Capítulo 11

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N/T: Bueno aquí el siguiente capítulo, la verdad sé que tardo en actualizar, pero para seros sinceros, cuando tengo tiempo libre prefiero leer a escribir, lo cual voy lento pero mi meta es acabar esta historia.


-Realidad-

La noche se habría paso dejando ver a una luna llena que iluminaba la oscuridad, luz plateada que hacia brillar los rubios cabellos de Naruto junto a algunas antorchas que iluminaban el camino hacia las cabañas donde todos los semidioses se alojaban en la respectiva cabaña de su padre o madre piadoso.

No quería ser una mas en la cabaña de Hermes, después de verla con sus propios ojos, estaba claro que lo ultimo que necesitaba esa cabaña eran más mestizos no reclamados, serían dos huecos más que serían difíciles de encontrar, dudaba seriamente que cupiese uno más, pero Percy aún no había despertado, seguía en coma por el shock de ver perder a su madre... igualmente Naruto sabia que algo no encajaba en todo esto, ¿porque una humana desaparecería en polvo dorado?

No lo sabía, solo sabia una cosa y era la mas importante, ella seguía viva ¿Dónde está? Ni idea, no sabia nada a parte de su supervivencia, el que ella esta bien o donde este tendría que averiguarlo.

Siguió su camino aun recordando su tiempo con Hestia, no pudo evitar verse las manos que un temblaban un poco por la emoción del reencuentro... o el miedo. Miedo de saber lo que pensaba de él, ¿Olvidado? La historia lo mencionada poco... muy poco, incluso dudaba que los semi-dioses presentes supieran de él, aun teniendo que estudiar la mitología griega y todo lo que conlleva ser el hijo de un dios...

¿Me odian?

Esa pregunta lo carcomía contantemente, no quería saber la respuesta, no los abandono por nada, quería evitar una guerra... una guerra contra su propio hermano, una guerra que separaría a su familia...

El aún no sabe que su familia ya está rota.

Decidido olvidarse de ese tren de pensamientos, tarde o temprano tendría que enfrentarse cara a cara con cada uno de sus hermanos, ya sea para bien o para mal.

A lo lejos escucho como una especie de campana que resonaba por todo el campamento, seguramente sería el aviso de la cena... no podría importarle menos, no tenía nada de hambre, estaba cansado, el rencuentro con Hestia fue suficiente por hoy, demasiado estrés mental que asumir para tener que lidiar con niños y niñas que lo veían como si fuese un fenómeno por ser el campeón de Chaos, ¿en que estaba pensando Chaos? No quería ni saberlo, primero lo primero y era donde se quedaría a dormir.

La ofrenda estaba hecha, ahora toca esperar una respuesta... como la recibiría eso ya no tenía ni idea.

Tenia un ''plan'' de respaldo por si acaso no recibía respuesta o era una negativa. Levanto la vista para verlo, un árbol solitario encima de una pequeña montaña que era visible desde cualquier punto del campamento, un buen lugar para poder dormir no sería la primera vez que dormiría a la intemperie ni la última... pero eso no era lo que le llamo la atención, no. El árbol emitía una extraña energía que protegía todo el campamento, hasta ahí todo bien, pero podía sentir una presencia dentro del árbol, su primer pensamiento fue uno simple, una ninfa que vivía en el árbol, la ninfa más fuerte o importante más bien ya que el árbol estaba protegido no solo por los campistas si no parecía haber un dragón rodeándolo constantemente, pero había algo raro, cuando entro pudo ver y sentir ninfas por todo el campamento... había sacado una cosa en claro, ese árbol no albergaba una ninfa.

Seguía caminando calmada mente, con las manos en los bolsillos del pantalón, sin ninguna preocupación, se encontró con algunos campistas que se dirigían hacia la cabaña principal para hacer su ofrenda a los dioses y poder cenar (N/A: creo que se comía en la cabaña principal, no recuerdo bien) cada uno de ellos se giraba para verlo y después hablar en con el que le acompañaba en flojo de él.

El Dios OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora