Capítulo 7🌸

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11: 30 am

Jueves 17 de junio

Recreo, Instituto de Morioh, Japón

Recreo, Instituto de Morioh, Japón

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-No hay mucho que contar.

En efecto, nada de nada. Y reconocer que mi mejor amigo ha encontrado candidata a pareja solo empeora la horrible sensación de estar sola. O no ser correspondida.

-No digas tonterías, (T/N). Bien que te he visto yo hablar con el señor Yoshikage en los cambios de timbre -me intenta animar Yukako.

¿El señor Yoshikage? Ah, se estará refiriendo a Kira.

-Déjalo. Apuesto a que es un hombre casado, no me convendría para nada. Además, alguien como él debe de preferir por mucho a mujeres igual de elegantes y primorosas que él, como la mismísima Mona Lisa.

Ambos estallan en carcajadas, quizás por mi tono defensivo e irónico, y enseguida se excusan:

-¡Era broma!

Si tan solo esa hubiera sido la única razón... El caso es que enseguida compruebo su verdadera intención al justificarse: Kira es consciente de las tonterías que de un momento a otro he dicho por situarse justo detrás de nosotros en la circunstancia menos oportuna. Y yo no me entero hasta escuchar el carraspeo con el que se confirma mi metedura de pata.

-Ejem...

Vale, me he lucido. Imploro compasión en compañía de mis amigos, y luego en la propia presencia del profesor. Nunca sé cómo dejar de quedar en evidencia delante de las personas a las que quiero, de algún modo, impresionar. En este caso, incluso no decepcionar. Tarde ya para eso, ¿no?

-Lo siento muchísimo, de veras...

Kira interrumpe mis palabras, tajante.

-¿Te importaría acompañarme a mi despacho?

Sin alternativa, me limito a seguir el trayecto por las escaleras hacia el porche de la primera planta, donde seguramente vayamos a cruzarnos con los dos tortolitos. Aunque para mi sorpresa, Okuyasu está solo y nada más vernos avanza hacia nosotros, sorprendido.

-Oi, (T/N).

-Ahora no –responde el hombre por mí.

-Si es por lo de ayer, con todo el respeto...-frunce el ceño- Fue mi culpa. Sé que no debimos abandonar el centro. Además, fue idea mía también. No es justo que ella tenga que asumir las consecuencias de mi irresponsabilidad.

-No es eso, no. Ya lo hablaremos más tarde, si tanto me vas a insistir.

-Por última vez, vejest... Digo, profesor. Ella no ha hecho nada. Y tenemos una conversación pendiente.

Emite un suspiro que delata su desagrado. Me dirige una mirada un poco severa y le dedico la mejor sonrisa persuasiva, la cual parece convencerlo finalmente para que no me lleve a su oficina.

-Que la situación no se repita, (T/N). Es de mala educación hacer suposiciones sobre los demás.

Dicho esto, se retira con ademán de derrota. Irónico que él las hiciera sobre mi relación con Okuyasu y ni siquiera se preocupara por mi reacción. Que sí, que él tiene una reconocida autoridad y debo mostrar un respeto, pero... En fin, que no exija tal educación si no se la aplica él mismo.

Bueno, quien realmente me ha sorprendido (y para bien) ha sido Okuyasu. Da la cara por mí y, por si eso ya no fuera suficiente, encima me salva de una situación que se intuía desagradable sin esperar explicaciones a cambio.

-Gracias.

Desliza un brazo sobre mis hombros en gesto comprensivo.

-¿Ha sido impresión mía, o estaba agitado?

-No ha sido solo una impresión.

-Será ese cambio de look... ¿Has visto cómo llevaba el pelo hoy?

Me encojo de hombros.

-Apenas me he dado cuenta...

-Pues era un rubio más oscuro, como si se hubiese equivocado de tinte -entrecierra los ojos-. Daba yuyu.

Fuerzo una sonrisa tras calmarme un poco y tomamos asiento en el poyo, donde todavía reside el cuadernillo de Yoshie. Respiro hondo y me armo de valor para preguntar:

-¿Cómo te ha ido con ella?

Vuelve a mí esa sensación de malestar y tristeza, en parte porque ya intuyo la respuesta que va a darme y en parte porque sé que no voy a poder negar lo que siento durante mucho más tiempo. Y cuando lo haga, será demasiado tarde.

-Eh... Bien, bien. Es muy maja y eso... -se encoge de hombros- ¿Y tú le has echado el ojo a alguien o todavía no?

Soy bastante patosa cuando se trata de ciertos temas, pero en mentir definitivamente me considero espabilada. Tanto, que lamentablemente la mentira que termino contando no tardará en convertirse en afirmación para muchos y asombro para otros.

-Sí, a Josuke.

En mi defensa, he de decir que es el primer nombre que instintivamente se me ha ocurrido. No quería que me viera deprimida, y a fuerza de evitar eso, lo he soltado de golpe, como si consiguiera con ello convencerme de algo en lo que han insistido mucho mis amigas. Al menos he generado una distracción. Que me vaya a ayudar o no... Esa es otra historia.

Corazón Acelerado - Okuyasu x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora