Querida Valery...

74 0 0
                                    

Te escribo desde el futuro donde sigues trabajando en tu relación con tu cuerpo y con la comida.
Spoiler alert: poco a poco ha ido mejorando. Te sientes más cómoda en tu propia piel y no ves la
comida como enemiga, sino como una aliada que te da energía, placer y buenos momentos al lado
de seres queridos.

Sé que no siempre fue así. Sé que has sacrificado mucho para poder tener “el cuerpo que deseas”.
Que desde pequeña has sido gordita y que los comentarios sobre el cuerpo de los demás te hacen
creer que no eres suficiente. Que tienes que encajar en una talla para quedar bien con los demás y
que las mujeres delgadas valen más que vos por eso, por ser delgadas.
Quiero que sepas que no es
cierto. Que vales por quien sos, por lo que aportas a los demás, por tu personalidad y por tu carácter,
no por el número que te diga una báscula ni la talla de pantalón que usas.

Sé que no es fácil escuchar los comentarios de personas cercanas sobre tu cuerpo y que la
gordofobia en tu familia es una constante. Sé que es difícil hacer caso omiso a comentarios sobre tu
cuerpo, sobre lo que comes y que no sabes cómo contestar a esos comentarios, pero te prometo
que aprenderás y querrás ayudar a muchas personas a lograrlo también.

Además, quiero que sepas que el ejercicio no es un método de castigo ni tiene por qué ser aburrido.
Sé que en las clases de educación física te sientes incómoda por ser una de las chicas con mayor
peso y que usar shorts te acompleja. Incluso en las clases de natación te sientes incómoda por usar
vestido de baño, aunque sea de solo una pieza. ¿Recuerdas las veces que fingiste andar con la
menstruación o no sentirte bien para poder faltar a las clases?

Pero, poco a poco vas a entender que el ejercicio es para disfrutarlo. Que no es solo lo que te
enseñan en educación física lo que vale, sino que hay muchísimas formas de moverte y que vas a ir
aprendiendo qué te gusta y qué no. Puede que haya momentos en los que uses el ejercicio para
quemar calorías solamente, que lo utilices como método para compensar porque sentiste que
comiste de más o que estás gorda, pero eso lastima a tu cuerpo y créeme que no quieres hacerlo.

Tu cuerpo hace muchísimas cosas por vos. Te ayuda a moverte de un lado a otro, a bailar, que tanto
te gusta, a ser productiva haciendo tareas del colegio, a bañarte, y Valery, tu cuerpo es hermoso.
Tiene todas las capacidades intactas y nunca te ha fallado. No le falles vos a él.

Sé que piensas que
tus piernas son más gordas de lo que quisieras o que tus brazos son muy gordos, pero muchas
personas te han alabado tu “piernón” y son tan funcionales que te permiten caminar y hacer
muchísimas cosas. Tus brazos también. Sé que cuando te ves en un espejo te preguntas qué está
mal con vos, pero nada en vos está mal.

Es la sociedad la que está mal. Te dicen quién tenés que ser cuando aún no tenés idea de quién sos.
Te obliga a encajar en una talla que no es la tuya y te hacen sentir mal por no poder encajar en ella.
Te dan recetas de “comida saludable” que te hacen comer lo que “deberías” y no lo que realmente
quisieras, lo cual te lleva a darte atracones. Te enseñan a vivir inconforme con tu cuerpo porque les
conviene. Les conviene que no seas feliz con quién sos ni con cómo te ves.

Pero, Valery. Solo tienes una vida y vivir acomplejada e insegura por todas estas presiones no te va
a hacer bien. Lo vas a entender unos años después ya adulta, pero tu cuerpo es el único lugar que
vas a habitar por toda tu vida. Sentirte cómoda y tranquila en él es una prioridad. Sé que la sociedad y personas cercanas te dicen que no deberías sentirte cómoda en él, que podrías bajar un poco de
peso, y si lo bajas igual te dirían que podrías subir de peso. Nunca vas a poder quedarle bien a todo
el mundo y no deberías buscar su aprobación. Lo importante es cómo te sintás con vos misma.

Conforme pase el tiempo vas a dejar de lado las dietas de solo consumir 700 calorías al día, los
vómitos provocados luego de que sintás que comiste mucho, la ingesta de laxantes y el
sobreentrenar en el gimnasio hasta quedar exhausta. Sé que hacías todo esto porque pensabas que
era lo mejor para vos, por querer encajar y sentirte cómoda y feliz con tu cuerpo. Pero Vale, spoiler
alert: la delgadez NO implica salud ni felicidad. En el peso en el que estuviste más delgada, fue en el
que estuviste más miserable y hoy en día puede que no peses el número que te habías autoimpuesto
(menos de 60kgs) pero eres feliz y te sientes cómoda y tranquila con quién sos.

Ojalá hubieras entendido todo esto en tu adolescencia o más niña, pero bueno, todo se aprende a
su tiempo. Implica mucho trabajo interno y vas a cuestionarte cosas que creías ciertas en su
momento, pero todo va a tener sentido luego. Todo esto que creías hizo que atentaras contra tu
cuerpo y contra tu relación contigo misma. Pero, poco a poco vas a ir sanando. Pequeños pasos que
vayas dando te van a ir haciendo creer más en ti, en la mujer que eres y a amar a tu cuerpo, y que,
aunque haya días que quizás no lo ames, al menos lo respetas, lo entiendes y le agradeces todo lo
que puede hacer por vos.

Me despido sabiendo que hiciste lo que pudiste con las herramientas que tuviste en el momento y
con lo que creías que estaba bien para ti. Ahora más grande, hacés lo que puedes con lo que has
aprendido en tu travesía y esperas seguir mejorando tu relación con vos misma, con tu cuerpo, con
la comida y con el ejercicio. No es fácil, pero poco a poco lo has ido logrando. Debes sentirte
orgullosa. Estoy segura de que vas a seguir mejorando y en el futuro, apoyando a personas que
pasen por lo mismo o similar a lo que vos pasaste.

Te amo y te perdono,

Valery♡

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 05, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Querida Valery...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora