12) Parece una muñequita de porcelana

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Bordeaux, Francia
4:20pm, 2021

—Que Dios los bendiga, pueden ir en paz...

El padre termina la misa y mi teléfono empieza a vibrar.

Lo saco, mientras caminamos a la salida.

Llamada entrante*

Sr Manuel

—Claire.

—Buen...

Choco con algo que me hace caer al piso y el teléfono patina no se a donde, pero lejos de mi.

Me ofrece la mano para ayudarme a levantar —Disculpa, disculpa, no veía por donde caminaba.

—No te preocup... ¿Que haces aquí? —Tyler me repara con la mirada.

—Yo vivo aquí... —hace como si estuviera pensando y me mira con una ceja levantada —¿Que haces tú aquí? —me señala— ¿Acaso la princesa de los unicornios me está siguiendo?

—Obviamente no, yo no seguiría a una persona tan carente de sentido común como tú.

—Ok, como digas... —se encoge de hombros— Voy a comprar pan y luego iré a mi casa, te lo digo para que sepas y no tengas que averiguarlo de ninguna manera ilegal.

Se aleja y Lio me toma por sorpresa.

—Chica, vi bien ¿o ese era Tyler?

—Nah, un equis que me ayudo a levantarme.

Tengo que llamar a mi tío.

Marco su número y espero a que conteste, Lio se está comprando algún recuerdo en los puestos que están fuera de la catedral.

Claire, mas vale que esa manía tuya de estarme colgando no se vuelva costumbre.

—Tío disculpa, es que me tropecé con alguien y el teléfo...

No me importa, quiero que vengas a cenar conmigo.

—No tengo hambre realmente, casi acabo de almorzar en el hotel y...

Creo que no entendiste, ven a cenar necesito verte y hablarte de unas cosas.

No tiene caso renegar.

—Si señor, ¿A que hora..?

8:00pm en punto.

Y cuelga.

Camino hacia donde está Lio.

—Oye, mi tío quiere que cene con el, te debo una salida —digo apenada.

—Esta bien yo subiré a la habitación.

—Discúlpame, ¿si?

—Tranquila, no te preocupes.

Le sonrió —vamos.

Caminamos, para subir a un taxi y llegamos al hotel, son las 5:42pm porque antes de regresar, Lio quería ir a una chocolatier muy linda por cierto, que es famosa en la ciudad, compramos chocolates, de pistache, blancos, con leche, de caramelo, y mis favoritos, con crema de avellanas.

Ella agregó uno macarrons verdes y rosados, que a mi no me gustan, pero me causo gracia porque a mi hermana le encantan y siempre me hace comprarle.

🏇🏇🏇

Ya estoy en la mesa que le asignaron a a mi tío.

Subí a ponerme un vestido de satin negro, arriba de las rodillas con unos tacones del mismo color, sutiles pero elegantes. Me recogí el cabello, y saqué una cadenita de oro blanco que tiene grabado mi nombre, fue un regalo, de mis abuelos, cuando estaba más chica.

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