Antes de comenzar a leer una aclaración, este capítulo es en formato Genderbend, Yui es la versión gender de Giyu y Yato la versión gender del personaje Yae del Gaiden de Tomioka.
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¡Déjenla en paz! - Exclamó un niño de a lo mucho 13 años queriendo hacerse el héroe para proteger a su mejor amiga.
La escena era un tanto típica, dos niños sin nada mejor que hacer molestando a la "rarita" del salón solamente para divertirse. Y los profesores? Desaparecidos como siempre pasa en estas situaciones.
Yui Tomioka era el nombre de la pequeña damisela en apuros, una niña de 12 años y cabello negro como el carbón sujeto en una cola de caballo, se encontraba tirada en el suelo a cierta distancia de los bravucones observando con sus humedecidos ojos azul profundo como su amigo peleaba para defender la mientras que en sus manos se encontraba su preciada libreta de dibujo, oh bueno...lo que quedaba de esta.
Al final luego de aquel intercambio de golpes nuestro pequeño hombrecillo salió victorioso, algo adolorido pero feliz por que ahuyento a esos bullyings.
- ¿Estas bien? - Un tanto adolorido el pequeño niño voltearia la mirada en dirección dirección sus espaldas solo para ver a su amiga la cual aun estaba algo intranquila por la pelea.
- T-Tu ojo... - Fueron las unica palabras que salieron de los labios de la timida y asutadisa Yui cuando se percato del hematoma en el ojo izquierdo de Yato.
- Eso es lo de menos, dime Yui ellos que hicieron algo? - Con lentitud el Masuta se acercaba hacia la Tomioka para arrodillarse frente a ella, allí Yui lo vio más detenidamente y noto lo rasguñado que había quedado el chico cosa que la entristeció, odiaba ver que el siempre terminase así por defenderla razón por la cual unas lágrimas amenazaban con volver a salir de sus cuentas.
- No, pero... - Musito con suavidad antes de extenderle a al Matazo los restos de su libreta y cuando este la vio no pudo evitar fruncir el ceño.
Yui era una chica un tanto friki y con una afición por el manga y las historietas, tanto era su gusto por ellas que soñaba con algun día ser una mangaka reconocido, motivo por el cual ya iba trabajando en algunos bocetos para su creación de nombre "Kimetsu no Yaiba".
- Debí haberlos golpeado más fuerte - Gruñó con molestia el hombrecito viendo los restos del cuaderno.
El mejor que nadie sabía lo mucho que le importaba a Yui, era su mejor y único amigo así que no era de extrañarse que Yui se la pasase casi todo el tiempo del receso con el, contándole y mostrandole todo lo que se le ocurría lara su obra.
- Ya no importa - Suspira antes de ocultar entre sus manos la libreta - Quizás ellos tengan razón y esto sea basura...
- No digas esas cosas, ellos no saben nada de tu historia pero yo si y es es increíble Yui, te puedo asegurar que serás una gran escritora en el futuro - Yato hablaría en un tono reconfortante antes de regalarle una calida sonrisa a la Tomioka para subirle los ánimos.
Siempre encuentras la forma de hacerme sentir mejor Una ligera mueca de alegria empezaría a formarse en la boca de Yui aunque todo indicio de una sonrisa desapareció cuando ambos pequeños fueron oscurecidos por la silueta del directora.
- ¿Otra vez peleando Masuta? - Preguntaría de forma calmada la dulce ex monja ciega, Mei Himejima.
Aquellos bullying, de nombre Shinazugawa Sabemi y Obanai Iguro como buenos cobardes al recibir una cucharada de su propia medicina fueron a acusar a Yato con la directora argumentando que el inicio la pelea. De hecho esos mismos niños estaban ocultos atrás d ela directora mientras les sonreían de forma victoriosa y soberbia.