Mis dedos, me duelen, me arden.
Veo como la sangre bota de ellos, mientras que mis dientes estan manchados de esta misma. Paso mi lengua por mis dientes, haciendo que una vez más, pruebe mi propia sangre.
Sabor metálico, como siempre, sin embargo, no me disgusta, es mas, lo disfruto.
Bajo mi mirada hacía mis dedos enssngrentados una vez más, no tienen casi piel ya, y en cualquier momento se caerán.
Me acerco uno de ellos a la boca, y lo succiono, o bueno, la sangre que brota de este mismo. Repito el mismo proceso con los demás, quedando "satisfecho."
Mis dedos ya no sangran, y yo simplemente me voy a lavar las manos, para no dejar casi evidencia de lo que acabo de hacer.