Capítulo 11

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Aún se deben realizar las investigaciones correspondientes, pero según oficiales de la policía, hay suficientes pruebas para creer que los cuatro crímenes fueron cometidos por la misma persona, a quien se le conoce como el asesino arcoíris…

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Aún se deben realizar las investigaciones correspondientes, pero según oficiales de la policía, hay suficientes pruebas para creer que los cuatro crímenes fueron cometidos por la misma persona, a quien se le conoce como el asesino arcoíris…

El asesino arcoíris…

Perdóname, Ali…

El asesino arcoíris…

Felicidades, Ali, acabas de cobrar tu cuarta víctima…

El asesino arcoíris…

Nunca olvides cuánto te quiero…

Me despierto de golpe cuando siento mi cuerpo brincar, sin ninguna razón aparente. La intensidad de la luz me obliga a cerrar los ojos, mientras intento coordinar mis propias acciones, pero se me hace casi imposible, sobretodo con los latidos de mi corazón retumbando en mi cabeza y ese irritante sonido invadiendo mis oídos.

Una terrible confusión es la que me domina. No logro pensar en nada y es como si mi propio cerebro se hubiera ido de viaje, dejándome a mí a merced de lo que sea que esté pasando a mi alrededor. ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Qué está… pasando?

Para mí, es como si estuviera perdida en una dimensión diferente a la mía.

—¿Alissa?

Escucho mi nombre de forma lejana, sin embargo, no consigo moverme y tampoco logro formular una teoría sobre quién lo dijo. Es como si mi cuerpo estuviera aquí, pero mi mente se hubiera ido a otro planeta.

Frente a mí, al fin, logro distinguir una silueta medio borrosa que va tornándose más clara. Veo el rostro de la mamá de Jessie, mientras sus labios se mueven como si hablara, no obstante, no logro escuchar que algún sonido salga de ellos, quizás no está diciendo nada, quizás me quedé sorda o, quizás, el agobiante pitido en mis oídos, hace que no pueda oír nada más.

Conforme pasan los segundos, empiezo a despertar de ese extraño “trance” en el que estaba y algunos recuerdos comienzan a volver a mi mente de golpe. Yo llamando a Jessie… un chico vestido de anaranjado, parado en mi puerta… y un ramo de rosas verdes al que, por alguna razón, miro con pavor, pero… ¿qué pasó después de eso?

—Dios, Alissa…

De nuevo, esa voz se hace presente. Y ahora sí, logro reconocer a la persona que me llama.

Con cuidado, me toma del brazo y tras colocar su mano en mi espalda, me ayuda a incorporarme. Mi cuerpo lo resiente y un fuerte mareo me desestabiliza, sin embargo, logro resistir lo suficiente como para quedarme sentada y no caer de espaldas.

—Qué susto, ¿te encuentras bien?

Mientras más tiempo pasa, más voy despertando de mi estado de “ausencia mental” y al fin, logro coordinar tanto mi cuerpo como mi cabeza. El frío del suelo no pasa desapercibido, sobretodo cuando no recuerdo cómo acabé aquí. ¡Ni siquiera sé por qué estoy en ésta casa! ¿Cómo fue que terminé en éste sitio?

El Asesino Arcoíris © || COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora