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Una sensación "sensación" en donde todo parece cambiar en un segundo, como si el universo se agitara de forma caótica y colisionara frente a mí abriendo la dimensión en la que ahora estoy atrapada.

Hay silencio, uno tan ensordecedor que los sonidos de mi entorno son devorados por su ausencia; estoy hundida en mis pensamientos que despiadados se aglomeran en mi cabeza como gritos que no me dejan concentrarme...

Suspiro...

Y tras aquel intento por regresar a la realidad, me doy cuenta que es inútil, absurdamente inútil.

Miro a mi alrededor como un animal asustado que es sometido en contra de su voluntad, amenazado por feroces armas y los hermosos seres que ahora me rodean son el predador y las vibrantes espadas sus armas.

Tartamudeo un poco antes de comenzar a hiperventilar; no entiendo un carajo de lo que ocurre y trato de convencerme de que es solo un sueño "un brutal y perturbador sueño" trato de taparme la cara y mecerme en posición fetal en un intento por despertar.

Pero es inútil.

Ellos me miran con desprecio, balbucean cosas en un lenguaje que no entiendo y el nombre de alguien me vuelca el corazón en seco "Drakon".

Mi piel se eriza y suelto un suspiro tan profundo como el abismo que está frente a mí; tengo miedo, estoy casi desnuda y mi translúcida piel se ve enrojecida por la brutal forma en que, literalmente, me arrastraron hasta este lugar.

Porque no solo me encuentro allí en plan de secuestro, sino que además; se dan el lujo de meterme en ese agujero purulento con olor a muerte y eso, según logro deducir, solo puede significar una cosa "ellos no son los buenos".

Sacudo la cabeza un par de veces tratando de soltarme, pero estoy atada por ambas manos sobre la cabeza y mis pies que apenas rozan el suelo me piden piedad; chillo y suplico, pero mis gritos se opacan tras el estruendoso ruido de unas trompetas.

Segundos después, una imponente figura masculina está frente a mí, lo miro confundida, pero algo en él me es vagamente familiar; camina acechante como si yo fuera una presa, su mirada inquisidora parece desnudarme el alma envolviéndome como brasas de fuego ardiente; y ese aspecto escalofriante y seductor, me intimida.

Su cabello, largo y oscuro se mueve con elegancia, su rostro es una combinación de líneas sensuales: pómulos perfectamente delineados y labios gruesos que me invitan a morderlos como una fruta dulce y madura. Delicado e inexpresivo.

Lo admiro con terror y entre sollozos vuelvo a suplicar.

Se que esto es algo más que solo otro de mis habituales sueños, es el sueño más real que he tenido jamás y vaya que de extraños sueños sé de sobra.

Me vuelvo a remolinar haciendo que de forma inevitable las cuerdas corten mis muñecas.

―Por favor... ¿Qué quieren de mí? ―suelto entre lágrimas mientras los miro rabiosa.

El joven se acerca tomando mi barbilla con firmeza, parece contemplarme con "lastima", analizando cada facción de mi maltrecho rostro, magullado por los golpes que me propinaron antes, mostrando un par de rasguños poco profundos y algunos moretones; él abre la boca en un gesto de reclamo, parece que la compasión a desaparecido de su rostro, me aprieta con más fuerza, haciéndome sangrar y entonces...

.

.

.

"Una luz, un destello y despierto"

Me levanto. Estoy exaltada, desconcertada y confundida.

―Era solo un sueño ―me repito tratando de convencerme.

SomniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora