2. Una aventura peligrosa

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Hola a todos, subo este capítulo hoy por el cumpleaños de Nagi. 

Una vez que tomaron los botes y se inmiscuyeron en la gran aventura que cambiaría la vida para Nagi, pues podría obtener el perdón, llegaron sin más. La isla lucía vívida, colorida por la extensa vegetación y el clima soleado acompañaba esa velada misteriosa. Chigiri y Nagi bajaron del bote al llegar a la orilla y exploraron la isla juntos. Nagi rompió la cuerda atada de sus manos para así poder tener un poco de libertad, pero Chigiri se opuso de manera rotunda.

—No debes soltarte las manos —Chigiri le extendió otra soga—Átate tus manos.

—¿Qué? Pero si el shogunato no está viendo —dijo Nagi.

—No importa eso, yo sigo las normas y esta es una de ellas —dijo Chigiri serio.

Nagi iba a responder, pero se encontraron con otro samurai junto a un criminal, el cual no iba atado de manos. Éste al ver a Nagi quiso enfrentarse con él de inmediato, pero Nagi se opuso y Chigiri y su colega también se opusieron. Así, siguieron su camino como si nada hubiese pasado. Ya que, no podían darse el lujo demorarse más de la cuenta. No, claro que no. Nagi moría por ver a su tesoro y mientras más rápido consiguiera el objetivo, más rápido lo vería. Estaba escrito en el firmamento.

Pronto, el pelirrojo y el peliblanco siguieron su camino. Atravesaron montañas y en varias ocasiones se enfrentaron a monstros perturbadores que habían salido de sepa Moya dónde. Éstos eran seres vivos y algunos hablaban. Había insectos carroñeros y otros más peligrosos como los insectos con cara humana, éstas tenían la capacidad de impregnar al afectado con su veneno que podían depositar con su aguijón. De esta forma, los afectados perdían la consciencia y les aparecían protuberancias que luego florecían y si, no tenía cura.

Nagi y Chigiri esquivaron con destreza todas esas amenazas, porque sí. Era justo y necesario. Podría ser cierto de que los shinobi no debían luchar contra lo que posea naturaleza desconocida. Sin embargo, la situación urgía actuar y no pensar.

En el camino vieron más y más cadáveres tanto de verdugos como de los criminales. Y todos estaban tirados por el camino en donde ellos habían entrado. Esto, ¿no podía ser bueno o sí?

—Chigiri, ¡abajo! —dijo Nagi quien se tiró al suelo y para salvar la vida de Chigiri, tiró de él, también.

Lo que habían esquivado era un tentáculo de una de las aberraciones de la isla. Éste media tres metros y lanzaba sus tentáculos como si fueran lanzas. En definitiva, ese monstruo quería devorarlos. Era evidente.

—Quédate a un lado —dijo Nagi mientras se subía el cuello de su ropa y saltaba como una pulga hacia el monstruo.

Lo que iba a hacer una vez que llegó a su cabeza, era usar el ninjutsu. Y no se hizo esperar lo anterior. Él lo utilizó y el monstruo no logró esquivarlo, por lo mismo, murió. El ataque con fuego de Nagi fue tan potente que derritió al monstruo desde la cabeza hasta llegar a sus pies. Así, Nagi se ensució con sangre, pero no le importó y le dijo a Chigiri que siguieran adelante. Éste asintió y caminaron para llegar a su objetivo.

Y allí en pleno alba, vieron el elixir de la vida. Único y dichoso brebaje capaz de dar la inmortalidad. Nagi tomó el frasco que se encontraba suspendido en un géiser de agua templada y opinó que lo mejor era irse de inmediato, ya que, al sacarlo de ahí, sintieron un temblor y unos chillidos, en definitiva, debían huir.

Así que corrieron como alma que lleva el diablo por todo el camino que habían recorrido y llegaron a la playa inicial. Allí tomaron el primer barco que vieron, ya que, el suyo se lo había llevado la marea. Y partieron sin más.

Tenían miedo, mucho miedo de ser incapaces de salir de la isla, esto era así, ya que, mientras más avanzaban a contracorriente, más cadáveres encontraban. Pero no importaba cuanto temor tuvieran, enfrentarían cualquier adversidad. Sus vidas dependían de ello.

Entonces vieron al causante de las muertes de los que intentaban huir de la isla. Era un kraken, era un pulpo de dos metros de largo con cara humana. Y sus tentáculos amenazaban la integridad del bote. Chigiri impidió que esto pasara a mayores, ya que cortó el tentáculo acechante.

—Yo me encargo de los tentáculos por mientras, tú ve y aniquílalo —Chigiri cortó otra extremidad del kraken, y éste sangró.

De esta manera, Nagi saltó tan alto como lo hacían los shinobis y llegó a la cabeza del pulpo, de forma rápida activó su ninjutsu y le prendió fuego a la abominación. Esta chilló, pero lo importante es que lo habían matado. Chigiri y Nagi retomaron el rumbo al sur, que era la coordenada en donde estaba el pueblo del shogunato.

Una vez que Nagi y Chigiri bajaron del bote, los guardias dieron aviso y pronto hubo una multitud. Todos estaban impactados de que precisamente sea él, Nagi Seishiro quien haya sobrevivido, junto a su escolta.

Los guardias los guiaron a su sede oficial y Nagi y Chigiri fueron con ellos. La autoridad tenía el papel de absolución en su mano y Nagi el elixir en su mano. Entonces al mismo tiempo, ambos intercambiaron lo que quería cada uno de ellos. De esta forma, Nagi pidió permiso para retirarse y se disponía a ir a buscar a su esposo. Pero antes, quiso platicar con Chigiri quien salió junto con él.

—Muchas gracias por haberme ayudado allá en la isla, Nagi —dijo Chigiri primero—. Mereces de verdad esa absolución.

—No, no, yo soy el que te debería agradecer, porque si no me hubieses presentado esta oportunidad, jamás hubiese estado libre como ahora.

Ambos se tomaron las manos a modo de despedida y Nagi le dijo adiós. Iba a regresar hoy con su esposo sí o sí.

To be continued...

El próximo y último capítulo lo subiré un día de la próxima semana. Espérenlo con ansias, porque se viene ese momento que empieza con R. Saludos, que estén bien. 



La razón de su existirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora