Parte única.

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Consejo: si quieres escuchar la canción, ponla después de leer la frase: "¿Hace calor, no?".

El cabello negro Suspiró con pesadez al ver el trago sobre la barra, era una noche calurosa de abril

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El cabello negro Suspiró con pesadez al ver el trago sobre la barra, era una noche calurosa de abril. Belcebú siempre solía venir a este bar cada viernes por la noche. Mañana era fin de semana. El cabello negro trabajaba cómo docente en una secundaria pública.

La mayor parte del tiempo se la pasaba solo, no tenía novia, ni pareja ó algo parecido. Siempre sólo, nunca acompañado. En su defensa le costaba socializar e interactuar con las personas, el único amigo que tenía ahora mismo se encontraba en casa cenando con su amada esposa.

Cómo no tenía nada mejor que hacer y siempre estaba aburrido; solía venir aquí, a pasar el rato. Veía a la gente beber y hablar entre ellos. Sentía envidia, envidia porque nunca podría sonreír cómo ellos y tampoco hablar con ellos. Además de ser un verdadero antisocial; por alguna razón las personas lo encontraban demasiado escalofriante y siempre lo veían raro cuando comenzaba a hablar de sus pasatiempos, cómo ese de coleccionar cadáveres de insectos raros.

La gente no podía en evitar sentirse incómoda en su presencia. Él era tan patético y miserable.

El cabello negro tomó el vaso de vidrio y lo llevó a su boca. Sin duda era amargo ese líquido marrón. Cuando se disponía a sacar su billetera para pagar y poder irse de una vez, fue entonces que alguien se sentó junto a él en la barra. El cabello del sujeto era plateado y su piel era blanca, la más blanca que haya podido ver, tan blanca cómo la de un fantasma.

El sujeto volteó a verlo y le sonrió.

-¿Hace calor, no? -habló él, tenía un muy elegante traje blanco. Belcebú se le quedó viendo fijamente ¿Él tipo le estaba hablando a él? ¿De verdad? -. Oh, pero que grosero soy...mi nombre es Hades, Hades Tis nychtas -le extendió la mano. Belcebú lo vió extrañado ¿Hades Tis nychtas? ¿Qué apellido raro era ese? A lo mejor el sujeto era extranjero. Pero de todos modos no iba a desaprovechar esta oportunidad para hablar con alguien.

El ojos negros correspondió al saludo y apretó su mano suavemente.

-Beelzebub. Puedes llamarme sólo Beel... -pidió -. ¿Qué te trae por aquí? -le cuestionó -. ¿Eres extranjero, no?

El Albino asintió, a decir verdad estaba muy aburrido de la rutina y estaba buscando nuevas experiencias.

-Sí, algo así... -añadió -. ¿A qué te dedicas? -le cuestionó.

-Docente en una secundaria pública, ya te imaginarás el caos que debo soportar todos los días -exclamó con una sonrisa, mientras recordaba a sus molestos alumnos.

-Sí, ya me lo imagino.

-¿Y tú? ¿De que vives? ¿A qué te dedicas?

-Bienes raíces. Pero eso no es lo importante, háblame de tí -desde que entró ese sujeto tan sombrío le llamó la atención. Ese cabello negro emanaba un aura de soledad y miseria a la que él ya estaba acostumbrado. A decir verdad, no todo lo que le dijo a Belcebú era verdad. Él ni siquiera trabajaba de eso. Hades Tis nychtas era en realidad un vampiro que se había aburrido de la soledad en su mansión y decidió salir a recorrer el mundo. Tenía dinero e inmortalidad -. ¿Te puedo invitar un trago?

Belcebú estaba perplejo ¿Qué si le podía invitar un trago? Nunca nadie se le había acercado con esa petición. El ojos negros de inmediato sintió sus mejillas arder, no sabía si ese tipo solo estaba Siendo amable ó de verdad gustaba de él.

-No tengo problema alguno -le sonrió, aunque claro, no le importaba cual fuese el motivo; uno nunca podía decirle que no a un trago gratis.

-¿Entonces te graduaste de Docencia cuando en realidad querías ser forense? -Belcebú asintió mientras le daba un sorbo a su vaso de vidrio, era el quinto de esta noche. A decir verdad siempre le llamó mucho la atención la anatomía del cuerpo del ser humano, sin mencionar que, no le aterraba ver cadáveres y su pasatiempo favorito era ver videos de cosas paranormales. Pero Docencia fue para lo que le alcanzó y según su padre, ser maestro era más rentable y mejor que ser forense.

-¡Sí! -habló, ya estaba un poco ebrio, demasiado -. ¡Pero mi padre insistió en que ser maestro de gobierno era mucho mejor! -rió suavemente. Hades sonrió, éste tipo ya no lucía tan triste que cuando lo conoció hace un momento -. Y por ello... hip... -ahora tenía hipo-. Y por ello tengo que soportar a un montón de niños pubertos todas las mañanas -sonrió al ver al tipo ése. A decir verdad no sabía porque, sí era por el alcohol ó es que de verdad ese sujeto era muy atractivo. Él tipo era alto y delgado; cómo a él le gustaban.

-Tu piel es tan blanca... -exclamó mientras lo examinaba, aunque claro, también le gustaba su rostro, ese tipo tenía un muy buen perfil. Belcebú ni se dió cuenta pero, estaba demasiado cerca del rostro de ese sujeto, tan cerca que Hades podía sentir la respiración de ese cabello negro tan cerca de su cara.

"Quiero besarlo" habló Belcebú en su mente, quería besarlo y sentir las largas manos de ese sujeto en su cuerpo. Hades sonrió al leer la mente del ojos negros, a decir verdad, el sentimiento era mutuo. "Quiero besarlo y que me haga suyo" Hades inconscientemente se mordió suavemente el labio inferior, bueno, eso se podía arreglar.

Belcebú abrió los ojos como platos en cuanto ese tipo lo besó sin avisar. El ojos negros se estremeció ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso estaba alucinando? ¿Esto era efecto del alcohol ó ese tipo albino de verdad lo estaba besando? El beso se intensificó tanto, a tal punto de meterse la lengua a la boca. Belcebú cerró los ojos y disfrutó más del Beso.

Entraron a una habitación de hotel, del hotel en donde Hades se estaba hospedando, era un hotel cinco estrellas. La cama era enorme. Hades empujó suavemente a ese sujeto sobre su cama, para después posicionarse encima suyo. El albino le quitó la camisa negra que traía, para después comenzar a chupar y morder suavemente sus rosados pezones . Belcebú gimió, estaba muy sencible. Para el ojos negros; esta era la primera vez que estaba con alguien.

Hades apretó sus mejillas con una sola mano e hizo que mantuviera la boca abierta. Belcebú apreció cómo ese albino se acercaba a su rostro y le escupía en la boca. Después de ello, ambos se besaron salvajemente, hasta que el aire les hizo falta.

Hades se posicionó en medio de sus piernas, Belcebú quejió al sentir dos dedos dentro de su orificio. Hades hacía un movimiento de tijeras en su interior. Después de ello, de dilatarle el orificio, Hades decidió introducirle el miembro.

Belcebú quejió de dolor y placer al mismo tiempo; así que ¿Así es cómo se sentía ser tomado por primera vez? Las embestidas eran Brutales pero placenteras.

-ahg... Ah... -quejía, nunca había experimentado algo así, pero se sentía exquisito y fascinante. Ese tipo si que era un experto en lo que hacía -. Yo... Yo... -como era su primera vez; el cabello negro fue el primero en expulsar ese fluido tan desbordante y de color blanco -. Ah... -sintió un espasmo en sus piernas.

Hades sonrió, para después besar su frente. Aunque claro, esto apenas estaba comenzando. Belcebú quejió tanto de dolor cómo de placer ¿Acaso el albino era una máquina? Hades no parecía que quisiera irse a dormir, lo embestía y lo embestía. Cuando por fin depositó su semilla en el interior de Belcebú, Hades se acostó junto al cabello negro.

Belcebú sentía los ojos pesados, tan pesados que se quedó dormido.

Al día siguiente, el cabellos negros abrió los ojos y con dificultad se sentó en la orilla de la cama; con nada más que la sábana blanca cubriéndole. Para su sorpresa no vió rastro alguno de ese sujeto en la habitación ¿A donde había ido? Belcebú apreció un pequeño papelito blanco sobre la mesita de noche que tenía junto a él.

"Fue una noche mágica, espero que para tí también haya sido así. Espero que te hayas divertido y disfrutado tanto cómo yo lo hice, espero verte en mi próxima visita. Fue un placer conocerte querido Beelzebub.

Atentamente, Hades Tis nychtas".

Fin.

Inspirado en la canción: "Señor de la noche" de Don Omar. Sí, sé que la canción habla de una chava que bailó con el diablo y se murió. Pero la canción de don Omar suena muy chida (y eso que a mí ni me gusta el reguetón).

De nuit.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora