lo tengo en mi mesilla y lo leo cada noche. La filosofía de vida que se describe en ese libro siempre me ha fascinado. Cuando estaba oficialmente instalada registré el resto de la casa.
Empecé por la sala, comprobé que la tele aun funcionaba y que todas las luces estaban bien. Luego fui a la cocina y, obviamente, en los armarios y la nevera no había nada de comer asique opté por ir a un supermercado que creía recordar que había a unas manzanas de allí a comprar cosas básicas como leche, cereales... y de más cosas que se necesitan.
El sitio no estaba demasiado lejos pero decidí ir en coche para poner a prueba aquel trasto. Era muy viejo y durante el trayecto desde La Jolla el motor había hecho algunos ruidos muy extraños pero al menos no me había dejado tirada. De todos modos, al entrar a la ciudad había visto una gasolinera junto a la que había un pequeño taller, así que llevaría el coche allí más tarde para que lo revisaran.
El supermercado seguía donde yo lo recordaba y el hecho de entrar allí de nuevo me trajo muchos recuerdos de mi infancia, como cuando jugaba al escondite con Aiden por los pasillos, o cuando mamá compraba pan y Aiden y yo nos comíamos las puntas antes de llegar a la caja... Aquellos eran buenos tiempos.
No tardé mucho en hacer las compras y seguido lo metí todo en el maletero del coche y me dirigí a las afueras de la ciudad, hacia el taller. El coche seguía haciendo esos ruidos y empezaba a preocuparme. Cuando llegué a la gasolinera me acerqué a un hombre que había por allí con un mono azul lleno de manchas de aceite y grasa.
-Perdone ¿es usted el dueño del taller?
-No soy el dueño pero trabajo para él ¿Qué se te ofrece preciosa?
-Mi coche, ese de allí-Dije señalando mi viejo impala negro-Hace unos ruidos raros y no sé qué puede ser ¿cree que podría echarle un vistazo?
-Vaya tienes una pequeña joya jovencita-Dijo acercándose a mi coche- Hacia mucho que no veía uno de estos ¿sabes si el motor es nuevo o es el que venía de serie?
-No pero probablemente sea el que venía de serie-
-En ese caso seguramente se algún contacto en el motor que se ha desgastado o soltado, no te preocupes mete el coche allí y lo solucionare en un periquete.
-Muchas gracias-Dije con una sonrisa.
Acerqué mi coche hasta donde me había dicho el señor y salí de él. Mientras el señor abría el motor y hundía sus narices entre el lio de cables y piezas yo decidí ir a comprar un refresco y algo de comer. Mientras estaba dentro me entretuve mirando el stan de las revistas, había un par de ellas sobre música así que las cogí y fui a la caja a pagarlo todo.
De pronto oí una vos conocida a mi espalda
-¿Ariel?- Me quedé helada, no podía ser cierto. Riley no podía estar aquí. Me giré lentamente y cuando la vi allí parada mirándome anonadada pero no más que yo sentí como todos mis malos pensamientos volvían a mí. ¿Cómo me había encontrado? ¿Por qué estaba aquí? ¿Estarían los de más con ella? Dios esto no podía ser cierto, no podía estar pasando de verdad.
-Qué...¿Qué haces tú aquí?- En la boca de Riley apareció de repente una gran sonrisa.
-DIOS MIO ARIEL ESTAS AQUÍ-Dijo abrazándome muy fuerte-¿Por qué te has ido así sin avisar? Nos has dado un susto de muerte. Michael está fatal y Luke tiene cosas que decirte y yo... Yo te habría echado demasiado de menos si te fueras.
-Espera... ¿Los demás están aquí también?
-Si, hemos venido a buscarte Ariel.
-No... no deberíais estar aquí- Dije saliendo a todo correr de la tienda.
-¡Ariel espera!-Gritó Riley a mi espalda
-¡No, vete!- Vi por el rabillo de ojo como Luke y Michael se acercaban a mi.-Marchaos, todos. Necesito estar sola.
Todo estuvo en silencio durante unos minutos hasta que Riley rompió el silencio.
-No. Lo que tú necesitas es hablar con alguien, no encerrarte en ti misma y en las fiestas o el... sexo Necesitas hablar con alguien de lo que quiera que te esté pasando y aquí tienes tres personas dispuestas a escucharte y a intentar comprenderte, por favor Ariel, dejanos intentar ayudarte.
No supe qué responder a eso, miré al suelo y luego a Michael y a Luke, quienes me miraban expectantes.
-Oye preciosa- Oí de pronto al mecánico-Tu coche está listo, puedes llevártelo cuando quieras
Los miré a todos una vez más y por fin las palabras salieron de mi boca.
-Seguidme.- Seguido cogí las llaves de mi impala y me dirigí hacia la casa de mi abuela.
Durante el trayecto pensé en cómo iba a explicarles lo que me pasaba si ni si quiera yo lo sabía. En mi mente todo se estaba volviendo a descolocar, parecía que el universo se estaba confabulando para putearme y yo ya estaba al límite. No quería volver a casa, aún no y ninguno de ellos iba a poder convencerme de que lo hiciera.
Llegamos a la casa, ellos aparcaron detrás de mí y los cuatro entramos a la casa. La tensión se podía palpar en el ambiente. Todos nos sentamos en la sala.
-¿Quereis tomar algo?-Dije por hacer algún comentario.
-Ariel-Dijo Michael con mirada de preocupación-¿Por qué hacer esto? ¿Sabes lo preocupados que estábamos? Casi me da un infarto cuando llegué a tu casa y vi que no estaba ninguna de tus cosas allí. Pensé que te había perdido- Michael estaba al borde del llanto y era por mi culpa. Esa sensación me mataba.
-Lo... Lo siento... Yo...-No sabía ni por dónde empezar, de verdad quería intentarlo pero no sabía cómo explicar todo lo que pasaba por mi mente.-Veréis yo...
-Tranquila Ariel...-Dijo Riley-Tomate tu tiempo.
Yo respiré hondo y cerré los ojos unos segundos, mi interior pareció calmarse un poco y las ideas se fueron ordenando en mi cabeza, entonces, vinieron las palabras:
-Yo necesitaba esto, los últimos días ha sido una locura y podía sentir el peso de todo mi mundo viniéndose abajo y no podía con ello. Primero Luke, con lo que pasó en las gradas me recordó algo que me había costado mucho intentar olvidar y por lo que me sentí como una mierda, como una más de todas esas chicas a las que Luke se ha tirado, me hico sentir horriblemente mal y luego lo de la pelea y el director llamó a mi madre y después en casa tuvimos una pelea horrible y empezó a decirme que me estaba convirtiendo en mi padre y cuando fui a mi cuarto y me miré en el espejo realmente me di cuenta de que sí, me estoy convirtiendo en ese cerdo hijo de puta que hace daño a la gente que más quiere como hice yo con Michael al acostarme con Luke. -En este punto mis lágrimas y fluían incesantemente por mis ojos- Al día siguiente mi madre me llevó al instituto y me dijo que iba a meterme en un psicólogo porque dice que necesito ayuda profesional y pensé que tal vez era verdad, tal vez estaba perdiendo la cabeza y nose, me asusté. Me hizo sentirme como una loca. Luego vino Luke diciéndome que Riley y Michael sabían lo nuestro y otra vez me puse a pensar en que Michael iba a romper conmigo, que me iba a decir que ya no me quería y que Riley iba a pensar que yo no era más que una guarra y yo no quería eso, y por último viniste tú-Dije mirando a Michael-Diciéndome todas esas cosas tan bonitas y te juro que es lo más bonito que nadie me ha dicho nunca pero lo único en lo que podía pensar era en que no me las merecía, que no era mas que una guarra loca con problemas paternos que intentaba aferrarse a lo poco que le quedaba, asi que simplemente corrí, corrí lo más lejos que pude y decidí huir un tiempo, pensé que si huia de alli podría idear un plan para recomponer todo lo que había roto...
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REJECTED. [Luke Hemmings /\ Michael Clifford 5SOS]
أدب الهواة"Mi nombre es Riley Scott y esta es mi historia. Soy nueva en la cuidad, no conozco mucha gente, excepto a Ariel, mi nueva mejor amiga. Nuestras vidas son muy opuestas. Ella y sus amigos Michael y Luke son lo que se denominan "rebeldes sin causa", y...