CANTO XXXIII| LA EGOLATRÍA INTRÍNSECA EN LAS REDES DE LA HUMANIDAD.

8 0 0
                                    

Advertencia: la canción a continuación aquí escrita es totalmente de mi autoría, sólo es para leerla, está prohibido cantarla, plagiarla o grabarla. Gracias.

La egolatría intrínseca en las redes de la humanidad nos muestra que no existe el altruismo ni la empatía y que todo es vanidad, a nadie le importan los demás en realidad, todos sólo se importan a sí mismos, ahora lo puedo ver con claridad.

Todo humano es ególatra, sobre todo el que niega serlo, y ahora con este escrito vamos a verlo. Las egolátricas redes sociales, son el hogar de los egoístas naturales, donde abundan las cosas banales.

Este siglo es un vestiglo, pertenezco al siglo veinte, donde la tecnología estaba más ausente pero era más culta la gente, ahora son más idiotas, basta con entrar a una red social y verlo por ti mismo, mira como caen en ese insondable abismo de disonancia de ignorancia la inteligencia en esta época se encuentra a distancia.

No hay templanza sólo mezcolanza de estupideces solo velan por sus propios intereses, son idiotas con creces, eres inteligente si sientes que a este mundo no perteneces, cuando te toca la ignorancia y te desvaneces, pero te toca el conocimiento y te fortaleces que sólo leyendo es como en realidad creces.

Las redes sociales no son lo mío, las utilizo y siento un vacío, todos desarrollan un personaje y en nadie confío, publican cosas "graciosas" y ni siquiera me río, me desconecto, tomo un libro, conecto con mi interior y sonrío, las redes son un mundo sombrío, son paredes que dejan atravesar el frío.

Utilizan palabras estultas, cuando deberían de incentivar las palabras cultas, todos repiten lo que otros, dejándose llevar por el instinto gregario, nada original es su vocabulario, es realmente estúpido utilizar palabras de moda cuando podrían leer el diccionario y utilizar un lenguaje más estrafalario, o simplemente leer y desarrollar un léxico extraordinario.

Las redes sociales son un tormento, cojo un libro y siento el viento, me siento un hombre de conocimiento, utilizo las redes con gran sufrimiento, ya me deshice de dos y no lo lamento, ya estuve sin redes medio año y no me arrepiento, fue un momento de crecimiento, fue cuando estuve realmente contento.

Ya sólo utilizo Instagram para visibilizar mis obras o alimentar mi ego disfrazado de talento. Intento dejar las redes porque son un aturdimiento, no es por aburrimiento o misantropía, pero esto es preferible antes que seguir alimentando la egolatría. Al final a nadie le importa lo que te guste, pienses o publiques en el día, nunca fuimos importantes, no somos ni lo seremos, pero no lo entendemos todavía, si te gustan las redes es porque tu vida está vacía.

Publiqué esto sin saber que otro ególatra lo leería, pero no lo leyó porque le importa lo que yo escriba o piense, ni por encontrar en el escrito poesía, sino para saciar su aburrimiento y no por leer mi vano y mediocre intento de filosofía.

En las redes a nadie le importa la otredad, siguiendo esta simetría a nadie le importa lo que los demás publiquen en el día, pero les importa que a los demás les importe lo que a ellos les importa, a todos nos invade la intrínseca egolatría.

Las redes sociales son el claro ejemplo de la egolatría del ser humano. Ignoramos las publicaciones de otros, pero queremos que nuestras publicaciones sí les importe a los otros, según nuestra implícita egolatría el contenido que compartimos nosotros es más importante o más interesante, y por ende, todos deben de verlo, comentarlo y reaccionarlo, pero las publicaciones y contenido de los demás por alto debemos pasarlo.

Utilizamos las redes porque el ego es un monstruo famélico y con una adulación o falsa atención hay que alimentarlo, por eso el Instagram sentimos necesidad de utilizarlo, y el que niegue esto es sólo un ególatra más que se niega a aceptarlo. Pues sí la persona no fuese egolátrica y no se siéntese importante, su contenido favorito o personal no tendría ni sentiría un ápice de necesidad de publicarlo, sino que al contrario, sino fuese vanidoso desearía ocultarlo, por consiguiente a su ego terminaría por asesinarlo.

Al ego cada día intento alejarlo, pero antes con este escrito quise retratarlo, aunque ni la mitad vaya a leerlo ni a acabarlo, no es una publicación suya, por lo tanto carece de importancia y a la mitad van a dejarlo. Hago público este escrito carente de importancia para las personas, con el único fin de demostrarlo.

Nos mentimos a nosotros mismos creyendo que somos importantes cuando en realidad no lo somos, pero de verlo nadie es capaz. ¿A quién le importa el otro? ¿A quién le importan los demás?

Al final del día no somos tan importantes como creíamos, como nos sentíamos.

Si al final del día a una red social no te conectaste, no perdiste sino que más bien ganaste, porque a tu ego no alimentaste.

El ego es una bestia infernal que necesita de alimento, pero si dejas de hacerlo muere de inanición en algún momento.



Anghell Gravecraft.

EL ARTE DE LAS MUSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora