❏» La Leyenda De La Princesa Lunar Y El Principe Traicionado

La Leyenda Se Escribe

"Erase una ves un pequeño reino que apenas si se levantaba de sus cimientos, aquel pequeño reino tenía dos gobernantes justos y buenos que trataban a todos por gual sin prestigios o clases sociales, pero un fatídico día la reina enfermó gravemente y ningún doctor podía encontrar el motivo o la cura de aquel mal que día con día le arrebatava el brillo de vida a la reina.

El rey sin aceptar la idea de quedarse sin su amada y desesperado por salvarla optó por recurrir a la ayuda celestial, dió todo, prometió todo de si; sus riquezas, su poder, incluso a su reino al cielo todo para que algún Dios lo escuchara y ayudara a salvar la vida de su esposa y así fue por 7 días y 7 noches seguidas en las que el rey rezó sin descanso de rodillas al lado de la cama de su esposa moribunda. Hasta que a la séptima noche en medio de la oscuridad que pintaba el palacio una luz de color plata se asomó por la ventana del cuarto despertando al rey quien sintió que lo llamaban y solo siguió aquella voz, caminó hasta un pequeño estanque que había en el jardín de la reina y ahí vió como de la luna bajaba una hermosa mujer de vestimentas celestiales acompañada de doncellas del cielo dos dragones plateados y un conejo de jade. El rey se inclinó ante ella y le suplico por la vida de su esposa, la Diosa lo miró en silencio y luego bajó asta que sus pies descalzos tocaron el agua y caminó sobre esta hasta el hombre pidiéndole que se levantara, entonces fué a donde su esposa yacía y con un beso en su frente curó aquella enfermedad que la tenía al borde de la muerte, el Rey agradecido le dijo a la Diosa que desde ese momento el reino entero y la familia real Benerarian a la Diosa Lunar, a lo que la Diosa aceptó, después de aquella noche la reina volvió a la normalidad y fué como si nunca se hubiera enfermado, muchos dicen que la familia real y el reino fueron bendecidos con la gracia de la Diosa lunar, pues después de lo acontecido el reino próspero por siglos y siglos hasta convertirse en un imperio, mas no todo dura para siempre.

También cuenta la leyenda que 300 años después de lo acontecido una joven princesa bajo de la luna curiosa por el imperio que su madre había bendecido, aquella princesa fue raptada por el principe heredero de aquel lugar y convertida en concubina en contra de su propia voluntad haciéndola tan infeliz que en medio de su tristeza por no poder volver a su hogar y perder sus alas tras quedar embarazada del principe heredero en medio de una noche de luna llena bajo la luz de la misma se quitó la vida cortándose el cuello con una daga. Se dice que esa noche hubo una lluvia se estrellas y todos decían que la Diosa Lunar estaba llorando desconsolada pues cuando la Diosa llora las estrellas caen del cielo, el imperio quedó manchado con la sangre de una princesa inocente y por la ingratitud y codicia de aquel principe el imperio fué condenado a su inevitable fin. Después de eso el reino se sumió en un letargo instanteneo y sin posibilidades de salvarse pues cuanto mas tiempo pasaba las cosas iban peor para los habitantes, aquel Principe heredero codicioso ascendió al trono y tuvo hijos, sus hijos tuvieron hijos y esos hijos tuvieron mas hijos asta llegar al padre de los príncipes y la princesa quienes descienden de aquel principe maldito y portan como una herencia dicha maldición. Los sabios aun guardan la esperanza de que si la Diosa Lunar o su descendencia directa perdonaran el ahora imperio, todos podrían salvarse"

Terminó de contar la historia de un viejo libro de leyendas locales una mujer de ropas sumamente finas que yacía sentada al borde de un enorme lecho en el cual había dos niños aparentemente idénticos de aproximadamente 5 años cada uno

-Y así es como termina la historia, mis pequeños príncipes es hora de dormir - Agregó la mujer después de cerrar el libro y ante la mirada incrédula de los infantes

-Por favor madre, la historia no puede terminar así ¿que mas pasó?- Preguntó con curiosidad uno de los mellizos, el que parecía mas interesado por aquel cuento para ser exactos