Yvonne
La segunda cosa mejor de estar comprometida es qué, son mis decisiones y con todo lo de la boda, entro y salgo de la prisión cuando, cómo y dónde quiera.
Lo primero es que, si me voy a casar con el hombre que amo y de quién estoy enamorada.
La fecha del matrimonio fue la manzana de la discordia y es que en verdad debo darle un premio Emmy a George por sus actuaciones, que si era pronto y no sé qué. A Nadjela se le pasa, ella si tiene sus motivos y hasta ahora me parece que no anda presionando a nadie ni chantajeando.
Lo importante es que al final, es nuestra boda, nosotros tomamos las decisiones.
Vivo los días olvidándome de cualquier imposición y donde lo único soy feliz es cuando paso tiempo con Essoh y las niñas, Jahari comienza a aceptarme, a pesar de su carácter serio, está súper involucrada con la organización.
La familia de Essoh accedió a una ceremonia tradicional de este lado de occidente, al día siguiente comenzará la celebración de la boda del oriente.
Son muchísimas cosas, con la boda de la iglesia los Hamilton se encargan del presupuesto, más Essoh puso en manos de una diseñadora mi vestido blanco. Esta es la más fácil, tengo claro que me estoy cansando con un príncipe, también mi sueño siempre fue usar un vestido de novia corte princesa, logramos un rejuego para el diseño, sin que pierda mi esencia.
Ahí no termina todo, vivo de pruebas en pruebas, tengo mucha ayuda, pero son mis bodas y yo ando supervisando todo, eligiendo.
La de blanco es el mismo catorce, justo el día que comienza mi segunda boda a la vez, es todo una algarabía.
Todos mis vestidos serán hechos por el mismo equipo y eso es lo que me tranquiliza, no tener que ser agobiada por varios diseñadores.
Ahora bien, la boda oriental es otro nivel, son casi cinco días de fiestas, por los cuales tengo un promedio de unos quince vestidos para cada actividad, peinados, joyas, maquillajes.
Solo pensarlo es agobiante, más ellos me están dando gusto y quiero hacerlo por Essoh, son sus costumbres y al final de todo este embrollo, yo seré su esposa.
Evito pensar en otras cosas más que en que seamos un matrimonio feliz.
Habrán dos casas involucradas, estaremos casi por separado los cuatro o cinco días, solo en ocasiones especiales nos reuniremos.
Tengo todo lo del ginecólogo, las pruebas que avalan mi fertilidad, obviando el otro hecho, que arranqué del papel.
No voy a permitir que nadie arruine esto, solo yo puedo hacerlo. Ese día me cambió, no hay sonrisas más que para los que no me traicionaron y no importa el otro.
Conforme las semanas van pasando y todo tiene forma, las vajillas, menú, flores, música, no se tomará alcohol,, pero sí otras bebidas que probamos los novios y están excelentes.
No sé si son nervios o paranoias, sin embargo, siento que todo marcha tan perfecto, que hasta la caligrafía elegida de las invitaciones parecen irreales.
A pesar de que la boda durará esos días, no será muy ostentosa, somos solidarios por el frente político de donde pertenece Essoh.
El día finalmente ha llegado, es catorce de febrero, medio día. Me suda todo el cuerpo y las manos la tengo frías, quizá sea porque están arreglando mis manos y pies o mi miedo a que todo se arruine.
—Tienes que relajarte, cuñada —Emily pone una taza de un té de hierbas en mis manos a ver si me relajo —. Todo está bien, ¿Vale? Ethan y yo fuimos a ver la iglesia, la recepción y está perfecto.